Yo soy

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domingo, 28 de septiembre de 2014

Aqui presento una prueba de mi trabajo: "La Escuela de Teatro Ramón Zapata se encuentra actualmente en un proceso renovador a partir de la reformulación del pensum de estudios y del cuerpo docente, junto a la reciente apertura de la sala de "Eduardo Moreno", rescatada para beneplácito del público valenciano. El anuncio lo hacen los profesores Rómulo Miguel Contreras, Subdirector (e) y David Andrade, con quienes conversamos sobre la realidad actual de la escuela y sus perspectivas...."

NOTITARDE Valencia, 20 de Marzo de 2004

Con la renovación del pensum y la reapertura de la sala Eduardo Moreno
La Escuela de Teatro Ramón Zapata reconquista la escena
Arnaldo Rojas
La Escuela de Teatro Ramón Zapata se encuentra actualmente en un proceso renovador a partir de la reformulación del pensum de estudios y del cuerpo docente, junto a la reciente apertura de la sala de "Eduardo Moreno", rescatada para beneplácito del público valenciano.
El anuncio lo hacen los profesores Rómulo Miguel Contreras, Subdirector (e) y David Andrade, con quienes conversamos sobre la realidad actual de la escuela y sus perspectivas.
Indican que la implementación de un nuevo proyecto pedagógico, surge por iniciativa de cuatro profesores de la institución: Wilmer Lugo, Héctor Aure, Rómulo Rodríguez y Miguel Cese, quienes presentaron el proyecto.
-Esto dio como resultado -explica Contreras- que la Secretaría de Educación del Gobierno de Carabobo, a través de su titular, Simón García y de Nadia Colasante, Directora de las Escuelas de Arte, proyectaran con miras al futuro un componente docente a través de la capacitación de aquellos profesores que no contaban con la instrucción académica formal. Muchos de ellos tienen preparación artística y experiencia, pero el Reglamento para el Ejercicio de la Profesión Docente establece unas pautas que impedían el reconocimiento legal de este tipo de profesiones artísticas. Agrega que se busca regularizar la situación de este personal, estimulándolo a sacar su licenciatura en Educación, o su licenciatura en Teatro, pasando por un sistema que implementó el Instituto Superior de Teatro en Caracas, para poder ejercer la docencia y que es reconocido por la Secretaría de Educación del Gobierno de Carabobo. Fruto de este proyecto pedagógico es la primera cohorte del Curso de Capacitación para Docentes de Educación Estética y de la Formación para las Escuelas de Arte, dictado por la Universidad Pedagógica El Libertador, conformada por siete profesores que recibirán, hoy sábado, sus respectivas credenciales que los autorizan para ejercer la docencia. El acto se inicia a las 9:00 a.m. con una misa en la Catedral de Valencia; posteriormente, a las 10:30 a.m., la entrega de credenciales en la Sala Eduardo Moreno de la Escuela de Teatro Ramón Zapata y concluye con una función especial, al mediodía, de la obra "La Sonata del Alba", con el Grupo Estable de la escuela.

ESCENARIO RECUPERADO
Como resultado de este proceso renovador también fue rescatada la sala "Eduardo Moreno" que estuvo abandonada durante mucho tiempo. La Fundación Teatro Municipal, donó las butacas que habían desincorporado de sus instalaciones. El Gobierno de Carabobo, a través de la Secretaría de Educación, asumió la responsabilidad de reconstruir la sala, colocándole reflectores, una tramoya, una cabina de sonido, equipo completo de iluminación, aire acondicionado y refacciones en general.

MATRICULA PERMANENTE
Con relación a la matrícula de alumnos, nos informan que es regular, aun cuando no en la cantidad más deseable. Sin embargo, destacan que, por primera vez, no se presenta la deserción escolar registrada en años anteriores. Todavía se mantienen 21 alumnos de los 25 inscritos en primer año, para la sección de la tarde y en el nocturno 17 de los 21 inscritos. Anteriormente llegaron a tener cinco alumnos en la tarde y tres o cuatro en la noche, por lo que tenían que reunirlos en un sólo turno porque no se justificaban dos secciones. En segundo y tercer año, tienen 14 y 12 alumnos, respectivamente. Y en cuarto año, se mantienen los mismos seis que vienen de primer año, como es normal en este tipo de instituciones. También se ha mantenido el promedio de 25 alumnos en juvenil y 18 en infantil, lo cual antes no ocurría.
Otro logro que han alcanzado es el de contar con once alumnos becados para estudiar teatro. Antes el estado solo otorgaba becas a los estudiantes regulares de primaria, bachillerato y universidad.

EL GRUPO ESTABLE
Cuentan nuestros entrevistados que la Escuela Ramón Zapata, en sus inicios, funcionaba como un apéndice de la Asociación Carabobeña de Arte Teatral (ACAT). Los actores se formaban para incorporarse a esta agrupación y la parte académica fue perdiendo importancia, al punto que llegó un momento que surgió una hibridación: paralelamente a las clases regulares existían muchos grupos haciendo sus propias cosas. Al entrar en vigencia el nuevo pensum de estudios se decidió formar un solo Grupo Estable, integrado en su etapa inicial por los profesores, como pioneros, y después, en forma progresiva, incorporar a los alumnos.
-El objetivo es convertir esta agrupación en ícono de la Escuela Ramón Zapata. Es un espacio donde los alumnos tendrán la oportunidad de foguearse en escena; incluso de prepararse para formar sus propios grupos y la Escuela mantiene su parte académica. Además, el Grupo Estable de la Escuela de Teatro Ramón Zapata tiene proyectos importantes que desea compartir, puntualiza Contreras.

¿QUE PASA CON EL TEATRO?
Interrogamos a nuestros entrevistados sobre el por qué, a diferencia de las artes plásticas y la música, no se ha logrado motorizar un movimiento teatral en Valencia. Responde Contreras:
-Primero, no hay espacios. Luego las agrupaciones no quieren asumir riesgos. Por nuestra parte, a raíz de este proceso de renovación que estamos viviendo en la escuela, descubrimos hace poco que las industrias están ávidas de este tipo de espectáculos. Siempre hemos esperado que las instituciones públicas o privadas nos den. Ahora decidimos no seguir esperando. Vamos, presentamos nuestro proyecto y pedimos. Si nos dan, es bueno, y si no, seguimos trabajando igual. Por supuesto que cualquier apoyo nos permitirá trabajar más. Estamos en un punto donde nosotros, los viejos jóvenes de la escuela, queremos recomenzar a partir del riesgo de hacer otras cosas. Vamos a las industrias, a las escuelas, a las instituciones y a las propias agrupaciones, para explicarles que tenemos un espacio de trabajo, que estamos disponibles para intercambiar, que juntos podemos hacer más y mejores cosas.
David Andrade, por su parte, señala que investigando en antiguos documentos se encontró que el teatro en Valencia se origina como un evento social, como un divertimento de la alta sociedad, no fue producido por intelectuales.
-Esto ha repercutido para que en Valencia históricamente el teatro no ocupe el lugar que le corresponde.

