El origen divino de nuestros superhéroes favoritos
Los estudios siguen haciendo estas películas porque saben que las audiencias irán a verlas, incluso si los héroes son un árbol y un mapache
En los últimos años, incluso el más ardiente fanático de los libros de cómic se ha tenido que preguntar si es que había demasiadas películas de superhéroes en su cine local.
Por cada largometraje de Iron Man o Los Vengadores, ha habido un par de no tan buenas de Los 4 fantásticos y suficientes Hulk dudosos para machacar al espíritu más rígido.
Los estudios siguen haciendo estas películas porque saben que las audiencias irán a verlas, incluso si los héroes son un árbol y un mapache.
Así que la pregunta que esto suscita es, ¿por qué nos atraen tanto las historias de superhéroes? ¿Y desde cuándo?
La respuesta a la segunda pregunta es más breve que la primera.
Los superhéroes han existido desde siempre, antes de la escritura y en todas las culturas para las cuales podemos encontrar pruebas.
Fionn mac Cumhaill construyó la Calzada del Gigante en Irlanda del Norte y Gilgamés batió a Humbaba en Mesopotamia.
Rama fue expulsado de Ayodhya, en India, mientras que Beowulf mató a Grendel y a su madre en Escandinavia.
Y esto, antes de los antiguos griegos, quienes produjeron una gran cantidad de héroes a la altura de cualquier colección de Marvel o DC.
Currículum básico
Las reglas sobre qué características debe tener un súper héroe son bastante flexibles.
Superman es un alienígena antecedido en casi dos milenios por el sátiro asirio Lucian, que escribió sobre ejércitos extraterrestres en guerra en su Historia Verdadera.
Spiderman fue mordido por una araña radiactiva y Bruce Banner recibió una dosis de rayos gamma: en otras palabras, son seres humanos ordinarios con un poder extraordinario que se les impone.
Los antiguos utilizaban una narrativa similar, pero sobre la base de la explicación de la semi-divinidad, en lugar de la ciencia: Perseo, por ejemplo, es un héroe porque su padre es Zeus.
La Mujer Maravilla, como Hipólita y Penthesilea antes que ella, es una Amazona, y también semi-divina.
Los superpoderes de Bruce Wayne y Tony Stark son sus ilimitadas tarjetas de crédito, lo cual también explica por qué Agamenón, el héroe menos heroico de todos, se preocupa tanto por obtener más ganancias que otros héroes griegos en la Guerra de Troya: el dinero es poder.
Pero quizás mi subgrupo favorito de superhéroes incluye a Ojo de Halcón y Flecha Verde, cuyo superpoder es "ser especialmente bueno con un arco y una flecha".
Esto los vincula con el más astuto de los héroes antiguos: Ulises.
Tras una ausencia de 20 años de su casa, en Ítaca, prueba su identidad a aquellos que pensaban que estaba muerto tensando un complejo arco y disparando una flecha a través de 12 hachas.
Todos los superhéroes tienen su historia original, y un número sorprendente de los modernos deben esos orígenes a los mitos de dioses y héroes que existieron hace milenios.
Cómics y clásicos
Entonces, ¿qué es lo que nos atrae tanto de la narrativa de los superhéroes, que son tan antiguos como el contar historias?
Para los antiguos, los héroes y los dioses eran una especial de puente entre lo que podían entender y explicar, y lo que no.
Por ejemplo, los antiguos griegos y romanos experimentaban muchos terremotos; sabían que el suelo se mueve, pero no podían conocer la existencia de las placas tectónicas.
Así que extrapolaban: una mesa ligera y de madera se mueve si pisas fuerte con tu pie cerca, en un piso de madera.
Cuando los edificios se mueven, tiene sentido que sea algo muy potente que pise en el suelo en algún lugar.
Así que Poseidón asumió su título honorífico "agitador de la Tierra". La idea de un dios que acecha bajo el océano dando golpes con su tridente sobre el lecho marino puede parecernos una explicación fantasiosa, pero como forma de explicar la información disponible para los antiguos, no está mal.
Y los héroes en la Iíada, la Odisea y la Eneida, los poemas épicos de la guerra de Troya y sus secuelas, tienen a menudo una conexión íntima con los dioses que da forma a sus historias heroicas.
Aquiles es el hijo de Tetis, Eneas es el hijo de Venus y Ulises es el favorito de Atenea y la bestia negra de Poseidón.
Ulises es descrito por Homero como polumetis, que significa "de numerosos inventos". Pero aún así, muchas de sus mejores estrategias se las proporcionan los dioses: sin la ayuda de Hermes, por ejemplo, no tendría una estratagema para vencer a la bruja Circe.
Esta conexión con un poder supremo que puede influir en el mundo a su alrededor, sea Zeus o S.H.I.E.L.D., es un aspecto crucial de muchos héroes.
Y quizás es esta característica la que aporta a los superhéroes una de sus tendencias más problemáticas: el individualismo que les permite operar fuera de las reglas de la sociedad y por encima o más allá del estado de derecho.
Es un motivo común de las películas de superhéroes: ¿quién es Batman para decidir qué tipo de justicia merece Gotham?
Es un justiciero enmascarado que se pone por encima de sus conciudadanos y actúa como juez, jurado y a veces ejecutor sobre los villanos que pueblan la ciudad.
The existential X-Men
Esta pregunta tampoco es moderna. En el libro II de La Ilíada, un hombre llamado Tersites hace una breve aparición.
No se lo describe, como a otros personajes, en referencia a su padre: no es suficientemente importante. Tersites es vulgar y deforme, por lo que debemos concluir que esta muy lejos de ser un héroe.
Y más aún, cuando empieza a hablar y hace un crítica aguda del personaje de Agamenón, el rey que vigila a todos los griegos.
Teristes lo acusa de ser avaro y cobarde, sentimientos similares a los que Aquiles ha tenido sobre Agamenón en pasajes anteriores.
Tersites es golpeado por Odiseo y llora de dolor y humillación. Pero la pregunta está ahora ya en las mentes de la audiencia: ¿por qué debe Agamenón ser tratado como un gran rey, que merece todos los tesoros que se ha apropiado?
¿Qué lo sitúa por encima del resto, además de su monstruoso amor propio? En especial, cuando todos están de acuerdo en que Aquiles es el gran guerrero, un hombre más valiente.
Los héroes y superhéroes nos atraen porque iluminan la condición humana y lo hacen operando a un nivel ligeramente inhumano. Los héroes son como nosotros, pero más: más fuertes, más listos, más rápidos.
Sufren las mismas fragilidades que nosotros, pero por sus poderes superiores, esas luchas se producen en un escenario más dramático que el nuestro.
Los superhéroes ponen orden en un mundo caótico, que puede parecer lleno de poderes malvados, desde los desastres naturales a los supervillanos, que los mortales no pueden identificar ni combatir.
Claramente preferimos un mundo de superhéroes al margen de la ley que uno sin superhéroes. Y siempre ha sido así.
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