Chalbaud si eres tan arrecho y "urbano" presenta la VERDAD del mundo carcelario
Arriba pana, tú y que eres de izquierdsa radical??? Oportunista pues mamaste de
todos los gobiernos, ahora defiéndenos...
El país de los pranes
Arriba pana, tú y que eres de izquierdsa radical??? Oportunista pues mamaste de
todos los gobiernos, ahora defiéndenos...
Román Chalbaud presenta "Días de Poder" en Pekín
Pekín, (EFE).- El director de cine venezolano Román Chalbaud, de larga trayectoria en su país, presentó en Pekín su recién estrenada película "Días de poder" que refleja los cambios sociopolíticos del país en los años cincuenta a partir de la rivalidad entre un padre y su hijo.
"De niño, el cine era un medio para escaparme de la realidad, pero luego de ver 'Roma, ciudad abierta' de Rosellini y 'Los Olvidados', de Luis Buñuel, adopté una conciencia social distinta", explicó hoy el cineasta, de 79 años, antes de la proyección privada de su película en la embajada de Venezuela en Pekín.
El film cuenta la historia de Fernando Quintero, un rebelde del régimen de Marcos Pérez Jiménez (presidente de Venezuela de 1952 a 1958) que abandona la clandestinidad con el exilio del dictador y se suma al gobierno de Rómulo Betancourt, que acabó utilizando métodos de represión similares a los que él combatió.
Su hijo Efraín, heredero de sus viejas convicciones, se siente implicado y llega a convertirse en adversario del gobierno y de su propio padre.
"La relación entre padre e hijo se convierte en un conflicto social; pero desde siempre y en todo el mundo las generaciones chocan entre sí por sus ideas", declaró Chalbaud a Efe.
Aunque escribió el guión hace ya 50 años, el cineasta aseguró que no hizo grandes modificaciones para el rodaje y "a pesar del tiempo, el texto está prácticamente igual", dijo.
Chalbaud, creador de películas venezolanas emblemáticas como "El pez que fuma" (1977) y "Cangrejo" (1982), explicó que siempre busca "contar historias desde un punto de vista humano", porque el cine es "un fenómeno que ayuda a acercarse a la manera de ser y pensar de otras culturas".
Al presentar su última obra hoy, el director recordó que "Cangrejo" se exhibió en China en 1985, y habló de su admiración por varias películas del país asiático, entre ellas, "Linterna roja", del director Zhang Yi Mou.
Elogió además al gobierno venezolano que creó una plataforma cinematográfica importante para el cine nacional, con productoras, distribuidoras y salas de exhibición.
"Días de poder", producida por la Villa del Cine y distribuida por Amazonia Films, se estrenó el 3 de junio en 15 salas de Venezuela.
Chalbaud adelantó que ya trabaja en su próxima película, que retratará la vida de Cipriano Castro, presidente de Venezuela durante los primeros años del siglo XX.
"De niño, el cine era un medio para escaparme de la realidad, pero luego de ver 'Roma, ciudad abierta' de Rosellini y 'Los Olvidados', de Luis Buñuel, adopté una conciencia social distinta", explicó hoy el cineasta, de 79 años, antes de la proyección privada de su película en la embajada de Venezuela en Pekín.
El film cuenta la historia de Fernando Quintero, un rebelde del régimen de Marcos Pérez Jiménez (presidente de Venezuela de 1952 a 1958) que abandona la clandestinidad con el exilio del dictador y se suma al gobierno de Rómulo Betancourt, que acabó utilizando métodos de represión similares a los que él combatió.
Su hijo Efraín, heredero de sus viejas convicciones, se siente implicado y llega a convertirse en adversario del gobierno y de su propio padre.
"La relación entre padre e hijo se convierte en un conflicto social; pero desde siempre y en todo el mundo las generaciones chocan entre sí por sus ideas", declaró Chalbaud a Efe.
Aunque escribió el guión hace ya 50 años, el cineasta aseguró que no hizo grandes modificaciones para el rodaje y "a pesar del tiempo, el texto está prácticamente igual", dijo.
Chalbaud, creador de películas venezolanas emblemáticas como "El pez que fuma" (1977) y "Cangrejo" (1982), explicó que siempre busca "contar historias desde un punto de vista humano", porque el cine es "un fenómeno que ayuda a acercarse a la manera de ser y pensar de otras culturas".
Al presentar su última obra hoy, el director recordó que "Cangrejo" se exhibió en China en 1985, y habló de su admiración por varias películas del país asiático, entre ellas, "Linterna roja", del director Zhang Yi Mou.
Elogió además al gobierno venezolano que creó una plataforma cinematográfica importante para el cine nacional, con productoras, distribuidoras y salas de exhibición.
"Días de poder", producida por la Villa del Cine y distribuida por Amazonia Films, se estrenó el 3 de junio en 15 salas de Venezuela.