LA SONATA DEL ALBA
David Andrade, también refiere que es necesario recuperar la significación histórica de la escuela fundada en 1958 por el maestro Eduardo Moreno. Considera que ha existido ingratitud por parte de muchos de sus egresados que se han olvidado de la institución que los formó.
Señala que al revisar, por ejemplo, los programas de mano de espectáculos teatrales en los últimos años, encontró que apenas, en el Festival Internacional de Teatro 2002, la Escuela de Teatro Ramón Zapata estuvo representada "por una humilde lectura dramatizada" dirigida por el profesor Miguel Cese.
-Ahora, por primera vez en su historia, -resalta Andrade- la Escuela de Teatro Ramón Zapata participa en una confrontación Internacional con el montaje de "La Sonata del Alba" de César Rengifo a cargo del Grupo Estable que estará presente en el Festival Internacional de Teatro de Caracas, sub sede Valencia, que comenzará a finales de este mes.
A propósito de la escenificación de esta obra, Contreras y Andrade destacan que se rompieron muchos esquemas, porque la realización estuvo a cargo de los profesores de la escuela pero los ensayos se hicieron a puerta abierta para los alumnos, quienes participaron activamente aportando sus observaciones y en la discusión de los detalles para mejorar el montaje.
La obra es dirigida por David Andrade y las funciones se presentan los viernes y sábados, a las 7:00 p.m., en la Sala Eduardo Moreno de la escuela. La entrada es libre y vale la pena ir a verla, apreciado lector, para conocer y apoyar el talento regional.

¿En qué consistió el Sistema Nacional de Teatro Penitenciario que aspiro revivir desde la cárcel siendo locutor, profesor, director y actor profesional de teatro egresado de la Escuela "Ramón Zapata" de Valencia (Edo.Carabobo)?

EL ESPECTADOR venezolano

sábado, junio 11, 2011


Ellas sobrevivirán

Hace décadas, la actriz Agustina Martín sembró una semilla que sobrevivió a los cambios de gobiernos en Venezuela. Y es por eso que una nueva generación de funcionarios y artistas hicieron realidad, desde el año 2010, al Sistema Nacional de Teatro Penitenciario (SNTP), el cual ha proseguido en su tarea de dignificar y humanizar al sistema carcelario con las herramientas que proporcionan las artes escénicas, haciendo del teatro más que un fin, un medio para la transformación interna de la población carcelaria, la cual actualmente ronda por los 43 mil reclusos y 2 mil reclusas, según datos suministrados por los funcionarios Reynaldo Hidalgo e Isabel González.
Y es gracias al tesón del SNTP, contando con el asesoramiento del Centro de Directores para el Nuevo Teatro, que vimos en la sala Julia Rojas de Unearte, en la noche del pasado 6 de abril, el estremecedor y hermoso espectáculo Todo o nada, de Marcos Purroy, puesto en escena por Daniel Uribe, apuntalado en las coreografías creadas por Anita Vivas y Vittorio Marson.
Todo o nada, actuado por diez internas del Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF) y por el joven interprete Germán Ánzola, es una compleja comedia musical-donde Gloria Geynor y Celia Cruz interpretan “Yo sobreviviré”-que refleja la cotidianidad de un grupo de hembras que conforman un club, al cual han entregado sus vidas y por ello se ha convertido en refugio de todas. Pero ese santuario está apunto de perderse por una hipoteca y ante la grave crisis se las ingenian para salvar esa “ventana” que es la razón de sus vidas en la monotonía de un pueblo olvidado en el mapa de Venezuela. Y para ello organizan un espectáculo de strip-tease y anhelan, con los recaudos por la venta de los boletos, pagar la deuda y recuperan la felicidad y la paz.
No fue fácil para Purroy, asumido como productor general, ni para Uribe, Vivas y Marson la realización del espectáculo ante las exigencias de los fundamentales ensayos del musical, sin olvidar además el rigor disciplinario del INOF, pero todas se desafiaron a si mismas y lo demostraron de manera extraordinaria, ante sus familiares y amigos que acudieron a la histórica sala. ¡No hay palabras para describir aquello!
Laura Pineda, María Alexandra Pérez, Hani Estaba, Yuraima Sojo, Clementina Boccard, Marelba Sánchez, Carmen Melissa Medina, Yuli Sánchez, Orissa Annin y Yusni Sojo mostraron como sus personajes si podían desafiar y superar todas las dificultades artísticas y tras asumir las técnicas actorales, no solo lograron conmover sino además satisfacer por el aleccionador mensaje de sacrificio y de lucha que aprendieron, ya que para ellas, como nos lo recalcaron sus maestros, el teatro es un camino para alcanzar su libertad y reemprender el complejo camino que las espera. Nosotros esperamos verlas cuando se reinserten en la actividad cultural venezolana, porque tienen talento no solo para sobrevivir sino también para crear.
Hace años, acompañamos a Agustina Martín en los festivales de teatro carcelario que se exhibieron en las instalaciones de la CANTV, y ahora hemos captado ese mismo espíritu de rescate de la dignidad humana, posible con todas las artes, ya que los hombres y mujeres nacen buenos, pero la sociedad se encarga de favorecer a unos y dañar o desviarlos de una correcta ruta a los otros. !Felicitaciones a todas y todos los ahí involucrados!
El mutis de AgustinaY así, como siempre hay alguien que redescubre la belleza de los arreboles, recordamos que la actriz hispano-venezolana Agustina Martín murió trágicamente en Caracas, hacia el 30 de enero de 1996, a los 65 años de edad, al caer del piso diez del edificio Country, en Chacaíto, donde residía con su esposo, el periodista Oscar Yánez. Oriunda de Palencia y residente en esta Tierra de Gracia desde 1950, sufría cáncer de garganta desde hacía dos años por lo que las autoridades policiales investigaron si su caída fue un accidente o una decisión voluntaria. Desde su llegada a Venezuela, desarrolló una incansable labor por el desarrollo del teatro, llevándolo inclusive a las cárceles, para fundar en 1979 el llamado Teatro Penitenciario. En televisión fue protagonista de numerosas novelas muy recordadas por los venezolanos y entre 1965 y 1972, fue productora y conductora del programa radial “Agustina Martín Presenta”, y actuó en decenas de radionovelas emitidas por Radio Caracas Radio Televisión.

La paradoja: el humorismo se restringe fuera de las rejas donde se vive en supuesta libertad y se filma una película que propone que las cárceles pueden ser vistas con humor...más allá de la violencia con que se nos identifica...Los actores además provienen del teatro y se curtieron en El Rodeo...Yo estoy, preso desde hace tres años y medio, soy además de ingeniero mecánico y locutor, profesor, director y actor profesional y estoy haciendo teatro con los propios convives, los presos del penal de Tocuyito, que me rodean y conozco, como lo hice en el Rodeo I hasta la masacre cuando fui trasladado para el penal de Carabobo... Ojalá pueda resucitar el "Festival de teatro penitenciario" que tan bien condujo la actriz Agustina Martín (nacida en 1931 en Palencia, Castilla y León, España y fallecida en Enero 29, 1996 en Caracas,Venezuela) hasta su muerte...Esa es la esperanza que tengo y la que anima mis días tras las rejas...

