Homofobia persignada
NAIBET SOTO PARRA | EL UNIVERSAL
martes 4 de octubre de 2011 04:25 PM
"Fui criada en un hogar homosexual" es el título del cuestionable artículo de opinión escrito por la señora Maria Denisse Fanianos, cuya composición supone un 70% de citas textuales del lamentable caso de Dawn Stefanowicz, quien tiene como misión de vida, dictar charlas en contra de cualquier forma de unión distinta a la descrita en este breve párrafo (SIC): "...los niños deben ser criados por una mamá y un papá que estén casados, ese es el mejor ambiente para el niño, porque poner a los niños en otro tipo de familia, con diferentes parejas, diferentes valores culturales es muy peligroso para ellos".http://www.dawnstefanowicz.org/
La señora Fanianos seleccionó esta historia para adjudicar deliberadamente a la orientación sexual, la caracterización de un padre maltratador y enfermo, sin dejar margen alguno para una interpretación más compleja y justa de lo que la homosexualidad supone como condición de vida. Lamentablemente, sobran ejemplos de ambientes familiares denigrantes en la fórmula "padre y madre".
Mi reclamo se resume a la vil manipulación del caso. Si la organización "Venezuela entre líneas" se autoproclama como creadora de un país mejor en un clima de unión y armonía, lo menos que puedo exigir es congruencia. La homofobia es excluyente. La manipulación genera discordia. Probablemente el nombre de su organización debería cambiar a "entre tubos", por ese terrible rasgo que comparten todos los que se creen moralmente superiores y pretenden por ello, entubar el criterio de terceros como si fuesen idiotas esperando la iluminación.
Mi sugerencia es que realice contrastes con otras historias, más armónicas y afortunadas, donde lo prelativo ha sido del amor y el amparo de una familia antes que la orientación sexual de los padres que la conforman. En Venezuela, contamos con extraordinarios ejemplos de organizaciones no gubernamentales que tienen años de trabajo sostenido por la articulación, visibilización y reivindicación de los derechos de personas LGBTI, contáctelas, infórmese, amplíe su espectro y sume a su causa la característica diversidad de un país como el nuestro.
Lamento hondamente que al margen del incremento de las visitas a la versión digital por el artículo, El Universal, gane poco al hacerse canal de un artículo como ese, cuyo título supone el anzuelo a una versión distorsionada de la experiencia de crecer en el seno de familias homoparentales. No puede extrapolarse sin mediación, contrastes ni comparaciones, el penoso caso de Stefanowicz no puede convertirse en la versión oficial de lo que significa crecer en un hogar homoparental, y menos aún bajo el amparo de una doctrina espiritual que condiciona la narración. Es justamente en la reinterpretación donde reside el acto de innecesaria manipulación. De padres maltratadores sobran historias en Venezuela: heterosexuales, fervorosos católicos, casados, con hijos bautizados, crucecitas de palma en la puerta de la casa y medallas de oro que prueban su fe.
Espero que lo reconsidere, afortunadamente una católica tiene la opción de arrepentirse, confesar sus pecados, proponerse firmemente no volver a cometerlos, apelar a la infinita misericordia de un Dios bueno, esperando le conceda el perdón de sus culpas y la conducción a la vida eterna. Amén. Eso sí, contra la egolatría no hay rosario posible, señora Fanianos, procure en adelante debatir con seriedad, no retuitear solo los mensajes que le apoyan, eso es de pusilánimes.
soto.naibet@gmail.com
@Naky
La señora Fanianos seleccionó esta historia para adjudicar deliberadamente a la orientación sexual, la caracterización de un padre maltratador y enfermo, sin dejar margen alguno para una interpretación más compleja y justa de lo que la homosexualidad supone como condición de vida. Lamentablemente, sobran ejemplos de ambientes familiares denigrantes en la fórmula "padre y madre".
Mi reclamo se resume a la vil manipulación del caso. Si la organización "Venezuela entre líneas" se autoproclama como creadora de un país mejor en un clima de unión y armonía, lo menos que puedo exigir es congruencia. La homofobia es excluyente. La manipulación genera discordia. Probablemente el nombre de su organización debería cambiar a "entre tubos", por ese terrible rasgo que comparten todos los que se creen moralmente superiores y pretenden por ello, entubar el criterio de terceros como si fuesen idiotas esperando la iluminación.
Mi sugerencia es que realice contrastes con otras historias, más armónicas y afortunadas, donde lo prelativo ha sido del amor y el amparo de una familia antes que la orientación sexual de los padres que la conforman. En Venezuela, contamos con extraordinarios ejemplos de organizaciones no gubernamentales que tienen años de trabajo sostenido por la articulación, visibilización y reivindicación de los derechos de personas LGBTI, contáctelas, infórmese, amplíe su espectro y sume a su causa la característica diversidad de un país como el nuestro.
Lamento hondamente que al margen del incremento de las visitas a la versión digital por el artículo, El Universal, gane poco al hacerse canal de un artículo como ese, cuyo título supone el anzuelo a una versión distorsionada de la experiencia de crecer en el seno de familias homoparentales. No puede extrapolarse sin mediación, contrastes ni comparaciones, el penoso caso de Stefanowicz no puede convertirse en la versión oficial de lo que significa crecer en un hogar homoparental, y menos aún bajo el amparo de una doctrina espiritual que condiciona la narración. Es justamente en la reinterpretación donde reside el acto de innecesaria manipulación. De padres maltratadores sobran historias en Venezuela: heterosexuales, fervorosos católicos, casados, con hijos bautizados, crucecitas de palma en la puerta de la casa y medallas de oro que prueban su fe.
Espero que lo reconsidere, afortunadamente una católica tiene la opción de arrepentirse, confesar sus pecados, proponerse firmemente no volver a cometerlos, apelar a la infinita misericordia de un Dios bueno, esperando le conceda el perdón de sus culpas y la conducción a la vida eterna. Amén. Eso sí, contra la egolatría no hay rosario posible, señora Fanianos, procure en adelante debatir con seriedad, no retuitear solo los mensajes que le apoyan, eso es de pusilánimes.
soto.naibet@gmail.com
@Naky
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