Alejo Felipe: "Este socialismo es un animal raro"
"Esta ha sido la convocatoria de un sector importante, de los que han sido más golpeados" "Todo es destruir. Ninguna revolución que actúa por destruir solamente, ha progresado", indica el actor.
Felipe está en cartelera con la obra "Toc Toc" (Adolfo Acosta)
ÁNGEL RICARDO GÓMEZ | EL UNIVERSAL
lunes 8 de abril de 2013 08:13 AM
En julio cumple 70 años. De estos, más de 50 los ha dedicado a la actuación. Alejo Felipe nació en Santa Cruz de la Palma, Canarias, y desde los años 50 se radicó principalmente en Margarita. Por esto, no puede ocultar el acento típico de la región, su humor característico y esa manera tan particular de ver la vida que tiene el oriental. El experimentado actor -como muchos venezolanos- no cree en pajaritos preñados, como se dice en el argot popular. El también locutor militó en la izquierda, formó parte de la Juventud Comunista del MAS, conoce el marxismo y sus vertientes, y dice con propiedad que en Venezuela no hay socialismo, sino un "animal raro".
Este viernes estuvo en el acto en apoyo a Henrique Capriles Radonski, a quien -asegura- adversará en el futuro si recorta recursos para la cultura, "porque una cosa es que te pellizquen, que te golpeen, que te reduzcan, y otra cosa es que te eliminen", dijo un día antes del acto en el Teatro Chacao.
-Voy como uno más que es lo que soy. Ha sido una convocatoria normal de un sector que es importante en el país, la cultura, y uno de los que ha sido más ignorado y golpeado por este Gobierno en los últimos años. En cuanto a ese grupo "independiente que apoya a... ", hay un solo caso que a mí me duele y es el de Roque Valero, quizás porque es con el único de ellos que he tenido relación, porque lo conocí en la condición del tipo que está empezando y quiere hacer cosas.
-¿Por qué lo lamenta? ¿No tiene él derecho a opinar?
-No es eso. Todos tienen derecho a pensar políticamente como les dé la gana. Todo ser humano es político, pero la gente va apuntando en una dirección, va dejando como una huella, hasta el punto que no te sorprenden. Cuando la gente tiene cierta sensibilidad social, tú vas notando rasgos de preocupación, que es lo que no le veo a ninguno de ellos.
-¿Y será verdad lo de los 500.000 bolívares?
-No sé, pero sería más triste todavía, porque esa también es una forma de prostituirse, y la mayoría no necesita los 500.000; quizás yo los necesito más que ellos. La mayoría de ellos vive bien, tiene buenos sueldos y buenos carros, incluso, la condición social previa de algunos es de clase dominante, hay uno que es pariente de uno de los dueños de RCTV.
-Siempre se le ha recortado el presupuesto a la cultura. ¿Qué le hace pensar que eso va a ser diferente con Capriles?
-Nadie es adivino, nadie tiene una bolita de cristal, pero creo que sería una insensatez, y eso nos pondría frente a ese Gobierno. Por ejemplo, hay algunas manifestaciones artísticas que en todo el mundo tienen el apoyo o de la empresa privada o del Estado; la ópera es poco rentable en todas partes del mundo, imagínate que los italianos decidieran cerrar la Scala de Milán porque eso no da real, ¡se arma un rollo en Italia!, por decir lo menos. Aquí, a la inmensa mayoría de los grupos sobre todo como represalia política, les fueron quitando las subvenciones hasta llevarlas a cero; otros dijeron "Pa' que me des esa miseria y pretendas taparme la boca, no me des nada", como el Actoral 80, con el que yo trabajé. Ahí cada centavo que le daban se utilizaba, obras de autor que no pueden ser montadas comercialmente. Ese tipo de teatro es necesario, hay un tipo de música que es necesaria, las sinfónicas no dan ganancias en ninguna parte del mundo, pero deben existir, no una sola como existe en Venezuela que es el Sistema de Orquestas. No puede ser que todo el dinero de la cultura sea para el Sistema del doctor José Antonio Abreu -que Dios lo conserve por muchos años- en detrimento incluso del resto de las agrupaciones. Musicalmente si tú no estás ahí, estás afuera, yo no puedo estar de acuerdo con eso.