Video | Este viernes se estrena Ley de Fuga: humor de prisión

Esta comedia cuenta la historia de un grupo de teatro 'que hace de las suyas' dentro de una penitenciaría venezolana







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 Por: Luz Rodríguez
El fin de semana, comienza con buen pie... Y es que, este viernes 26 de septiembre llega a las salas de cine nacional una propuesta del director Ignacio Márquez: una historia de ficción, satirizada desde el interior de una prisión venezolana. Su mayor reto fue, precisamente, contar con humor la realidad de las cárceles en el país.
En el film, observaremos cómo Brigadier Blanco, un importador de vehículos que cae preso por estafa, planea fugarse mediante la presentación de una obra de teatro sobre Simón Bolívar, en el Festival de Teatro Penitenciario.
Lo gracioso reside en que, este personaje, se convierte en el director de la obra, sin saber absolutamente nada sobre el histrionismo, por lo que durante toda la trama, va engañando a los demás reclusos con palabras rebuscadas.
El “Chipo” interpretado por el rapero Big Bad, es el enemigo del grupo y quien "tiene el control" sobre el penal.
Para Márquez, la interpretación es de caracter abierto para los espectadores; obviamente, el humor siempre deja una reflexión. Sin embargo, el cineasta no busca imponer la misma, sino que cada persona que la vea saque sus propias conclusiones.
¿La inspiración?
Durante la presentación a la prensa que se realizó este martes, el director nos contó que, junto a la Villa del Cine, decidieron encarar este proyecto tras una experiencia personal. 
El además actor de teatro explicó que junto a su grupo de actuación realizaron -en el año 2009- una gira por varios centros penitenciarios del país, donde pudieron conocer cómo vive la mayoría de los reclusos.
De ahí nació la idea de Ley de Fuga, quizá un poco con la intención de "mostrar una cara menos prejuiciosa de la vida" en el centro de un penal.
¿Será esto el mensaje final de la película? Para saberlo te invitamos a verla... Por cierto, fue ganadora de Mejor Reparto y Mejor Música en el Festival de Cine Venezolano Mérida 2014.

Ley de fuga escapa del mundo real de las cárceles

Es una producción de la Villa del Cine | Foto Cortesía
Es una producción de la Villa del Cine | Foto Cortesía
La cinta de Ignacio Márquez se estrena hoy en más de 15 salas del país. La protagonizan Francisco Denis, Germán Mendieta y Brian Girón

Como la mayoría de los empresarios corruptos que caen presos en una cárcel venezolana, Brigadier Blanco se siente tranquilo porque “los contactos” con los que cuenta puertas afuera lo mantendrán a salvo. Es un estafador de larga data y con credenciales. Por eso no se preocupa cuando lo trasladan a un centro penitenciario del interior del país controlado por dos bandas: El Purgatorio. 
El destino, sin embargo, jugará en contra de este delincuente de cuello blanco. Sus finanzas no están tan sólidas como para gozar de un trato especial y lo encierran como a un recluso común que debe aprender a sobrevivir entre los pranes. Brigadier comienza a planear su escape. La única salida viable es hacerse pasar por director de teatro para hacer el montaje de la obra que presentarán en un festival, donde espera concretar su fuga.
Este es el argumento de la ópera prima de Ignacio Márquez, Ley de fuga, que se estrena hoy en más de 15 salas del país. La película es protagonizada por Francisco Denis, Germán Mendieta, Brian Girón (Big Bad), Juan Longa, Arnaldo Mendoza, Luis Vicente González, Gabriel Rojas Rico, Adolfo Nittoli, Israel Moreno y María Fernanda Meléndez, un elenco en su mayoría masculino que viene del teatro.
La cinta se presenta como una comedia negra que intenta humanizar la realidad de los penales venezolanos al mostrar el lado humano de los personajes. Brigadier (Denis), termina involucrado con una de las bandas de la prisión, la cual pelea encarecidamente por su espacio en el patio de la cárcel y por el control de los inodoros.
En el desarrollo de la trama, una serie de situaciones absurdas tratan de hacer reír a los espectadores. Brigadier es una gran estafa en sí mismo y como director de teatro debe construir una obra sobre Bolívar, de quien no sabe nada. Pone a pelear al Libertador con Boves en una misma batalla y hasta Manuelita es interpretada por uno de los reclusos. De acuerdo con el director, quiso reflejar un micromundo de excluidos como el negro, el colombiano y el homosexual.
Aunque se presenta maquillado lo que verdaderamente se vive dentro de una cárcel, en Ley de fuga se retratan los vicios del sistema de justicia venezolano, las trampas en las que incurren funcionarios y hasta la ineficiencia de los guardias.
Esta producción de la Villa del Cine se aproxima al lado humano de los privados de libertad a través de valores como la solidaridad y la amistad. Pero inevitablemente arropa una crítica a la realidad penitenciaria venezolana.
La película podrá verse en la cartelera nacional acompañada del corto Sueño Down, también de Ignacio Márquez.
Ley de fuga
Director: Ignacio Márquez
Estreno: hoy
Circuito Cinex y Cines Unidos

La proeza del humorismo


Cuando se habla de las luchas contra las dictaduras, se privilegia a los políticos y a los hombres de armas. Es habitual pensar que sean ellos los únicos que meten la carne en el asador. Apreciación injusta, no en balde las autocracias de toda laya que han existido en Venezuela se han desplomado o han iniciado su declive gracias al trabajo de los humoristas. La copla envenenada contra los detentadores del poder, las burlas de los autores desde las páginas de la prensa, los dibujos creados por el talento de los artífices de sucesivas generaciones han estado en la vanguardia de los combates por la libertad. Hoy, cuando se estrecha el cerco contra esas manifestaciones fundamentales de la sensibilidad republicana, el escribidor cumple la obligación de enaltecerlas.
La primera caricatura contra un régimen oprobioso aparece en los tiempos de José Tadeo Monagas, pero también la primera persecución. El mandón no encuentra manera adecuada de reaccionar ante un arma desconocida hasta entonces y capaz de cortar como las espadas más afiladas, razón por la cual ordena la prisión de unos pioneros de lo que será vehículo fundamental para el establecimiento de una convivencia civilizada. Trabajo vano el de Monagas. La posteridad habrá de celebrar en el encierro de los domicilios, en el sigilo de las murmuraciones y en los rincones de las plazas públicas la intrepidez de quienes se alzan contra la injusticia sin disparar un tiro.
Es infinita la lista de las proezas del humorismo venezolano, así como la gozosa aceptación de sus producciones, pero quizá baste ahora para su apología la memoria de una de las obras superiores del ingenio aguzado contra la pedantería y la corruptela de los gobernantes. Hablamos de La Delpiniada, gigantesca burla llevada a cabo por los estudiantes de la Universidad Central en uno de los teatros más importantes de Caracas contra la dictadura de Guzmán Blanco. Sin nombrar al envanecido autócrata ni a los miembros de su corte –más todavía, en presencia de las autoridades de la ciudad– los bachilleres se regodean en la crítica de las ínfulas y las desvergüenzas del régimen. Solo los mandones, en su evidente estupidez, no advierten la riqueza de la orfebrería preparada para desnudarlos. El resto del público y los que se enteran del espectáculo más tarde se felicitan por la existencia de un elenco de valientes que han hecho lo que los generalotes de entonces, guarnecidos de fusiles y machetes, no se atreven a llevar a cabo. Nace entonces una generación de campeadores contra las depredaciones del Liberalismo Amarillo.
Pero no solo la sociedad tiene deudas con un hecho estelar como La Delpiniada, sino también con periódicos de humor en cuyas páginas se mantiene la esperanza de una vida más hospitalaria. El Palo EnsebadoEl Cabeza de Mochila, El Diablo AsmodeoLa Charanga yEl Jején son, entre muchos otros, los títulos de los impresos que se valen de la mordacidad para anunciar un mundo mejor en el siglo XIX. Después, en la perspectiva de nuestros días, publicaciones de extraordinaria trascendencia como PitorreosFantochesEl Morrocoy AzulDominguitoEl Sádico IlustradoEl Camaleón y El Chigüire Bipolar. ¿No han sido más importantes y profundas que las proclamas, las conspiraciones, las algaradas y las guarimbas?
Imposible intentar ahora la nómina de sus autores, pero para muestra un botón capaz de convocar el respeto de la sociedad: Rafael Arvelo y Tomás Potentini, paladines decimonónicos; Leoncio Martínez, un gigante escarnecido; Francisco Pimentel, Andrés Eloy Blanco, Miguel Otero Silva, Paco Vera, Kotepa Delgado, Aquiles Nazoa, Aníbal Nazoa, el excepcional Pedro León Zapata, Luis Muñoz Tébar, Salvador Garmendia, Elisa Lerner, Rubén Monasterios, José Ignacio Cabrujas, Abilio Padrón, Régulo Pérez, Luis Britto García, Manuel Graterol, Jaime Ballestas, Jorge Blanco, Laureano Márquez, Emilio Lovera, Mara Comerlatti, Cayito Aponte, Claudio Nazoa, Eneko Las Heras, Roberto Weil, Eduardo Sanabria y otras personalidades esclarecidas entre quienes hoy destaca, por la brillantez de su imaginación y por la inicua zancadilla que han querido propinarle, Rayma Suprani. Mucho debe la patria a sus dones, a su sensibilidad sin cartabones, a la salvación de la risa que han ofrecido. 

