Didascalia: El país de Macbeth
Entrevista al director Orlando Arocha a propósito de su montaje de la obra, “que se ha considerado como una de las piezas más cortas y emblemáticas de Shakespeare”
Hace un año, cuando hacía algunas entrevistas sobre la influencia de la obra de William Shakespeare en la dramaturgia venezolana, tuve la oportunidad de entrevistar al director Orlando Arocha, quien dirige con la actriz Diana Volpe la Caja de Fósforos, sala de teatro ubicada en los espacios de la Concha Acústica de Bello Monte. Pensé que dicha entrevista perdería vigencia, dado que trata sobre un tema muy puntual en una época muy específica como lo fue el aniversario de los 450 años de la fecha estimada del nacimiento del máximo referente del teatro isabelino. No sucedió así.
Comenzamos la primera quincena del siglo XXI con un país que se asemeja en la mayoría de sus características a la Escocia deMacbeth, que se ha considerado como una de las piezas más cortas y emblemáticas de Shakespeare. La corrupción del ser humano como consecuencia de una ambición desmedida por el poder fue algo que, como Arocha explica, lo motivó a adaptarla y montarla en el año 2012. A continuación sus pensamientos sobre este montaje, cuyo contexto no ha cambiado en absoluto a tres años de su estreno.
¿Por qué Macbeth?
Nosotros queríamos montar un texto que hablara un poco del poder y los puros vericuetos del poder. Entonces en ese momento nos pareció una obra absolutamente concorde a lo que queremos decir en el país en el que estamos viviendo y esa es una de las razones para escoger este gran clásico con un gran valor literario.
¿Qué cosas implica trabajar un texto de Shakespeare?
La gente ante Shakespeare toma una actitud exageradamente respetuosa, y esa es una de las cosas que en realidad me parecen irrespetuosas porque si bien es cierto que se trata de grandes textos, los textos se escriben desde lo humano, desde un acercamiento muy profundo y muy directo a lo humano pero no como un hecho filosófico sino como una cosa viva, y yo creo que el respeto de veneración impide muchas veces que uno no se acerque suficiente. Entonces Shakespeare no escribió para ser venerado sino para hablar de lo que él vivió en su época, y creo que el mejor acercamiento a Shakespeare es lo que estamos viviendo ahorita.
Eso ocurre con los demás autores: un espectáculo se da en la medida que uno se acerque al autor a partir de las vivencias personales y lo que se quiera transmitir.
Muchos evitan acercarse a Shakespeare porque sus textos se consideran más bien como académicos.
Peor que eso: si en verdad fuese tomado como algo académico la gente lo estudiaría, lo analizaría. Lo que nosotros tenemos de Shakespeare viene a partir del siglo XIX, porque comienza a ser traducido y esa es la visión romántica que tenemos. Cuando él no fue un escritor romántico sino renacentista con absolutamente otra estética. Hoy en día nadie monta a Shakespeare, evita hacerlo porque sigue manteniéndolo en el siglo XIX. Hay que deslastrarlo del romanticismo para poder representarlo. Por ejemplo, Romeo y Julieta que es una historia de amor trágica, dice la gente. Sin embargo la tragedia se da al final, la mayor parte de la obra se va en una comedia. Además, está llena de obscenidades, de sexo y erotismo, y si no la ves de cerca tal y como era en su época pierde más de la mitad del argumento. Hay que ver a Shakespeare a partir de lo que estamos viviendo.
¿Hay alguna diferencia entre el trabajo realizado con Shakespeare y otros autores?
No hay diferencia. Cuando aceptas un texto ya sea shakespiriano o de un autor contemporáneo tienes un diálogo con él: es lo que tú dices y lo que dice el texto, y ese diálogo varía evidentemente pero no porque sea o no de Shakespeare, varía según las condiciones mismas de la obra y por lo general yo trato de tener a Shakespeare como algo contemporáneo. Muchas veces hago el procedimiento inverso: trato de ver lo clásico en lo contemporáneo.
¿Qué otra obra de Shakespeare piensa que podría representarse actualmente?
Pienso que el universo de Shakespeare es maravilloso. Ya yo he montado Hamlet, Sueño de una noche de verano, Romeo y Julieta. Creo que al venezolano no le perjudicaría para nada ver más obras de Shakespeare. De hecho, en estos momentos creo que debería montarse más a menudo.
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