Revisando el marxismo
-¿Usted sí se leyó a Marx?
-Algo. Tampoco soy un experto, es muy dura esa lectura. En mi época el manual era el de Marta Harnecker, Los conceptos elementales del materialismo histórico, que era como el ABC.
-¿Y qué es lo que tenemos en Venezuela?
-Un injerto, un animal raro que tú no puedes definir. Yo, por ejemplo, aprendí en el Partido Comunista que ningún militar es revolucionario en el sentido estricto del término, gran parte ha sido liderada por civiles: Mao, Lenin, Sandino, Martí... El socialismo del siglo XXI realmente no ha tocado las estructuras económicas del país, que sigue siendo monoproductor petrolero, y cada vez más; con menos diversificación, cada vez más porcentaje de las divisas del país son petroleras, entonces, ¿cuál es la revolución? Porque una revolución debería empezar por industrializar al país, que bastantes recursos ha tenido.
-Volviendo al tema de los actores, ¿no ha sido el mismo gremio responsable de la actitud del Gobierno hacia él, al no conformar un sindicato sólido?
-De algún modo uno puede decir que tiene la responsabilidad, porque la respuesta no ha sido lo suficientemente fuerte. Lamentablemente, aquí el sindicato se acabó; el tradicional, que queda en Chapellín, se está cayendo solo. Un día antes de que estos muchachos "valientes" se pronunciaran, se hicieron elecciones del sindicato y yo me enteré porque vi a María Laya en televisión. Y las elecciones se hicieron en el hotel Alba Caracas. Ya eso lo vuelve sospechoso, yo sé que la sede está deteriorada, pero pudieron hacerla en una plaza.
La destrucción como objetivo
-No es que nos han quitado prebendas a los artistas, sino que se han quedado con los teatros, el Ateneo de Caracas, el Alberto de Paz y Mateos, el Tilingo... Es destruir por destruir, por la ofuscación de creer que solo lo tuyo es mejor, y ninguna Revolución que actúa por destruir solamente, ha progresado. La única fue la Revolución Francesa donde iban, a lo mejor sin proponérselo, destruyendo y construyendo, entonces no hay vacío. Por ejemplo, tú eliminas el Sitme, y dicen: "Ya informaremos", pasan dos meses y no hay nada nuevo, ¡así no puede funcionar un país! Es una actitud de improvisación y autosuficiencia, de "Yo lo sé hacer todo".
-En Venezuela se viene jugando a la antipolítica incluso desde antes de Chávez, quien llega al poder, entre otros factores, porque no era parte de los partidos tradicionales. Ahora se ha exacerbado más, los actores hacen política, todos hacen política, ¿por qué?
-En principio, yo puedo ser actor y ser político. Pero sí, hubo mucho de antipolítica, sobre todo, en la segunda etapa de la vieja democracia. Hubo también un deterioro en la clase dirigente, de despreocupación y descuido de las clases más pobres. Eso fue creando el clima para que pasara algo, pero no el 4-F. Eso que dicen que ese día salieron las masas, es mentira. Aquí no salió nadie. Yo no estaba en China, yo estaba en Sabana Grande y aquí no salió nadie, porque si sale alguien no se entregan. Entonces empieza a crearse como una figura mítica que va a reivindicar a los pobres, el equipo de agitadores era bueno y la gente empieza a creer en él. Chavez tenía un 4% al comenzar la campaña, Irene Sáez, 60%, y de repente era una mentira. Cuando se juntan Copei con AD mucha gente pensó que eran la misma cosa. Lanzaron a Salas Römer, y es un poco lo que puede pasar ahora, que el liderazgo y el carisma son intransferibles. Si la gente no ve a éste simpático, no va a votar por él.