Antes de caer preso ya había comprendido que el mundo que tanto quería, el cultural al que me entregué en cuerpo y alma era una mierda dirigida por ignorantes que no respetaban nuestros criterios ni valores como seres humanos creadores...Y veo que todo sigue igual...La misma esperanza de los cultores y el mismo perfil de los dirigentes asignados a cargos importantes en el sector, tanto en la IV como en la V República. Como ejemplo de la IV República reproduzco la patética entrevista que le hicieron a Sofía Imber, exitosa periodista y promotora de arte, homenajeada en la FIA 2014, a quien vi despedir desde un Alo Presidente cuando se produjo la Revolución Cultural en el año 2000, siendo Ministro de la Cultura, el pupilo, el protegido y promovido extensamente con todo el poder que en ese entonces tenía la sra. Imber, el artista plástico Manuel Espinoza (San José de Guaribe, estado Guárico, en 1937)...Grotesco final de una página terrible en nuestra historia de la cultura en Venezuela

El cultor ansía su seguridad social

Publicado el septiembre 28, 2014 3:38 pm por 



UN| Fabiana Ortega F.- Aunque desde hace casi tres semanas se promulgó en Gaceta Oficial N° 40.491 la nueva Ley de Protección al Trabajador Cultural, algunos bailarines, escritores y artistas plásticos confiesan no estar al tanto de esta normativa. Sin embargo, aplauden la iniciativa al tiempo que manifiestan sus inquietudes al respecto.

La experta en danzas nacionalistas Yolanda Moreno señala que ruega a Dios se cumpla esta ley que, entre otras cosas establece la incorporación del artista al seguro social, pues resalta que “ese deber del Estado ya está estipulado en la Constitución, y no se cumple”. En tal sentido, el artículo 100 de la carta magna vigente desde 2000 dicta que “el Estado garantizará a los trabajadores culturales su incorporación al sistema de seguridad social que les permita una vida digna, reconociendo las particularidades del quehacer cultural, de conformidad con la ley”.

El escultor Abigail Valera, con más de 45 años de trayectoria artística, dice que aunque ha tenido que sortear una serie de trabajos para lograr cierta estabilidad económica, confiesa que en la actualidad “hay muchos artistas que están luchando por sobrevivir”, por lo que le interesa saber cómo se hará para que el artista cotice si no hay una figura en el gremio de un empleador.

El pintor Ramón Maldonado Díaz dice que más allá del tema de la seguridad social, a él le gustaría que se le diera más apoyo al creador en la difusión de su arte.

“La única forma de hacer viable una ley de cultura es que el gobierno catalogue a los artistas y los haga figurar en libros. Hay muchos que no conocen el arte naif en Venezuela, por ejemplo. Hoy día mucha gente ve que el ser artista plástico no es un trabajo, por más que uno se queme las pestañas pintando y haciendo mil peripecias para poder poner tu obra en el mercado y esperar 40 años para que te reconozcan”, dice Maldonado al tiempo que se cuestiona si esta ley lo ampara en la gestión que tiene que hacer el artista para ofrecer sus creaciones: el pago de la galería, los catálogos, el transporte.

En el caso de la danza, Moreno resalta que el bailarín, al igual que el artista plástico, está desprotegido.

“Los bailarines no tienen ninguna protección. Todos somos verdaderamente muy pobres. Siempre el bailarín, que después de cierta edad o de alguna lesión no puede seguir bailando, termina ayudado por los familiares”.
Por su parte, el escritor Roberto Hernández Montoya, presidente de la Fundación Celarg, asegura que está de acuerdo con la nueva normativa, pues “el trabajo del artista merece respeto y todas las prestaciones sociales que ello exige”.

Moreno agrega: “No sólo se trata de que se cumpla, sino de que la conozcamos todos para poder defenderla”.

El pasado miércoles, el Sindicato de trabajadores de radio, teatro, cine, tv y afines realizó una rueda de prensa para manifestar su contento con la normativa.
El secretario de Disciplina y Asistencia Social, Henry Stephen, señaló que ya tienen el seguro que los respaldará, por lo que esperan que los artistas se acerquen a la sede para inscribirse.

Sin embargo, el secretario general, Rafael García explicó que ayudarán a quienes lo merezcan y no a quienes intenten aprovecharse de la normativa. “Tenemos que hacer que el esfuerzo para no convertirnos en el sindicato de desempleados. Vamos a trabajar con los profesionales”, dijo.

Por su parte, la secretaria de Organización y Estadísticas, María Laya, señaló que ya está abierta la convocatoria para que los artistas, de todas las disciplinas, con más de 50 años de trayectoria se postulen al premio “Glorias Artísticas de Venezuela” a realizarse, tentativamente, en diciembre.

fortega@grupo-un.com


Leer más en: http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/chevere/espectaculos/el-cultor-ansia-su-seguridad-social.aspx#ixzz3EkJwMFf6

