El Golpe de Estado de 1945, conocido por sus partidarios como la Revolución de octubre, fue un golpe de Estado en Venezuela contra el gobierno del Presidente de la República Isaías Medina Angarita, llevado a cabo por una coalición de las Fuerzas Armadas y el partido político Acción Democrática.
Tal como comenta el historiador Manuel Caballero, el 18 de octubre de 1945 más que una fecha es una incitación al desencadenamiento de las pasiones. Es por esto que a pesar de los años transcurridos, este acontecimiento que dividió la historia contemporánea venezolana en dos sigue y seguirá generando polémicas, al menos mientras continúen viviendo algunos de sus actores. En este sentido, uno de los aspectos más controversiales en torno a los sucesos de 1945 fue el título de «Revolución» con que los miembros de Acción Democrática bautizaron a lo que no fue más que un golpe de Estado cívico-militar, que tuvo como principales cabecillas aRómulo Betancourt y Marcos Pérez Jiménez. No obstante, aunque no se pueda afirmar que el 18 de octubre haya sido un proceso revolucionario, sí se puede aseverar que produjo la finalización de una etapa de la historia política de Venezuela iniciada el 22 de octubre de 1899 con la llegada de los Andinos al poder, y el comienzo de otra, en la que estarán presentes nuevos actores.1
Antecedentes
Más que una oposición entre democracia y dictadura, en los orígenes del 18 de octubre de 1945 se aprecia el enfrentamiento entre dos tendencias democráticas: una gradualista, caracterizada por cierta desconfianza en torno a la madurez política de la población para ejercer sus derechos políticos, representada en el Medinismo; y la otra más radical y populista, fiel creyente en las capacidades de toma de decisión de los sectores más populares de la sociedad, representada por Betancourt y sus compañeros de partido. En cuanto a Isaías Medina Angarita, tenemos que éste, una vez que accede al poder el 5 de mayo de 1941, buscó distanciarse de su mentor político, Eleazar López Contreras, constituyendo una organización partidista propia llamada Partido Democrático Venezolano(PDV), lo que indicaba además su intención de enfrentarse a sus adversarios en su propio terreno. Asimismo, trató de arrancarle algunas de sus banderas, anunciando desde noviembre de 1942 una nueva política petrolera, haciendo aprobar una Ley de Reforma Agraria, adoptando una política internacional antifascista e iniciando también una espectacular política de obras públicas. Por otro lado, aunque Medina Angarita efectuó una reforma constitucional en abril de 1945 en la cual se otorgaba el voto a los hombres analfabetos y mayores de 21 años para las elecciones parlamentarias, y también a las mujeres bajo las mismas exigencias para la elección de los miembros de los Concejos Municipales, no fue aprobada la elección del presidente de la República por medio de votación universal y directa, lo cual se convirtió en la principal arma política esgrimida en su contra por parte de la oposición.
Por su parte, Rómulo Betancourt y el partido Acción Democrática (AD) explotaron hábilmente esta situación, haciendo de ella el más evidente símbolo de la contradicción de un gobierno que se pretendía democrático pero que en realidad era, según la opinión de Betancourt, tímidamente liberal. Paralelamente a esta situación, en el ámbito militar se estaba fraguando un movimiento que demandaba la reforma y modernización de lasFuerzas Armadas, aunque en realidad formaba parte de una pugna generacional entre los jóvenes militares de escuela, algunos con brillantes estudios en el extranjero, que veían bloqueadas sus posibilidades de ascenso a los altos mandos militares donde se encontraban enquistados los llamados generales «chopo 'e piedra», viejos jefes militares de escasa formación académica.
En este contexto, se produjo el contacto entre los descontentos civiles y algunos sectores de las Fuerzas Armadas, gracias a los buenos oficios de Edmundo Fernández, médico caraqueño que estaba ligado familiarmente a uno de los conjurados militares y que además era amigo de Rómulo Betancourt. Una vez facilitada por Fernández la comunicación entre civiles y militares, el Mayor Marcos Pérez Jiménez y un grupo de suboficiales se reunieron finalmente con Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, a quienes después se unieron Gonzalo Barrios y Luis Beltrán Prieto Figueroa. No obstante, pese a las conversaciones llevadas a cabo entre los adecos y los jóvenes oficiales, los primeros desistieron momentáneamente de la aventura golpista al surgir la candidatura de consenso nacional de Diógenes Escalante, quien se comprometió a gobernar por dos años y reformar la Constitución, con la finalidad de establecer el sufragio universal, directo y secreto. Sin embargo, esta opción se frustra al enfermar mentalmente Escalante, ante lo cual Betancourt se niega a aceptar, en las mismas condiciones, la nueva candidatura oficial de Ángel Biaggini en septiembre de 1945. En este punto, el movimiento conspirador ya no podía detenerse.
Sucesos del 18 de octubre de 1945
El 17 de octubre de 1945, Medina es informado de los preparativos del complot, lo cual parecía confirmar el mitin realizado el mismo día por Acción Democrática en el Nuevo Circo de Caracas, el cual constituía un virtual llamado a la insurrección. Las órdenes impartidas de acuartelar las guarniciones de Caracas y Maracay y de arrestar a tres de los cabecillas militares (Marcos Pérez Jiménez, Julio César Vargas y Horacio López Conde) desencadenan el alzamiento. En la mañana del 18 de octubre de 1945 estalla la revuelta en la Escuela Militar de La Planicie en Caracas. Por la tarde, la revuelta se había extendido en Caracas a los cuarteles de San Carlos, La Planta y Miraflores, y la guarnición de Maracay. El cuartel de San Carlos es retomado por el Gobierno, mientras se generalizan los tiroteos por las calles de Caracas. En la noche del 18 de octubre, al analizar la situación, Medina se niega a atacar la Escuela Militar por temor a provocar la muerte de los cadetes, muchos de los cuales habían sido sus alumnos años atrás. Por la mañana del 19 de octubre, las noticias de que tanto la aviación como la plaza de Maracay se encontraban en manos de los alzados y de que el Cuartel San Carlos había sido tomado por grupos de civiles insurrectos determinan la decisión de Medina de rendirse. Posteriormente, esa misma noche se constituye en el palacio de Miraflores una Junta Revolucionaria de Gobierno presidida por Rómulo Betancourt, la cual inició una nueva etapa en la vida política del país y para muchos la entrada de Venezuela en el siglo XX.
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