Yo soy

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lunes, 25 de febrero de 2013

El teatro es impredecible. A veces crees que vas a tener éxito y resulta que es el fracaso más atronador, nunca sabes qué hilo hay. Aunque yo no voy a la sorpresa que el público me depara, yo siempre voy a la sorpresa que el espectáculo me produce a mí.


Ibrahim Guerra: "El arte conceptualiza la vida"

"Hay que ser muy ocioso para sin estar dentro de la política, sacar tiempo para intentar entenderla" "No creo que el arte te sirva a ti para dar discursos, el arte sí conceptualiza la vida... tú emites un criterio", asegura el dramaturgo y director.

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"Me siento bien en todos lados", confiesa Guerra (Nicola Rocco)
ÁNGEL RICARDO GÓMEZ , IBRAHIM GUERRA , DIRECTOR Y DRAMATURGO |  EL UNIVERSAL
lunes 25 de febrero de 2013  08:29 AM
Ibrahim Guerra no dice su edad sino el año de nacimiento, 1944. Que sean otros los que hagan el cálculo. ¿Miedo a los años? Para nada. Dice: "A mí lo que me atormenta pensar es que no me pongo viejo... Me siento vital". El director y dramaturgo está en Venezuela a propósito del Festival de Teatro de Caracas, donde se presentará el libro Teatro hiperrealista, con tres obras suyas, y dicta un taller de producción teatral. A 2,50 la Cuba libre, su obra más representada, es también montada por Mimí Lazo Producciones. 

Recientemente ha salido a la luz pública su faceta de artista plástico con una individual en Miami. "Pinto desde siempre solo que nunca lo había mostrado. De tres años para acá me dio por mostrar mi trabajo... Las pinturas mías parten del hecho dramático, son abstracciones de lo que yo me imagino puede ser la atmósfera de un espectáculo". 

Guerra, sin embargo, vive y muere por las tablas. "Soy un perturbado del teatro, se podrá caer al cielo, pero a mí un espectáculo me sale", dice. Y más adelante afirma: "Lo más lamentable de cuando me muera es que voy a dejar de hacer teatro". 

No le interesa la política sino el arte, aunque considera que los venezolanos andan "intoxicados" con la polarización. 

-Ha dicho que la palabra, como el espacio, es lo más importante en el teatro. ¿Qué pasa con la palabra en el ámbito político venezolano? 

-En ese terreno yo no me meto porque son dinámicas que tratar de entenderlas es un ejercicio de absoluta inutilidad, ociosidad e ineptitud. Hay que ser muy ocioso para sacar tiempo y no estar dentro del plano de la política e intentar entender eso. 

-¿No le interesa la política? 

-Sí me interesa, pero me interesa más el arte que no me deja tiempo para más nada, y yo a través del arte veo lo político, lo social, lo espiritual, lo estético... 

-Pero la político afecta mucho a lo artístico. Cuando un Estado le quita el apoyo a los grupos independientes, por ejemplo. 

-Eso es anecdótico, y lo digo por mí: a mí me parece una estupidez suponer que un Estado determinado te impida a ti la expresión artística; a mí no me lo ha impedido ni este Gobierno ni otro, y yo he sido crítico con todos los Gobiernos. Yo sí creo que el educador, también soy educador, debe someterse a criterios políticos. Yo creo que el arte no está condicionado a eso y por eso es que yo no involucro una cosa con la otra. 

-Pero hay un deber ser... En otros países el Estado tutela el arte. El Estado británico subsidia a la Royal Shakespeare Company. ¿Ese es el deber ser? 

-Eso está bien porque es Shakespeare, el Estado lo hace como precepto fundamental de la sociedad. Pero hay otras compañías que hacen con Shakespeare lo que les da la gana, y posiblemente eso no lo subsidia el Estado, o sí. En España el Estado terminó subvencionando a La Fura dels Baus y ahí dejó su furia y se calmó. 

-¿O sea que a veces es perjudicial el apoyo del Estado? 

-Yo pienso que nunca debe ser perjudicial. Si lo ha sido es porque los artistas han sido débiles en sus planteamientos y muy poco claros en lo que quieren sostener a través del arte. Yo no creo que el arte te sirva a ti para dar discursos, el arte sí conceptualiza la vida, y en ese sentido tú emites un criterio, una definición de algo, "Qué es la vida, como decía Calderón: un frenesí, una ilusión", él lo decía desde otro punto de vista. Peter Weiss (autor de Marat Sade) plantea un debate entre lo lúdico absoluto, el placer de disfrutar tu cuerpo a través de tu intelecto, y eso es muy distinto al planteamiento de Marat que decía: "Tú no eres un individuo, tú eres una masa, perteneces a una masa que tiene que vibrar por un objetivo", y ambos puntos de vista son válidos. 