El mérito de la ignorancia


Es como si al momento del despegue el piloto designado para conducir, digamos, un Airbus le informara a los centenares de pasajeros ya instalados en cabina que desconoce de esos aviones, que no ha sido entrenado para manejarlos y, peor aún, nada sabe de aviación.
Algo análogo acaba de ocurrir en Venezuela con el ministro de Cultura. Dos semanas después de su nombramiento, Fernando Iturriza, el nuevo ministro, se deja entrevistar en Últimas Noticias y declara que pensó: “Yo no sé nada de cultura, por qué me van a poner ahí”.
Las consecuencias de esta confesión no serán ni han sido las mismas que tendrían la del piloto. No ha habido ni habrá escenas de pánico. Artesanos recogiendo su equipaje de mano y huyendo. Ni músicos renunciando a su cuota anual en el programa de Cultura Popular, solo porque el nuevo ministro confiesa su ignorancia plena de la materia en la que ahora es máxima autoridad.
Pero, desde el punto de vista ético, político y gerencial, ambas confesiones tienen el mismo significado. Si una persona acepta pilotar un avión sin conocer el oficio, y otra, conducir un ministerio sin saber de la materia ni tener experiencia alguna en el campo que administrará, pues, estamos ante dos irresponsabilidades, dos formas de irrespetar las trayectorias profesionales del área y a los ciudadanos a los que se supone deben servir.  
Pero la declaración del pasado 21 de septiembre, en la entrevista firmada por Víctor Amaya, también pone en evidencia a quien tomó la decisión. Porque al nombrar como ministro a alguien que confiesa desconocer el campo, y tampoco es un destacado gerente con trayectoria en la gestión pública, el presidente espurio demuestra su desprecio profundo por una comunidad y por una dimensión de la vida social contemporánea –la de la cultura y las políticas culturales–, cuya importancia para el desarrollo humano es cada vez más reconocida por los países y gobiernos contemporáneos. Subestimación pura: Nicolás no ha puesto al frente de Salud a alguien que no sea médico.
En la actualidad la gestión cultural ha adquirido tal importancia que es objeto de doctorados y maestrías. Quien escribe estas líneas ha sido profesor por largos años en muchas de ellas en América Latina y Europa. Y sabe bien que en los países que tienen gobiernos con vocación de servicio se le entregan estas responsabilidades a gente con formación especializada.
Miremos por ejemplo a Brasil, Lula –quien se supone es admirado por los rojos– tuvo como ministro de Cultura al músico y activista cultural Gilberto Gil, quien hizo una brillante gestión convertida en ejemplo internacional. Colombia, luego de la Constitución de 1991, a un experto hombre de teatro, Ramiro Osorio, quien al terminar su gobierno fue invitado a México a dirigir el Festival Cervantino. Y en Cuba el ministro Abel Prieto, aunque sirva a una tiranía, es un poeta que hizo previamente una larga carrera como gerente cultural.
Sin ir muy lejos. En Venezuela el primer departamento de Cultura a escala nacional lo creó Luis Beltrán Prieto Figueroa, maestro y poeta, cuando fue ministro de educación en 1948. El Inciba, el primer instituto autónomo de la democracia dedicado a la cultura, fue concebido por ese brillante escritor del continente llamado Mariano Picón Salas, quien murió cuando se disponía a dirigirlo. Y cuando a José Antonio Abreu, tan respetado por Hugo Chávez, le correspondió ser presidente del Conac, en el segundo gobierno de Pérez, ya había sido Premio Nacional de Música y creado y dirigido durante catorce años el Sistema Nacional de Orquestas, experiencia que le permitió hacer también una gestión memorable.
Ojalá a Iturriza no le ocurra algo similar a aquella ministra de cultura española en un gobierno de Aznar, escogida por similares razones de la ignorancia como mérito, quien en plena Feria del Libro de Guadalajara declaró a los medios estar muy emocionada porque aquel día iba a conocer “a esa brillante escritora portuguesa llamada Sara Mago”.
21/09/2014 07:00:00 a.m.
Reinaldo Iturriza: "A mí me gustan el rock, el reguetón y el merengue"
Últimas Noticias conversó en exclusiva con el nuevo ministro para la Cultura. Entre sus tareas más inmediatas está organizar la Fiesta del Joropo



Víctor Amaya | ÚN.- Reinaldo Iturriza ocupa una oficina que aún asume ajena. La biblioteca, por ejemplo, está llena de libros y regalos de sus predecesores en el Ministerio para la Cultura. Y en sus planes está dejarlos en herencia a su sucesor.

El nuevo titular, que viene de ser ministro de Comunas, aún responde titubeante, y lo admite: aún se está empapando. Sin embargo, se siente confiado de contar con un equipo “bastante preparado, por encima del promedio”.

Entre sus tareas más inmediatas está organizar la Fiesta del Joropo, con gira nacional y cierre en Caracas, y el Congreso Nacional de la Cultura, que explorará “la revolución cultural y la cultura comunal”.

¿Qué oportunidades le da ser novato en el campo cultural?

Supone limitaciones obvias. Llego con voluntad y necesidad de aprender y escuchar. Hay un trabajo de dignificación y visibilización de todo lo que hacen los cultores que debe mantenerse y profundizarse. Debemos hacer políticas más específicas de lo cultural desde lo popular. Tenemos que eliminar la distancia universal entre las artes y el pueblo, y trabajar en la reconstrucción histórica.

¿Qué quedó pendiente en las gestiones anteriores?

Aquí cada quien hizo su aporte muy importante a un ministerio que ni siquiera existía. No me corresponde a mí hacer inventario de las cosas que se han podido hacer mal. Venimos a aplicar una política establecida en el Plan de la Patria.

¿Para cuándo estarán los reglamentos de las leyes de Cultura y de Protección Social del Artista que establezcan detalles sobre los fondos y otras cuestiones?

Ese es uno de los objetivos del Congreso Nacional de Cultura. La idea es definir esas precisiones de las que yo, con toda franqueza, me estoy enterando. Si lo que hace falta es publicar el reglamento hay que hacerlo en el menor tiempo posible.

¿Cuándo se instala el congreso?

Será del 1 al 5 de octubre. Se evaluó posponerlo y yo pedí hacerlo porque hay mucha expectativa, mucha demanda de información. Hay un equipo que trabaja en esa organización. La otra semana daremos detalles.

¿Qué opina del paso de la Villa del Cine y Amazonia Films al Minci?

Me parece fundamental que haya articulación institucional, independientemente de a cuál ministerio pertenezcan. Desconozco las razones de ese cambio pero lo importante es que hay una política clara en lo cinematográfico. El cine debe ser un espacio no al servicio de la revolución bolivariana sino de la gente que hace cine. En la medida en que el arte dialoga con lo popular, con la calle, gana la sociedad, gana el arte y ganan los creadores. Debemos dar las condiciones para que ese diálogo se produzca, para que se recreen los imaginarios, que todavía siguen siendo muy de élite, muy de clase media.

Hay cineastas preocupados por la independencia del Cnac, en caso de que pase al Minci.

Creo que la independencia es deseable. Una democracia debe procurarse los medios de escuchar las voces críticas y disidentes. La mejor manera de dialogar con el que piensa distinto es que el conflicto se dirima en el plano cultural, eso enriquece a la sociedad, las distintas miradas y estéticas sobre una misma circunstancia. Lo que no puede pretender la élite es que van a seguir controlando el cine, la literatura, las artes plásticas para excluir al sujeto popular, invisibilizar al pueblo o construir una visión deformada y caricaturizada. A mí, por ejemplo, me parece más honesto el aporte estético de Jackson Gutiérrez sobre la violencia que esa visión predecible y manida que en general han tenido los cineastas venezolanos, con esa mirada a partir del prejuicio que criminaliza la pobreza.

Se dijo que Tves nació para ser una televisora cultural. ¿Cómo ve la programación de ese canal, con un show matutino de formato tradicional, con “Violetta” de Disney y producciones foráneas más que nacionales?

Yo creo que la TV pública debe tener público. Se usa mucho como excusa eso de que las audiencias están alienadas. Desde la izquierda decimos mucho eso, que a la gente lo que le gusta es Sábado Sensacional. Eso también es una posición de élite de la izquierda cultural. No hay que tenerle pavor a la sociedad de masas y la industria cultural, hay que acercarse a la candela sin quemarse. La necesidad de reinventar en el plano estético implica no repetir la estética de la cultura de masas. Como decía el Comandante, hay que inventar lo nuevo y que la gente te vea. La cuestión no son los géneros o formatos sino reinventarlos. Yo no estoy a favor de repetir fórmulas gastadas aun y cuando garantices audiencia. Tenemos que ser más audaces.

Cuando se promulgó la Ley Orgánica de Cultura, la diputada Gladys Requena decía que el Estado no podía promover el rock por no ser una expresión de la identidad venezolana.

Lo que pasa es que no hay arte puro. Si nos ponemos a indagar en el origen del Alma llanera (una zarzuela) y nos ponemos estrictos entonces rechazamos todo lo que venga de España. Es una ridiculez y una falta de respeto. Yo creo en la discriminación positiva, en darle espacio a la música que se produce aquí, sin cerrarnos a la influencia incluso de la industria cultural. Lo que tenemos es que competir, en el mejor sentido. A mí me gusta el rock, me gusta Tego Calderón que es reguetón, me gusta Calle 13, me gusta el merengue.

