Yo soy

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domingo, 13 de mayo de 2012

¿Ningun pintor de renombre plasmará en un lienzo la tragedia del Rodeo y la de las demás cárceles venezolanas sin que sea la banalización de patricia Janiot de CNN la que venga a posar su estampa de Miss Colombia en las afueras de La Planta con un inmenso despliegue publicitario?


UN SÍMBOLO DEL HORROR
Hace 75 años, ardía Guernica
Hace 75 años, ardía Guernica
El bombardeo de hace 75 años inspiró una de las obras más conocidas del genial Pablo Picasso, el “Guernica”. El genial artista malagueño la pintó en París; después la llevó a Nueva York y autorizó su regreso a España después de la caída de la dictadura franquista.
Foto: Archivo El Litoral
¿Fue una obsesión de Francisco Franco? ¿La aviación alemana se ponía a prueba para la próxima Segunda Guerra Mundial? Todavía hoy se ignoran las razones que llevaron a la casi total destrucción de la histórica capital del nacionalismo vasco, en el norte de España. Tres cuartos de siglo después quedan escasos vestigios del horror.
Theo Peters
Agencia DPA
El infierno comenzó en la tarde del 26 de abril de 1937. De forma totalmente inesperada, a las 16.30, aparecieron en el cielo de la pequeña ciudad vasca de Guernica los primeros bombarderos alemanes para ejecutar una orden brutal: reducir a escombros esta localidad del norte de España y causar la mayor cantidad de muertos posible, incluyendo a mujeres y niños.
El bombardeo nazi en medio de la Guerra Civil Española convirtió a Guernica hace 75 años en un símbolo mundial del horror militar, del sufrimiento indecible de la población civil en tiempos de guerra.
Pablo Picasso inmortalizó el espanto en su monumental cuadro antibélico “Guernica”, aunque algunos expertos sostienen que el genial pintor español ya había iniciado esta obra, destinada a la Exposición Internacional de París de 1937, antes del bombardeo inspirándose en la película “Adiós a las armas”, basada en una novela del escritor estadounidense Ernest Hemingway.
Durante tres horas y media, los aviones de la Legión Cóndor, bajo el mando del teniente coronel Wolfram von Richthofen, bombardearon Guernica de forma sistemática. Más del 70 por ciento de los edificios quedó destruido, principalmente por el fuego causado por la gran cantidad de bombas incendiarias arrojadas sobre la localidad.
Hasta el día de hoy no se sabe a ciencia cierta cuántas víctimas dejó la masacre de Guernica, que contaba en ese momento con poco más de 6.000 habitantes, además de numerosos refugiados de la Guerra Civil. Las estimaciones de los historiadores oscilan enormemente, desde 120 hasta más 2.000 muertos, aunque los cálculos más recientes ubican el número real más cerca de la primera cifra.
El número relativamente bajo de víctimas se explica, según los historiadores, por el sistema de refugios para la población civil que se había construido en la localidad vasca tras el bombardeo de la cercana población de Ochandiano, el 22 de julio de 1936, el primero de la Guerra Civil, lanzado cuatro días después de su estallido.
Especulaciones
Tampoco existe certeza total sobre el objetivo del bombardeo. Guernica, situada a unos 30 kilómetros al este de Bilbao, carecía de importancia estratégica militar en la guerra entre nacionales y republicanos. Al principio se especuló con que la operación aérea iba dirigida a destruir una fábrica de armas y un puente, pero ninguno de ellos resultó alcanzado por las bombas que llovieron sobre la población.
Otra teoría parte del supuesto de que las fuerzas nacionales comandadas por el general Francisco Franco querían romper la resistencia vasca destruyendo su lugar más “sagrado”, la capital cultural e histórica del País Vasco, donde el centenario Árbol de Guernica simboliza la tradición nacionalista y democrática vasca. Sin embargo, el monumental roble salió indemne del bombardeo.
Un fuerte indicio de lo que fue el motivo real de la destrucción de Guernica lo dio, en 1946, el mariscal Hermann Göering cuando explicó durante los juicios de Nuremberg que con la intervención de bombarderos alemanes en la Guerra Civil Española en apoyo a los nacionales de Franco pretendía poner a prueba su joven fuerza aérea y dar a sus hombres la oportunidad de adquirir experiencia.
La explicación de Göering parece confirmar la interpretación británica de que Hitler quería aprovechar el escenario bélico español para preparar a la fuerza aérea alemana para su propia guerra a escala mundial. Y la destrucción de Guernica debería servir de mensaje de advertencia para Londres sobre lo que podrían esperar las ciudades británicas en caso de guerra.
Durante mucho tiempo, el régimen franquista que se instaló tras el fin de la Guerra Civil responsabilizó del bombardeo a Guernica a los “rojos”. No sólo los nacionales, sino también los republicanos habían utilizado, ya antes de Guernica, sus fuerzas aéreas para atacar objetivos civiles. Sin embargo, reporteros de guerra británicos que se trasladaron a Guernica para informar de lo ocurrido encontraron pruebas de la autoría alemana del bombardeo.
Alemania tardó más de medio siglo en presentar sus disculpas por el ataque. En 1997, el entonces presidente alemán, Roman Herzog, dirigió una carta a los supervivientes con motivo del 60 aniversario del bombardeo pidiendo públicamente perdón por este crimen de guerra.
El régimen franquista, por su parte, esperó hasta la década de los ‘70, pocos años antes de su desaparición, para reconocer oficialmente que Guernica fue destruida por fuerzas aliadas con los nacionales.
Hoy, ya casi nada recuerda el horror que vivió Guernica aquel lunes, hace 75 años. Franco no tenía ningún interés en conservar las ruinas de la población como un monumento antimilitarista. La localidad fue reconstruida casi totalmente y su población volvió a aumentar para alcanzar actualmente los 16.000 habitantes.

Hace 75 años, ardía Guernica
La fotografía es de 1940. Por entonces todavía la pequeña localidad vascuense exhibía los daños producidos por el bombardeo alemán. En ese año, muy lentamente, comenzó su reconstrucción.
Foto: Agencia EFE- Archivo El Litoral
El árbol
El Árbol de Guernica -cuyo primer ejemplar la tradición ubica en el siglo XIV- es un roble situado delante de la Casa de Juntas en la localidad vizcaína de Guernica y Luno. Este árbol simboliza las libertades tradicionales de Vizcaya y los vizcaínos, y por extensión las de los vascos.
El señor de Vizcaya juraba respetar las libertades vizcaínas (los Fueros de Vizcaya) bajo este roble. Cuando el Señorío se integró en el Reino de Castilla, el título de señor de Vizcaya pasó a transmitirse junto con el de Rey de Castilla, y posteriormente el de España. Se conserva en la Casa de Juntas de Guernica un cuadro, obra del pintor del siglo XVII Francisco de Mendieta, que representa el momento en que Fernando el Católico juró bajo el árbol los Fueros de Vizcaya.
En la actualidad, es el lugar en el que el moderno Lendakari del País Vasco promete cumplir con su cargo. Su imagen aparece en el escudo de Vizcaya, en los de varios de sus municipios y en el del País Vasco.

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