El patetismo del caso venezolano es que la guerra imaginaria que acaba de terminar en la estrepitosa derrota de quienes la postularon ni siquiera tiene la virtud de la originalidad, no hablemos ya de un mínimo de inteligencia. Pero también tiene un correlato, lejano y todavía muy inventivo en el
cine. En 1963, Jean Luc Godard rodó Los carabineros, la historia de dos pobres diablos que un rey enviaba a pelear en un país desconocido y por motivos desconocidos, con la esperanza de ser recompensados con el producto del pillaje. Los infelices volvían a casa con fotos del esplendor de los países conquistados pero sin fortuna y comenzaban a dudar de las patrañas de las que habían sido objeto, incidentalmente a través del manejo de la imagen que hacía el poder. En esas estaban cuando ocurría un hecho tan previsible como definitorio.
El rey perdía la guerra y los sacrificaba.
Maduro: Dios proveerá, algún día, para que Venezuela cuente con una oposición verdaderamente nacional (+Video)
“Confiemos en Dios, para que surja una oposición que logre reconocer que en América Latina hay otra realidad; una oposición que no se arrodlille ante la llamada de un telefonito que le habla en inlgles y le da órdenes”
Caracas, 30 de enero de 2015.- “Ojalá todo esto que sucede en la CELAC bañara de luces a la oposición y surgiera de allí un verdadero liderazgo que viera más allá de sus propios intereses personales, económicos y particulares. Ojalá, pero no tengo muchas esperanzas que sea así, solo digo: Dios proveerá algún día una oposición distinta”,
Así respondió el Presidente Nicolás Maduro la pregunta del periodista de TeleSUR, Rolando Segura, ante la conducta contraria que ha asumido la derecha venezolana por los resultados favorables en respaldo al Gobierno Bolivariano durante la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), realizada en Costa Rica.
“Esta ultraderecha anda por Europa conspirando contra Venezuela. Lo que hacen en el mundo es malhablar y malponer a su país. Ojalá lograran captar el nuevo espíritu de América Latina y El Caribe”
“Confiemos en Dios, para que surja una oposición que logre reconocer que en América Latina hay otra realidad; una oposición que no se arrodlille ante la llamada de un telefonito que le habla en inlgles y le da órdenes”, manifestó el Jefe de Estado, desde Miraflores, donde ofreció un balance de su participación en la histórica reunión regional.
Volvió a desear que surgiera en Venezuela una oposición sensata “que leyera correcta y objetivamente todo esto que está sucediendo en el continente”.
“Esta ultraderecha anda por Europa conspirando contra Venezuela. Lo que hacen en el mundo es malhablar y malponer a su país. Ojalá lograran captar el nuevo espíritu de América Latina y El Caribe”.
“Esa sería una victoria histórica para Venezuela, que esa nueva oposición trabajara por el país”.
Maduro recordó que a comienzos de año, se intentó una emboscada por parte de gobernadores opositores, junto a otros dirigentes de la derecha, para que se produjera violencia en los centros de distribución de alimentos.
“En vez de salir a acompañar al pueblo para aumentar la producción y se regularice la distribución de alimentos, parece que asumen la posición del vago, muy distinto a gobernadores patriotas que salen a trabajar con el pueblo”.
Hizo una excepción con el mandatario de Lara, Henry Falcón, de quien dijo actuó de manera responsable en esa oportunidad. “No sé si le hago daño, lo digo responsablemente, porque Henry Falcón ha dado mensajes de concordia y ja hecho llamados a la paz, dispuesto a trabajar para regularizar la situación en la distribución”.
“Hago esa excepción, de resto la derecha sale como loca, y en vez de ayudar trata de aprovecharse de las circunstancias”. “Pero eso es lo que hay en la derecha venezolana”, dijo parafraseando a uno de sus ministros.
“Dios proveerá, algún día, para que Venezuela cuente con una oposición verdaderamente nacional, nacionalista y que tenga ideas y sentimientos patrióticos sobre nuestra Venezuela”, puntualizó.
Unidad Democrática (MUD) desde septiembre de 2014 hasta el presente declaró:
que merecerlo".
"El mapa de Venezuela se ha convertido en el mapa del hampa"
"La única protección que importa es la de Dios".
Barrera Tyszka: “El concepto de patria me parece peligroso”
El escritor presentó en Venezuela su más reciente obra, "Patria o muerte". La novela presenta conflictos éticos de unos personajes que viven en la incertidumbre surgida durante la enfermedad y muerte de Hugo Chávez
Alberto Barrera Tyszka se toma un café pequeño mientras espera ser entrevistado. No parece haber problemas, pero en pocos minutos la bebida se le tornará amarga, cuando le cobren casi 800 bolívares por dos guayoyos. Asombrado, pregunta al mesonero si ese es el monto. Le dice que sí.