¿Min-Cultura apoyará el rock y otros géneros urbanos?

Sí. Hay grupos muy buenos como Campesinos Rap al que le hemos dado apoyo. Hay una política de apoyo al rock nacional. Yo me enteré de que en Alba Ciudad hubo un escándalo porque pusieron una canción de Michael Jackson. Ese es uno de los artistas más extraordinarios de la humanidad. Creo que hay que ser más amplio en todos los términos, y eso no tiene nada que ver con la necesidad de defender nuestra música tradicional.

¿Ser amplio implica trabajo conjunto con gobiernos de oposición, por ejemplo?

Hay razones de índole político que impiden eso. Eso se expresa a todo nivel de Gobierno. En algunos órdenes eso no debe ser. En términos ideales, sería mucho más provechosa la cooperación interinstitucional.

En octubre de 2012 Chávez regañó a sus ministros porque no se veía el espíritu comunal. ¿Cómo reflejarlo en la cultura?

Cuando el Comandante hablaba de eso hablaba de las transformaciones en el plano inmaterial. La revolución no es simplemente saldar la deuda material del pueblo pobre. Hay que ir creando las condiciones para producir los valores de una nueva sociedad. Hay que articular el esfuerzo abajo. Usualmente los consejos comunales no impulsan los comités de cultura y están pendiente más de resolver problemas de infraestructura y económicos. Es una visión muy honesta. La relación se da, no hay comuna sin transformación social más allá de las instancias formales. Eso hay que cimentarlo.

¿Cómo quiere ser recordado en Min-Cultura?

Como alguien que hizo política cultural desde la calle.

¿En qué plazo se verán sus primeros resultados?

En seis meses es que uno controla la institución, pero los resultados hay que irlos produciendo de inmediato… En enero, pues, para no darle largas.

¿Se sintió preparado cuando lo nombraron ministro de Cultura?

Lo primero que pensé fue: “Yo no sé nada de cultura, por qué me van a poner ahí”. Después el Presidente me explicó sus razones.

¿Cuáles?

Para el Presidente, yo soy un intelectual. Me dijo que ya me había probado en el frente de masas, y ahora había que trasladar esa experiencia para acá. Me habló de la necesidad de reimpulsar la revolución cultural, de construir hegemonía cultural, que lo popular predomine, y trabajar fuerte el tema de la identidad. Me he puesto de tarea desmontar la compleja trama del discurso discriminatorio, el discurso de “este país de mierda” que está en la esencia antichavista.

¿Identificarse con el país no pasa por tener uno sin cortes de luz, sin escasez, etc.?

Esta es una revolución asediada. Es verdad que cometemos errores, que hay decisiones que no se terminan de tomar, que no hemos logrado hacer productivas algunas empresas, todo eso es verdad. Pero también es verdad que estamos en una guerra económica que hay que reconocer, así como el esfuerzo de Chávez por evitar que esto se convirtiera en una lucha fratricida.

Su Perfil

Reinaldo Iturriza fue nombrado por el presidente Nicolás Maduro como titular de Cultura el 2 de septiembre de 2014. Antes fue ministro para las Comunas, desde 2013.

Es sociólogo egresado de la Universidad Central de Venezuela (2000) con mención Magna Cum Laude. Trabajó para la Defensoría del Pueblo (2003) y el Ministerio del Trabajo (2006-2007). Dirigió Ávila TV (2009). Fue profesor de la UCV (2006) y la Universidad Bolivariana de Venezuela (2004-2005).


Por el medio de la calle

Reinaldo Iturriza
 habla con franqueza y critica con fuerza el burocratismo. “Lamento nuestra impresionante incapacidad para transmitir lo que ocurre en las comunas, donde hay gente que contra todo pronóstico supera obstáculos, incluyendo los que pone el Gobierno bolivariano, porque este sigue siendo un Estado burocratizado”. “Allí hay gente creando otra cosa, practicando la política de otra manera y en contacto permanente con lo que molesta: la clientela, el politiquero. Eso produce mucho malestar y es un signo de muy buena salud del pueblo chavista. Allí hay una sociedad tratando de reinventarse”. En el III Congreso del Psuv, los delegados lo pitaron denunciando corrupción y lentitud en el que fue su despacho. “No solamente hubo pitas sino que mi intervención terminó al grito colectivo de ‘revisión’. Allí se criticó fuertemente a Fundacomunal. Hay una propensión todavía, a raíz de que el Estado sigue siendo burgués, que se mezcla con lo peor de nuestra cultura política de izquierda: pretender que la gente es masa de maniobra y clientela política. Yo aprendí a detestar esa política porque me asqueaba”.

-¿Esa política se ha perpetuado? -Hay una continuidad. Es muy difícil. Eso lo dijo el comandante Chávez hasta que se cansó. Donde uno esté tiene la obligación de combatir eso.

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El ministro se reúne con su antecesor y asoma que irá a otro cargo. Foto: Luis Vallenilla

“Sé que me estoy muriendo,  y me gustaría volver a vivir”

Sofía Ímber | Foto: Williams Marrero
Sofía Ímber | Foto: Williams Marrero
Mañana, a las 7:00 pm, en el Hotel Tamanaco, se le rendirá un homenaje en la XXIII Feria Iberoamericana de Arte 

