Teatrela se regala una obra sobre el arte y el amor de madre
Una vez más, por favor de Michel Tremblay es el montaje con el que la agrupación celebra tres décadas de trayectoria
La madre de Michel Tremblay lo forjó como artista sin saberlo. El dramaturgo francocanadiense vivo más importante del momento le debe buena parte de su ingenio a los momentos, dulces y amargos, que compartió con su mamá, una mujer que con su histrionismo le enseñó a Tremblay que el mejor curso de actuación se aprende con nueve meses de embarazo.
Una vez más, por favor es la historia autobiográfica con la que el dramaturgo rinde homenaje a la mujer más importante de su vida y es también el regalo de cumpleaños que se obsequian a sí mismos los fundadores de Teatrela, agrupación que este año llega a tres décadas de trayectoria.
Diana Volpe, Costa Palamides y Juan Carlos Azuaje son los fundadores del colectivo que nació en 1985. El trío se reúne una vez más para reponer la pieza que estrenaron en 2004. “Esta obra nos ha traído muchas satisfacciones. Es una pieza ideal para celebrar un aniversario porque habla del teatro y la vida, y de cómo el amor maternal alimenta el mundo de un teatrero”, cuenta Palamides, director de la pieza.
Volpe se coloca los tacones de la madre de Tremblay (interpretado por Palamides). “Me gusta mucho hacer este montaje con Costa, aunque jamás podría ser su madre (risas). Refleja lo histriónico que puede volverse un personaje para conseguir las cosas. Es una metáfora de nuestra vida dentro y fuera del escenario” afirma la actriz.
Michel Tremblay hace un monólogo inicial en el que se apoya de distintas metáforas de la literatura teatral para presentar a la figura más universal de todas: la madre. El dramaturgo hace un ejercicio de abstracción en el que emprende un viaje que lo transporta al momento en el que tan solo tenía 10 años de edad.
Pasa por la pubertad de los 13, por el existencialismo de los 16, la turbulencia de los 18, y la madurez de los 20, momento fundamental en el que se definió su carrera y el camino que sigue transitando gracias a la ayuda indirecta de su madre, que con sus tertulias y su influencia intelectual lo hizo amar el teatro.
Ese mismo sentimiento lo expresan los “sobrevivientes” de Teatrela, una agrupación que ha centrado su línea de investigación en la dramaturgia latinoamericana desde el primer montaje que realizaron La farsa del amor compradito de Luis Rafael Sánchez.
Desde ese entonces, y durante las tres décadas de vida de Teatrela, Volpe, Palamides y Azuaje han compartido el timón del grupo por la que han pasado actores como Nirma Prieto, Marisol Matheus, Eulalia Siso, Norma Monasterios, Ludwig Pineda, José Gregorio Martínez, Delbis Cardona y Sixto Sánchez, entre otros.
Para Palamides, la clave del éxito de la agrupación radica en la pasión por el arte. “Nuestro trabajo es un acto de fe. Hacer teatro en Venezuela es muy cuesta arriba, bien sea por falta de apoyo del sector privado o público. Es una lucha fortísima a la que debes dedicarte por entero”, afirma el director, quien considera que quienes hacen vida sobre las tablas necesitan protección legal. “No hay una ley de teatro, no sabemos si la ley de cultura nos ampara. Estamos luchando por algo que el mundo ha dignificado siempre. No contamos con una pensión. Sería maravilloso poder vivir con lo que genera tu trabajo en escena y no tener que complementarlo con tantas cosas”.
Volpe, Palamides y Azuaje gozan de una intensa vida sobre las tablas, dentro y fuera de Teatrela. Actualmente tienen un galpón en San Martin que les sirve como depósito y taller para sus montajes.
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