Nuevas formas de violencia
Los "acosadores tecnológicos" terminan por cansar a su audiencia y son rechazados
FIORELLA PERRONE | EL UNIVERSAL
lunes 1 de junio de 2015 12:00 AM
Sin duda alguna, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación constituyen un avance importante que nos permite, además de estar comunicados, difundir eventos, sucesos, noticias, imágenes, videos y casi cualquier información, en tiempo real. Tenemos acceso a una variedad inmensa de datos, con sólo accionar un click o una tecla.
Esta ventaja que disfrutamos hoy en día, si la utilizamos con criterio y responsabilidad, nos permite multiplicar sus beneficios y sacarle el máximo provecho, para que quienes vean, revisen o "sigan" los mensajes que elaboramos, puedan conocer algún suceso importante, puedan estar alertas ante un problema o puedan aprender cosas nuevas que los beneficien en alguna medida. Esto, nadie lo discute.
Pero, ¿qué pasa cuando estos correos, tweets, mensajes en Facebook, Instagram u otras redes sociales se utilizan para descalificar, mentir, agredir o difundir informaciones falsas o malintencionadas?, evidentemente causan un daño, que muchas veces puede convertirse en delito fácilmente comprobable.
Ya en los colegios existe un alerta y una preocupación por la descalificación y/o burla a la que son sometidos algunos estudiantes por parte de sus compañeros, esto forma parte del bullying o acoso cibernético, que deja secuelas preocupantes en los niños y adolescentes sometidos a esta especie de escarnio público y comunicacional. Esto no es un problema menor, en algunos países, se han reportado suicidios de adolescentes que fueron víctimas por largo tiempo de este acoso. Y en nuestro país, los pediatras y psicólogos, observamos un alarmante incremento de estos casos.
Debido a esta nueva forma de violencia, muchos psiquiatras y psicólogos se han dado a la tarea de estudiar la personalidad de los acosadores y han llegado a la conclusión de que son personas que carecen de habilidades sociales, presentan algún tipo de trastorno de la personalidad, no tienen capacidad de autocrítica, son manipuladores y en muchas ocasiones han sufrido episodios de violencia en su entorno más cercano.
Lamentablemente, esta suerte de violencia informática, se está extendiendo rápidamente, no solo en los colegios, por parte de adolescentes, sino que el acoso, la descalificación y el uso irresponsable de las redes sociales también la realizan los adultos. Es una manera fácil, simple y cobarde de emitir opiniones dañinas contra cualquiera. Por supuesto, estos "acosadores tecnológicos", terminan por cansar a su audiencia y generalmente son rechazados por la mayoría de las personas.
Es necesario conocer, que ya en la legislación venezolana, se están tipificando este tipo de conductas como delitos que acarrean sanciones para quienes las practican, como por ejemplo en la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Es tarea de los ciudadanos responsables, rechazar y denunciar este tipo de conductas. Apliquemos la sanción moral y utilicemos las leyes para neutralizar la delincuencia informática, acabemos con la violencia física y con la que se esconde detrás del computador.
Red de Apoyo por la Justicia y la Paz
fperroneg@gmail.com
Esta ventaja que disfrutamos hoy en día, si la utilizamos con criterio y responsabilidad, nos permite multiplicar sus beneficios y sacarle el máximo provecho, para que quienes vean, revisen o "sigan" los mensajes que elaboramos, puedan conocer algún suceso importante, puedan estar alertas ante un problema o puedan aprender cosas nuevas que los beneficien en alguna medida. Esto, nadie lo discute.
Pero, ¿qué pasa cuando estos correos, tweets, mensajes en Facebook, Instagram u otras redes sociales se utilizan para descalificar, mentir, agredir o difundir informaciones falsas o malintencionadas?, evidentemente causan un daño, que muchas veces puede convertirse en delito fácilmente comprobable.
Ya en los colegios existe un alerta y una preocupación por la descalificación y/o burla a la que son sometidos algunos estudiantes por parte de sus compañeros, esto forma parte del bullying o acoso cibernético, que deja secuelas preocupantes en los niños y adolescentes sometidos a esta especie de escarnio público y comunicacional. Esto no es un problema menor, en algunos países, se han reportado suicidios de adolescentes que fueron víctimas por largo tiempo de este acoso. Y en nuestro país, los pediatras y psicólogos, observamos un alarmante incremento de estos casos.
Debido a esta nueva forma de violencia, muchos psiquiatras y psicólogos se han dado a la tarea de estudiar la personalidad de los acosadores y han llegado a la conclusión de que son personas que carecen de habilidades sociales, presentan algún tipo de trastorno de la personalidad, no tienen capacidad de autocrítica, son manipuladores y en muchas ocasiones han sufrido episodios de violencia en su entorno más cercano.
Lamentablemente, esta suerte de violencia informática, se está extendiendo rápidamente, no solo en los colegios, por parte de adolescentes, sino que el acoso, la descalificación y el uso irresponsable de las redes sociales también la realizan los adultos. Es una manera fácil, simple y cobarde de emitir opiniones dañinas contra cualquiera. Por supuesto, estos "acosadores tecnológicos", terminan por cansar a su audiencia y generalmente son rechazados por la mayoría de las personas.
Es necesario conocer, que ya en la legislación venezolana, se están tipificando este tipo de conductas como delitos que acarrean sanciones para quienes las practican, como por ejemplo en la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Es tarea de los ciudadanos responsables, rechazar y denunciar este tipo de conductas. Apliquemos la sanción moral y utilicemos las leyes para neutralizar la delincuencia informática, acabemos con la violencia física y con la que se esconde detrás del computador.
Red de Apoyo por la Justicia y la Paz
fperroneg@gmail.com
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