En una casa amplia, incrustada en una colina caraqueña, allí donde en otros tiempos se guarecía de la curiosidad ajena quien era la mujer más mediática de Venezuela, vive Sofía Ímber (nacida en Soroca, Rumania, el 8 de mayo de 1924) larga vejez. En un primer momento, apenas verla como está, instalada en un sillón, rodeada por cierto aire majestuoso, parece un ícono de capilla medieval. Si antes su cabello, de destellos ocres y dorados y siempre bien peinado, era el marco espléndido de un rostro poderoso, hoy ilumina los gestos de una señora que dice, con una ferocidad desengañada: “Yo sé que me estoy muriendo, y me gustaría volver a vivir”. Al replicarle el periodista: “¡Pero son 90 años, y usted ha hecho de todo!”, alza los hombros e insiste, terca: “No lo suficiente”.
Fue persona de éxito en la prensa escrita, la radio y la televisión; fundó el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas y lo convirtió en uno de los mejores de América Latina; estuvo casada con dos hombres incomparables, Guillermo Meneses, con quien tuvo sus cuatro hijos, y Carlos Rangel; conoció o fue amiga de Gérard Philipe, de Picasso, de Reverón, de Neruda, de Vasarely, de medio mundo; se dio el lujo de tener enemigos y de sobrevivirlos; hoy es abuela y una mujer admirada dentro y fuera del país. ¿Qué más quiere? Sofía Ímber se parece a esa frase de Oscar Wilde que dice que nada triunfa tanto como el exceso.
“Yo pienso en mi forma de ser y no sé si es pasión o malacrianza. Me encanta trabajar y quisiera seguirlo haciendo. Lo que pasa es que mi carapacho no me ayuda –se refierea su cuerpo, según ella ‘un fracaso’, puesto que ya no la acompaña tanto como querría–. Por eso es que, a pesar de que amo los espejos, no me miro en ellos”.
–¿Le da nostalgia?
–No conozco esa palabra. Incluso si alguien me pregunta si siento nostalgia por algo tan grande como el Museo… no. Lo hice y se acabó. Como cuando uno tiene un novio y lo deja. Ya está.
–Actitudes como esa hacen creer a mucha gente que usted es implacable. Quedó a la vista cuando apareció en Buenos días, sola, al día siguiente de haber enterrado a Carlos Rangel, su marido, el coanfitrión del programa.
–Cuando el suicidio de Carlos, Arturo Úslar insistió en venir a mi casa. Me dijo: “Te ruego que no vayas al programa. Cuando dijiste que irías no sabías lo que decías” .Yo le respondí: “Arturo, te agradezco la amistad, pero yo voy a ir”. Y fui. Dijeron de todo de mí: que era cruel, fría, insensible. No me importa. Hice lo que a Carlos le hubiese gustado que hiciera.
Comienza a llover. La señora solicita ir al baño. La acompaña Carmen, su enfermera. Unos minutos más tarde, regresa. Sofía ha caminado 40 pasos y está cansada. Respira con cierta dificultad. “Viéndolo bien –se reincorpora–, yo no he tenido una vida interesante”.
–¿Cómo no?
–Me comparo con grandes mujeres y me parece que soy poco.
–¿Por ejemplo?
–No sé… con Ajmátova, con Margaret Thatcher…
–A Anna Ajmátova le fusilaron a su marido, su hijo estuvo años en la cárcel, fue perseguida por Stalin. ¿No es excesiva la comparación?
–Quizá sí.
–¿A cuál mujer venezolana admira más?
–A Tita Mendoza.Y entre los hombres, de los vivos, al padre Ugalde, y de los muertos, a Alejandro Armas.
–Muchos admiran a Sofía Ímber, que esta semana será homenajeada en la XXIII Feria Iberoamericana de Arte de Caracas (FIA 2014).
–Soy madrina de la FIA desde el primer día. Es un reconocimiento a la amistad.
–Es una distinción que recibe en un momento muy difícil para el país.
–Quisiera no hablar del país. Me duele demasiado.Y como no estoy activa, me siento peor…¡Lo de Rayma! Uno vive la censura ajena como propia. A mí también me botaron de ese periódico. A mí me botaron de todas partes.
–¿A dónde va a llegar Venezuela?
–Llegó. Pero falta.
–¿Qué hacer?
–Lo de siempre: luchar. Pero, claro, luchar cómo, dónde, cuándo, con quién. Aunque se lucha, no siento aquella pasión venezolana. No veo la unidad.
–Es pesimista.
–Yo soy así. Hay un pesimismo que es dinámico y que avanza rápidamente –mira hacia la ventana. Cunden el agua, los relámpagos, los truenos–. Esta lluvia ha sido muy irregular –observa–: primero grandota, luego chiquita, ahora grandota otra vez. Así es uno, ¿verdad?
–¿Quiere mandar a cerrar la puerta del balcón?
–No. Prefiero ver la lluvia. Prefiero ver el miedo y enfrentarlo antes de que me lo cuenten… –y un instante después, la mirada de vuelta, sonriente–: La noche que inaugura la FIA voy a estar elegante.
–Como siempre, ¿no?
–Sí –dice. Y tose un poco.

LEYENDA:
WILLIAMS MARRERO
Ímber: “Soy madrina de la FIA desde el primer día. Es un reconocimiento a la amistad”

El fatalismo del género negro, inmortalizado en películas ambientadas en San Francisco como "Maltese Falcon", sigue vivo en los rincones más oscuros de la ciudad pese a los aires tecnológicos que soplan ahora en la Bahía.

Fatalismo del género negro vive en el San Francisco de la alta tecnología

El recorrido por el San Francisco de Dashiell Hammett (1894-1961), autor de "El Halcón Maltés", que inmortalizaron en la gran pantalla en 1941 Humphrey Bogart, Mary Astor, Peter Lorre y Gladys George, se adentra por los callejones sin salida que transitó Sam Spade, el detective al que dio vida el escritor estadounidense.

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El Sam Spade de Bogart transitó por San Francisco
EL UNIVERSAL
sábado 27 de septiembre de 2014  11:54 AM
San Francisco.- El fatalismo del género negro, inmortalizado en películas ambientadas en San Francisco como "Maltese Falcon", sigue vivo en los rincones más oscuros de la ciudad pese a los aires tecnológicos que soplan ahora en la Bahía.

Y nadie mejor que Don Herron, un taxista que recorre las cuestas de San Francisco al anochecer y guía del recorrido literario más antiguo de EEUU, conoce los entresijos de un género enigmático, cuyo ingrediente clave es el final trágico y en el que no pueden faltar la mujer fatal, el asesinato y un ambiente urbano y noctámbulo.

"Comencé a hacer el recorrido en 1977", explica Herron frente al Ayuntamiento de San Francisco en un sábado reciente al alrededor de docena de personas que participaron en el itinerario de unos cinco kilómetros y cuatro horas por la ciudad.

"Comencé cobrando un dólar por persona y hace unos meses un turista me dijo que eso es el equivalente hoy en día justo de lo que cobro, 20 dólares", afirma el guía.

El recorrido por el San Francisco de Dashiell Hammett (1894-1961), autor de "El Halcón Maltés", que inmortalizaron en la gran pantalla en 1941 Humphrey Bogart, Mary Astor, Peter Lorre y Gladys George, se adentra por los callejones sin salida que transitó Sam Spade, el detective al que dio vida el escritor estadounidense.

"Hammett nació el 27 de mayo de 1894 en un condado rural del estado de Maryland", explica Herron al comienzo del trayecto, cuando aprovecha para recordar la poca fortuna del padre del escritor en todos sus proyectos.

"Por aquel entonces había unos cuantos superricos, masas enormes de pobres y no mucho en el medio. Creo que quieren que volvamos a ese punto", bromea Herron en medio de una creciente tensión en San Francisco por la desigualdad de ingresos entre el común de los mortales y los nuevos ricos de la tecnología.

El desembarco de millones de la tecnología, que han ayudado a sanear la cara a la ciudad, y el optimismo del que hacen gala los emprendedores de Silicon Valley contrasta con el género negro al que ha estado estrechamente asociada San Francisco durante casi un siglo.

En ese San Francisco la oscuridad acarreaba un cierto romanticismo y los héroes corruptos acababan perdiendo.

El recorrido de Dashiell Hammett transcurre en gran parte en el Tenderloin, donde vivió y escribió muchas de sus historias el detective convertido en autor.

Barrio con toques de Art Deco y edificios de los años veinte, las calles del Tenderloin acogen ahora a vagabundos y drogadictos y son escena de buena parte del crimen en la ciudad.

"Por favor no ocupen toda la acera. Hay que dejar paso a las trayectorias de los psicópatas callejeros, aunque últimamente no he visto a muchos", advierte Herron poco antes de que una mujer con apariencia de drogadicta irrumpa persiguiendo a gritos a un hombre que trata de huir.

Fue en esas calles donde Hammett dio vida a personajes que se inspiraron en su experiencia durante sus siete años como detective en la firma Pinkerton National.

La asociación de San Francisco con el género negro de Hammett está también muy presente en los bares al estilo clandestino que todavía existen en la ciudad, como Bourbon and Branch, al que hay que acceder mediante el uso de una contraseña.

Al frente de varios de esos locales está Brian Sheehy, propietario de cinco bares estilo clandestino.

Muestra también del apego de la ciudad al legado de Hammett es el Festival de Cine Negro que se celebra cada año y que cuenta con una audiencia fiel y entusiasta.

Eddie Muller director del festival desde hace doce años aseguró, en declaraciones recientes al diario The New York Times, que el atractivo del género negro puede resumirse en tres palabras: "sufrir con estilo".

"¿Cuánto vale tu país?", se preguntaba Isaac Chocrón en 1966. Un desprevenido podría ver hoy Asia y el lejano oriente y pensar que la pieza fue escrita en enero, pero hay que repetirlo, surgió en 1966, y sus palabras golpean quizás con mucha más fuerza hoy que en aquel tiempo

Chocrón le canta a un país vendido por sus habitantes, que implora identidad nacional

"Asia y el lejano oriente" se presenta como teatro musical en Trasnocho.

