Yo soy

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viernes, 22 de febrero de 2013

El TET celebra 40 años con una pieza que reflexiona sobre la paternidad.


MEMORIA EMOTIVA: Tierra santa

El TET celebra 40 años con una pieza que reflexiona sobre la paternidad.

JUAN A. GONZÁLEZ |  EL UNIVERSAL
jueves 21 de febrero de 2013  12:00 AM
El orden es 
un imposible
Madre hay una; padres muchos. La frase tan popular como cruel no es más que reflejo de los prejuicios que en nuestras culturas existe acerca de la paternidad. La lógica de la expresión, de ser cierta, indicaría que cualquiera puede ser padre o que nada se equipara con el rol biológico de la mujer como dadora de vida. ¿El hombre acaso no lo es?

Como quiera que sea, para Mayor y Segundo, dos hermanos que se reencuentran en el declive de sus vidas, no por la edad, sino por la pérdida de sus respectivas expectativas y esperanzas de una buena vida, nada debe ser más falso que aquello que se considera sacado de la sabiduría popular.

Ellos son los protagonistas de Tierra Santa, pieza con la que el Centro de Creación Artística TET celebra cuatro décadas de su fundación siempre con el énfasis de sus estudios y propuestas escénicas puesto en el trabajo del actor.

Y vaya si así lo demuestran quienes encarnan en este montaje -que dirige Costa Palamides- a esos dos seres que permanentemente rumian no sólo la ausencia de un padre, sino las dificultades, sinsabores y el poco entendimiento que entraña serlo: Guillermo Díaz Yuma (Mayor) y Ludwig Pineda (Segundo).

Escrito por Elio Palencia, el texto de Tierra Santa está atravesado por la desesperanza, por una especie de sopor que emana de una escenografía ruinosa y de la que sobreviene el convencimiento de que de una u otra forma se ha fracasado en la vida.

Desde su chinchorro, Segundo, un machista, alcoholizado y aquejado por la impotencia -sobretodo, por su impotencia para poner un poco de orden en su caótica existencia, rodeada, por cierto, de simbólicas adolescentes embarazadas y sin un padre para sus hijos- conversa con su hermano Mayor, quien regresa a la casa familiar luego de haber sido abandonado por su mujer. Él es, quizás, el más "próspero" de estos dos perdedores. No obstante, ni siquiera su nueva fe lo salva del inminente acabose.

Desde la inutilidad de sus deseos y la mentira del porvenir, el realista pero también poético texto de Palencia va derribando uno tras otro los paradigmas acerca del progreso personal en un entorno de absoluto abandono. Mayor y Segundo no sólo fueron dejados por su padre; ellos se han dejado a sí mismos y han sido abandonados por una sociedad que constantemente distorsiona el sentido de salvación hasta hacer creer que no hay más salidas que las milagrosas.

En Tierra Santa está presente, sí, el tema de la paternidad irresponsable y denigrada, pero si se lee un poco más allá del estupendo texto de Elio Palencia; de la sencilla pero contundente puesta en escena de Costa Palamides, y de las sentidas interpretaciones de Guillermo Díaz Yuma y Ludwig Pineda, el espectador lo tendrá muy fácil a la hora de configurar el panorama de una realidad -la del país, la del planeta- a la que es imposible reorganizar con miras a la felicidad de personas como Mayor y Segundo... o como cualquier otra.

Tierra Santa se presenta hasta este fin de semana, a las 3:00 pm, en el Teatro César Rengifo de Petare.

jgonzalez@eluniversal.com

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