-¿Entonces tiene chance Capriles?
-Depende mucho de la abstención, de la no creencia de algún sector del chavismo en el nuevo liderazgo de Maduro. Porque a Chávez todo le quedaba bien, él era así. Chávez dice lo del pajarito y no pasa nada. Pero cuando ves a un tipo que imita al otro, que habla igual al otro, que quiere bailar joropo, que busca un sombrero parecido, te dices: "Este no es el de verdad". Creo que cada etapa tiene un cómico y es único.
Este viernes estuvo en el acto en apoyo a Henrique Capriles Radonski, a quien -asegura- adversará en el futuro si recorta recursos para la cultura, "porque una cosa es que te pellizquen, que te golpeen, que te reduzcan, y otra cosa es que te eliminen", dijo un día antes del acto en el Teatro Chacao.
-Voy como uno más que es lo que soy. Ha sido una convocatoria normal de un sector que es importante en el país, la cultura, y uno de los que ha sido más ignorado y golpeado por este Gobierno en los últimos años. En cuanto a ese grupo "independiente que apoya a... ", hay un solo caso que a mí me duele y es el de Roque Valero, quizás porque es con el único de ellos que he tenido relación, porque lo conocí en la condición del tipo que está empezando y quiere hacer cosas.
-¿Por qué lo lamenta? ¿No tiene él derecho a opinar?
-No es eso. Todos tienen derecho a pensar políticamente como les dé la gana. Todo ser humano es político, pero la gente va apuntando en una dirección, va dejando como una huella, hasta el punto que no te sorprenden. Cuando la gente tiene cierta sensibilidad social, tú vas notando rasgos de preocupación, que es lo que no le veo a ninguno de ellos.
-¿Y será verdad lo de los 500.000 bolívares?
-No sé, pero sería más triste todavía, porque esa también es una forma de prostituirse, y la mayoría no necesita los 500.000; quizás yo los necesito más que ellos. La mayoría de ellos vive bien, tiene buenos sueldos y buenos carros, incluso, la condición social previa de algunos es de clase dominante, hay uno que es pariente de uno de los dueños de RCTV.
-Siempre se le ha recortado el presupuesto a la cultura. ¿Qué le hace pensar que eso va a ser diferente con Capriles?
-Nadie es adivino, nadie tiene una bolita de cristal, pero creo que sería una insensatez, y eso nos pondría frente a ese Gobierno. Por ejemplo, hay algunas manifestaciones artísticas que en todo el mundo tienen el apoyo o de la empresa privada o del Estado; la ópera es poco rentable en todas partes del mundo, imagínate que los italianos decidieran cerrar la Scala de Milán porque eso no da real, ¡se arma un rollo en Italia!, por decir lo menos. Aquí, a la inmensa mayoría de los grupos sobre todo como represalia política, les fueron quitando las subvenciones hasta llevarlas a cero; otros dijeron "Pa' que me des esa miseria y pretendas taparme la boca, no me des nada", como el Actoral 80, con el que yo trabajé. Ahí cada centavo que le daban se utilizaba, obras de autor que no pueden ser montadas comercialmente. Ese tipo de teatro es necesario, hay un tipo de música que es necesaria, las sinfónicas no dan ganancias en ninguna parte del mundo, pero deben existir, no una sola como existe en Venezuela que es el Sistema de Orquestas. No puede ser que todo el dinero de la cultura sea para el Sistema del doctor José Antonio Abreu -que Dios lo conserve por muchos años- en detrimento incluso del resto de las agrupaciones. Musicalmente si tú no estás ahí, estás afuera, yo no puedo estar de acuerdo con eso.
Revisando el marxismo
-¿Usted sí se leyó a Marx?
-Algo. Tampoco soy un experto, es muy dura esa lectura. En mi época el manual era el de Marta Harnecker, Los conceptos elementales del materialismo histórico, que era como el ABC.