Angel Ricardo Gómez El Universal
sábado 27 de septiembre de 2014  09:20 AM
"¿Cuánto vale tu país?", se preguntaba Isaac Chocrón en 1966. Un desprevenido podría ver hoy Asia y el lejano oriente y pensar que la pieza fue escrita en enero, pero hay que repetirlo, surgió en 1966, y sus palabras golpean quizás con mucha más fuerza hoy que en aquel tiempo.

Así lo piensa Javier Vidal, quien versiona la obra en una temporada que ha iniciado en el Teatro Trasnocho. "Creo que esta pieza encaja más en los momentos que estamos viviendo que cuando la vieron por primera vez, cuando a lo mejor fue percibida como una fábula proyectiva", comenta quien está al frente de una propuesta eminentemente musical, con canciones de Federico Ruiz y Santos Palazzi.

Vidal considera que Asia y el lejano oriente, que narra la historia de un país que es vendido tras un plebiscito, siempre apuntó a algo más que teatro. "Chocrón ya asomaba tímidamente lo musical. Cuando estrena estaba Marcelo Planchart tocando la batería y habían algunos movimientos; yo no llegué a verla. En 1985 cuando debuta la Compañía Nacional de Teatro, Román Chalbaud repite como director y está Vinicio Ludovic, que hace composiciones tipo jingles, y Vicente Nebrada hace cuatro o cinco coreografías. Ese montaje fue más nostálgico. Creo que había una timidez un no atrevimiento de hacerlo musical de una vez. Como ya está pronto a cumplir el medio siglo, la enfrenté como un clásico y busqué darle una lectura alternativa".

Image Producciones presenta entonces un ambicioso espectáculo de diez actores en escena, encabezados por Julie Restifo, Gonzalo Velutini, Gerardo Soto, Natalia Román, Gladys Seco, Oswaldo Maccio, Fernando Azpúrua, Fabiola Arace, Marla Flores y Jan Vidal. Las coreografías son de Luz Urdaneta, la producción artística de María Eugenia Romero y la producción general de Marbella Molina y Carlos Scoffio.

"Quiero en principio, que el público la pase bien, pero también que reflexione y eso está en la bachata final por ejemplo, es sentir más identidad con el país que tenemos, no dejar que nos lo vendan, que nos lo quiten, porque cuando eso ocurra seremos realmente unos apátridas", aspira Vidal.

Asia... acaba de iniciar temporada en el Teatro Trasnocho, con funciones los viernes a las 9:00 pm, y los sábados y domingos a las 8:00 pm.

Isaac Chocrón Nacido en Maracay en 1930 y fallecido en Caracas, 

el 6 de noviembre de 2011

Asia y el lejano oriente de Chocrón vuelve a la escena 

en formato musical

Correo del Orinoco 26 septiembre 2014 |
A decir del director Javiel Vidal, la obra “es una toma de conciencia sobre nuestra identidad” 
y aseguró que aunque fue escrita hace casi 50 años, es una pieza “para la eternidad”


Los habitantes de un país deciden venderlo y repartirse el dinero entre todos. 
Para ello deben hacer un plebiscito en el que gana la opción de vender al país. 
Cuando han realizado la venta, ellos mismos se cuestionan si han hecho lo 
correcto con la frase ¿Cuánto vale tu país?
Esta es la historia que se cuenta y se canta en Asia y el lejano oriente, la
obra escrita por Isaac Chocrón en 1965 y que vuelve a la escena nacional
desde esta noche, en una versión musical adaptada y dirigida por Javier Vidal.
En una escenografía sencilla, los personajes suben al escenario, y en medio
del canto, cada uno presenta a su personaje y la manera en la que percibe a
Asia y a partir de la pregunta ¿esto es un país o esto es un mercado?, se
comienza a desarrollar la historia que plasmó Chocrón hace casi 50 años.
“Yo quise acercarme a la pieza como un clásico, haciendo una lectura alternativa
en la que tomé la obra para contextualizarla en el tiempo, no en un espacio
porque Chocrón no coloca esta historia en Venezuela, sino en Asia y el lejano
Oriente”, contó Vidal al Correo del Orinoco.
El director rememoró que Asia y el lejano Oriente se montó por primera vez en
1966 y luego, se hizo un montaje “muy nostálgico” hecho por Román Chalbaud
en 1985 para la fundación de la Compañía Nacional de Teatro.
En esta oportunidad, el elenco está integrado por las actrices Julie Restifo, Gladys
 Seco, Natalia Román, Fabiola Arce y Marla Flores; y los actores Gonzalo
Velutini, Oswaldo Maccio, Gerardo Soto, Fernando Azpúrua y Jan Vidal. La
producción está a cargo de Image Producciones.
Las presentaciones de la pieza serán en el Teatro Trasnocho del Trasnocho
Cultural, ubicado en el Centro Comercial Paseo Las Mercedes. Las funciones 
serán los viernes a las 9:00 pm y los sábados y domingos a las 8:00 pm.
 Las funciones se extenderán hasta el próximo 14 de diciembre.
Las entradas están a la venta en las taquillas del teatro o mediante el portal
web www.ticketmundo.com

CON MÚSICA

Las piezas que cantan en vivo las actrices y los actores en cada función de Asia y
el lejano Oriente son de creación original de los maestros Federico Ruiz y Santos
Palazzi y para componerlos se tomaron parte de los textos de las piezas para
componer las letras.
Las canciones recorren varios géneros musicales como la sandunga, el son, el
cha cha chá, el bolero y el tango, que acompañan cada uno de los momentos que
se cuentan en la pieza. El saludo de las actrices y los actores se realiza al ritmo
de bachata.
“Creo que la gente va a estar conmovida con el final, porque la letra de ese final
es el espíritu de toda una obra de Isaac Chocrón”, comentó Vidal.
El director contó que para las coreografías que acompañan los cantos de las actrices
y los actores, contó con el apoyo de la coreógrafa Luz Urdaneta, con quien tuvo la
oportunidad de compartir por primera vez en un montaje.
Urdaneta “es muy exigente, sobre todo en una oportunidad como esta en la que se
trataba de un trabajo con actrices y actores que, aunque tienen muchas destrezas

no son bailarines”, comentó Vidal.

El director también destacó que el elenco de Asia y el lejano Oriente ha tenido mucha disciplina para realizar las coreografías que acompañan la obra.

DE LA IDENTIDAD

A decir de Vidal, traer nuevamente la obra de Chocrón a la escena nacional no es solo una manera de recordar al dramaturgo venezolano, que ayer hubiese cumplido 84 años de vida, sino también rememorar un mensaje de una obra que el próximo 2015 cumple 50 años de haberse escrito.
“Es una toma de conciencia sobre nuestra identidad. Recordemos que la pieza trata sobre los habitantes de un pueblo que quieren vender su país y luego se convierten en unos apátridas de verdad y
se preguntan ¿Dónde está mi patria si la acabo de vender al mejor postor?”,
reflexionó el director.
En ese sentido, Vidal manifestó que por eso es importante presentar nuevamente
en la escena venezolana las obras que han constituido un clásico en el teatro
nacional.
“Los venezolanos ya tenemos clásicos del teatro contemporáneo. Isaac Chocrón
es uno de ellos y esta pieza marca el inicio de ese teatro. Es una obra que tiene
casi medio siglo, pero que fue escrita por Chocrón para la eternidad”, apuntó.
Texto/Sharlaine Chona
Foto/Héctor Rattia