-En Venezuela nos hemos polarizado entre dos maneras de entender la política. ¿Le parecen válidas también? 

-Es que yo veo torpezas de parte y parte. Peter Weiss se vale de discursos políticos muy bonitos, pero cuando ambos discursos van a la práctica se van a encontrar con la tierra que el agua moja, con escollos terribles, donde es muy difícil que la pureza conceptual se mantenga. Hay torpezas en la aplicación de los discursos. ¿Cómo llegar a acuerdos? Ese es un terreno en el cual yo no me quiero meter porque además ahí juegan mucho los intereses personales. 

-Ha dicho que estamos intoxicados por el tema político. ¿Cómo hace el arte para trascender la intoxicación? 

-Yo creo que sí. La intoxicación es tan grande y nefasta que te cuento una anécdota: César Rengifo fue mi maestro en el 67, yo me salí de la escuela por seguir trabajando como su asistente, yo adoraba al viejo. César Rengifo es el creador del teatro moderno en Venezuela, y su Joaquina Sánchez es una de las obras más difíciles del teatro mundial. Siempre hemos cuestionado a los Gobiernos que no nos dan dinero para montar la obra de Rengifo. El alcalde (Jorge Rodríguez) se propuso montar Joaquina Sánchez, con todo el esplendor posible, y fue duramente criticado por la misma gente de teatro, dijeron que era un espectáculo oportunista. Eso ofende a César Rengifo, me ofende a mí. Allí pensé que estaba en medio de un teatro altamente contaminado. 

-¿Por eso decide irse a Miami? 

-No. Allá se abrió una oportunidad con Telemundo donde di talleres a los actores y escribo para televisión. Creo mucho en la televisión como medio de expresión literaria y dramática, tiene sus formas, sus reglas, y me parece válida. Tengo mucho respeto por la telenovela, tiene mucho sentido, solo que a veces es mala y a veces es buena, como toda pieza de arte y comunicación. 

-Le preguntaría por la situación del teatro en Caracas, pero más bien podría hablar del teatro en Miami ¿no? 

-Hay muchísimos venezolanos allá. Miami es un mundo muy especial, con un público que quiere sentir, salir, aunque el teatro no ha cuajado, la oferta teatral es distanciada. Me ocurre que llego aquí y me encuentro con no menos de 50 espectáculos en cartelera. Eso es impensable en Miami. Acá se articulan los circuitos de teatro y el teatro ha sido potente siempre en Caracas, no sé si en Venezuela. 

-¿Y cree que la cantidad se corresponde con la calidad de ese teatro? 

-Es una pregunta delicada. No tengo herramientas, pero no creo que el volumen haga precisamente la calidad. 

-Va a montar A 2,50 la Cuba Libre en Miami. ¿Esa es su obra más rentable? 

-Esa obra tiene cinco años con Mimí Lazo, se ha montado más de 100 veces en el mundo, tiene el premio Quetzal de Onix como la pieza más montada fuera de Venezuela y cada año lo ratifica. 

-¿Entonces se puede vivir de escribir obras o novelas? 

-De escribir novelas ni hablar, vives y vives bien. 

-¿Hay recetas a la hora de escribir? 

-El teatro es impredecible. A veces crees que vas a tener éxito y resulta que es el fracaso más atronador, nunca sabes qué hilo hay. Aunque yo no voy a la sorpresa que el público me depara, yo siempre voy a la sorpresa que el espectáculo me produce a mí. 

-¿Entonces trata de inducir la sorpresa? 

-Tal vez. Me imagino que sí. No quiero que el público piense como yo, pero yo sí sé exactamente qué es lo que pienso del espectáculo y como no soy de Marte ni llegué ayer a Venezuela y su cultura, yo sé qué es lo que puede funcionar, de acuerdo con cómo me funciona a mí. Si a mí me gusta el espectáculo, va a ser bueno. Soy muy severo, porque creo que con el teatro no se debe jugar. 

-¿Disfruta más el proceso que el estreno? 

-Es un goce. Trabajo para mí y para el público. 

Twitter: @argomezc

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