Chalbaud adelantó que ya trabaja en su próxima película, que retratará la vida de Cipriano Castro, presidente de Venezuela durante los primeros años del siglo XX.
El país de los pranes
Nada desmiente más el supuesto pase al socialismo que el terror imperante en las cárceles
ROBERTO GIUSTI | EL UNIVERSAL
martes 21 de junio de 2011 12:00 AM
Alguien se habrá preguntado, seguramente, por qué un pequeño ejército con poder de fuego suficiente como para abrirse paso a plomo limpio hacia la libertad, prefiere vivir y morir cautivo en un infierno donde reinan el hacinamiento, la promiscuidad y el crimen. La respuesta no parece sencilla, pero lo es: porque en ninguna parte, más allá de los muros de la prisión, podrá alimentar el sistema que ha hecho de las cárceles venezolanas auténticos microcosmos, países en miniatura gobernados por organizaciones que hacen las veces del Estado, imponen sus propias leyes y crean un modelo donde desde el lugar que ocupas, hasta el baño que utilizas y no se diga la sobrevivencia, tienen un precio estipulado.
Cuando alguien penetra en un penal venezolano con toda seguridad va a pagar, con creces, el delito que pudo haber cometido y sin necesidad de ir a tribunales es posible que sea condenado a muerte, a un presidio indefinido o a las peores humillaciones y privaciones, ante la ausencia de un Estado que, puertas adentro, deja de existir para darle paso al poder omnímodo de las mafias.
Paradojas aparte, nada desmiente más el supuesto pase a una sociedad socialista (¿acaso el régimen cubano se baja los calzones como lo hace el de aquí ante una organización criminal que domina los presidios y actúa allí como le viene en gana?) que la existencia de estos mini países caracterizados por el más salvaje capitalismo y una existencia de terror que supera la peor de las pesadillas totalitarias.
Ni socialismo democrático, ni socialismo fascistoide, lo que hay en el país es una guachafita sangrienta y descontrolada, una de cuyas manifestaciones más escandalosas y vergonzantes la constituye el régimen de terror en las distintas penitenciarías donde mueren, o se pudren en vida, venezolanos olvidados y marginales cuyo rescate, dignidad y bienestar suelen ser, según el discurso oficial, la causa y razón de ser de esta caricatura de revolución invadida por la corrupción y la ruina moral.
Un gobierno que no sólo armó a los individuos más violentos de la sociedad y les dio toda la libertad (oh paradoja), de la puerta hacia adentro, para que llegaran a la cima de un poder al cual él mismo renunció, ha llegado a un nivel de descomposición ya irreversible.
Atrapado en sus propias contradicciones, se enfrenta con un adversario que prefiere morir en su ley porque no hay nada que negociar (¿acaso les van a garantizar a los pranes la continuidad de su dominio?) y eso está dejando pocas salidas a una solución pacífica que ponga fin al horror de El Rodeo.
rgiusti@eluniversal.com
Cuando alguien penetra en un penal venezolano con toda seguridad va a pagar, con creces, el delito que pudo haber cometido y sin necesidad de ir a tribunales es posible que sea condenado a muerte, a un presidio indefinido o a las peores humillaciones y privaciones, ante la ausencia de un Estado que, puertas adentro, deja de existir para darle paso al poder omnímodo de las mafias.
Paradojas aparte, nada desmiente más el supuesto pase a una sociedad socialista (¿acaso el régimen cubano se baja los calzones como lo hace el de aquí ante una organización criminal que domina los presidios y actúa allí como le viene en gana?) que la existencia de estos mini países caracterizados por el más salvaje capitalismo y una existencia de terror que supera la peor de las pesadillas totalitarias.
Ni socialismo democrático, ni socialismo fascistoide, lo que hay en el país es una guachafita sangrienta y descontrolada, una de cuyas manifestaciones más escandalosas y vergonzantes la constituye el régimen de terror en las distintas penitenciarías donde mueren, o se pudren en vida, venezolanos olvidados y marginales cuyo rescate, dignidad y bienestar suelen ser, según el discurso oficial, la causa y razón de ser de esta caricatura de revolución invadida por la corrupción y la ruina moral.
Un gobierno que no sólo armó a los individuos más violentos de la sociedad y les dio toda la libertad (oh paradoja), de la puerta hacia adentro, para que llegaran a la cima de un poder al cual él mismo renunció, ha llegado a un nivel de descomposición ya irreversible.
Atrapado en sus propias contradicciones, se enfrenta con un adversario que prefiere morir en su ley porque no hay nada que negociar (¿acaso les van a garantizar a los pranes la continuidad de su dominio?) y eso está dejando pocas salidas a una solución pacífica que ponga fin al horror de El Rodeo.
rgiusti@eluniversal.com
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