-¿Y qué es lo que tenemos en Venezuela?
-Un injerto, un animal raro que tú no puedes definir. Yo, por ejemplo, aprendí en el Partido Comunista que ningún militar es revolucionario en el sentido estricto del término, gran parte ha sido liderada por civiles: Mao, Lenin, Sandino, Martí... El socialismo del siglo XXI realmente no ha tocado las estructuras económicas del país, que sigue siendo monoproductor petrolero, y cada vez más; con menos diversificación, cada vez más porcentaje de las divisas del país son petroleras, entonces, ¿cuál es la revolución? Porque una revolución debería empezar por industrializar al país, que bastantes recursos ha tenido.
-Volviendo al tema de los actores, ¿no ha sido el mismo gremio responsable de la actitud del Gobierno hacia él, al no conformar un sindicato sólido?
-De algún modo uno puede decir que tiene la responsabilidad, porque la respuesta no ha sido lo suficientemente fuerte. Lamentablemente, aquí el sindicato se acabó; el tradicional, que queda en Chapellín, se está cayendo solo. Un día antes de que estos muchachos "valientes" se pronunciaran, se hicieron elecciones del sindicato y yo me enteré porque vi a María Laya en televisión. Y las elecciones se hicieron en el hotel Alba Caracas. Ya eso lo vuelve sospechoso, yo sé que la sede está deteriorada, pero pudieron hacerla en una plaza.
La destrucción como objetivo
-No es que nos han quitado prebendas a los artistas, sino que se han quedado con los teatros, el Ateneo de Caracas, el Alberto de Paz y Mateos, el Tilingo... Es destruir por destruir, por la ofuscación de creer que solo lo tuyo es mejor, y ninguna Revolución que actúa por destruir solamente, ha progresado. La única fue la Revolución Francesa donde iban, a lo mejor sin proponérselo, destruyendo y construyendo, entonces no hay vacío. Por ejemplo, tú eliminas el Sitme, y dicen: "Ya informaremos", pasan dos meses y no hay nada nuevo, ¡así no puede funcionar un país! Es una actitud de improvisación y autosuficiencia, de "Yo lo sé hacer todo".
-En Venezuela se viene jugando a la antipolítica incluso desde antes de Chávez, quien llega al poder, entre otros factores, porque no era parte de los partidos tradicionales. Ahora se ha exacerbado más, los actores hacen política, todos hacen política, ¿por qué?
-En principio, yo puedo ser actor y ser político. Pero sí, hubo mucho de antipolítica, sobre todo, en la segunda etapa de la vieja democracia. Hubo también un deterioro en la clase dirigente, de despreocupación y descuido de las clases más pobres. Eso fue creando el clima para que pasara algo, pero no el 4-F. Eso que dicen que ese día salieron las masas, es mentira. Aquí no salió nadie. Yo no estaba en China, yo estaba en Sabana Grande y aquí no salió nadie, porque si sale alguien no se entregan. Entonces empieza a crearse como una figura mítica que va a reivindicar a los pobres, el equipo de agitadores era bueno y la gente empieza a creer en él. Chavez tenía un 4% al comenzar la campaña, Irene Sáez, 60%, y de repente era una mentira. Cuando se juntan Copei con AD mucha gente pensó que eran la misma cosa. Lanzaron a Salas Römer, y es un poco lo que puede pasar ahora, que el liderazgo y el carisma son intransferibles. Si la gente no ve a éste simpático, no va a votar por él.
-¿Entonces tiene chance Capriles?
-Depende mucho de la abstención, de la no creencia de algún sector del chavismo en el nuevo liderazgo de Maduro. Porque a Chávez todo le quedaba bien, él era así. Chávez dice lo del pajarito y no pasa nada. Pero cuando ves a un tipo que imita al otro, que habla igual al otro, que quiere bailar joropo, que busca un sombrero parecido, te dices: "Este no es el de verdad". Creo que cada etapa tiene un cómico y es único.
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