Todavía le quedan algunas semanas para sorprenderse por la vorágine de precios de un país con una inflación evidente, pero sin la certeza de los números del Banco Central de Venezuela, que aún no publica datos oficiales al respecto. En enero el escritor volverá a México. Llegó a Venezuela un día antes de las elecciones del 6 de diciembre. “La reacción del gobierno ha sido deslegitimar el acto electoral, decir que perdió porque engañaron a la gente. Una elección de un Parlamento se convirtió en una diatriba como de fin del mundo”.
El ganador del Premio Tusquets Editores de Novela por Patria o muerte realza, sin embargo, el optimismo. “Cuando Hugo Chávez ganó en 1998 suspendió simbólicamente la alternabilidad”.
La obra galardonada cuenta la vida de un oncólogo y su esposa, una periodista estadounidense, un reportero con problemas económicos y su pareja que se niegan a entregar el apartamento que alquilaron; además, la relación de dos niños con problemas familiares durante la enfermedad y posterior muerte del presidente Hugo Chávez. El final es desolador, no hay conclusión. La incertidumbre prevalece en la vida de cada uno, vidas en declive con situaciones que retan su ética como asociaciones maliciosas para recuperar el hogar o amenazas que corrompen un objetivo reporteril.
“Todos los personajes se ponen a prueba y se terminan transformando. Tienen que negociar con una sociedad y ceden a lo que pensaban eran sus principios e ideologías para mantenerse. Los niños de la historia sobreviven por su edad. Tienen la posibilidad de fugarse de esa realidad, pero es cuestión de tiempo”, indica el novelista, que la semana pasada presentó en el país el título galardonado.
Ningún personaje es malo por ser chavista u opositor. Los dilemas surgen cuando tienen que subsistir, situaciones cotidianas producto de sociedades como la venezolana. Las resoluciones son problemas éticos. Una excepción son los hermanos Sanabria, ideológicamente opuestos, pero leales a lo que consideran correcto. “Ninguno es peor o mejor por pensar diferente. Claro, son las personas más viejas de las novela. Los otros son los que afrontan dilemas más fuertes, los que tienen que hacerse la vida, tener apartamento, criar hijos o mantener un trabajo”.
El autor asegura que siente desconfianza cuando escucha la palabra "patria" por el maltrato que en su opinión ha recibido, al igual que "pueblo". Prefiere pensar en términos más pequeños como la experiencia ciudadana, gente que se respeta y comparte sabores, tradiciones, formas de hablar y relacionarse. “El concepto de patria me parece peligroso”.
En el título usa una consigna de la izquierda que representa la polarización, el mundo en dos esquinas que funciona para la solemnidad de un discurso. “Entonces aparece la vida, que también es muerte y enfermedad. En ese momento la consigna no parece tan buena a la retórica, a ese discurso grandilocuente”, acota el autor de la biografíaHugo Chávez sin uniforme, que firmó con Cristina Marcano.
Contextos diferentes. Hace tres semanas Patria o muerte se leía como el registro de un episodio enmarcado en un modelo que podía perdurar en el tiempo. “Cuando lo escribí planteé un final abierto desde la orfandad que generó la muerte de Chávez. Una sociedad que vivía a su alrededor, a favor o en contra. Pero no indica fin. Hay que fijarse en las reacciones. Aristóbulo Istúriz acaba de decir que ganó la contrarrevolución, que será una guerra larga. Esa es la oferta del oficialismo. El hacia dónde vamos que está en el final aún está por verse”.
No son pocas las novelas o cuentos ambientados en la Venezuela de los últimos 17 años, una empresa arriesgada para quien quiere ser fiel a su estética literaria. No son pocos los textos en los que la visceralidad se antepone a la literatura, las líneas se convierten en panfletos, quejas de un autor ante lo que contraría.
En Patria o muerte Barrera Tyszka se refiere a la crisis con palabras certeras que no hincan en el tedio. “Hay que aferrarse a la literatura, ponerse en las realidades humanas de la ficción y no en el contexto de lo que quiero decir con planes editoriales”, afirma al respecto.
No identifica un tipo de lector como objetivo, pero sí le parece un ejercicio interesante que algún seguidor de Chávez lea la novela. “En Aporrea alguien escribió, sin leer el libro, que sabían lo que podían esperar. Uno no puede decir nada. El libro se defiende solo. Uno no puede ir convenciendo a nadie para que lo lea. Hay barreras que superan la lectura misma”.
El novelista considera que entre 2011 y 2013 el país era una sala de espera, pero no encuentra una metáfora apropiada para definir los tiempos actuales. “Ahora hay más posibilidades de que sea más democrático”, agrega el escritor, que recibió 18.000 euros por el Premio Tusquets Editores de Novela como anticipo de derechos de autor. “Ya los gasté. Tengo una hija que terminará pronto sus estudios de Hotelería y Turismo en España. Sirvieron para pagar una deuda”.
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