Un canto patriótico abrió el Festival Internacional de Teatro
La Zaranda de España inauguró el evento con "Nadie lo quiere creer".
Gaspar Campuzano, Francisco Sánchez y Enrique Bustos (Adolfo Acosta)
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ÁNGEL RICARDO GÓMEZ | EL UNIVERSAL
viernes 22 de marzo de 2013 09:12 AM
Con el Himno Nacional. Así comenzó el XVIII Festival Internacional de Teatro de Caracas.
Por supuesto, hubo arte en el Teatro Chacao, a cargo de La Zaranda, compañía española que presentó Nadie lo quiere creer de Eusebio Calonge. Pero antes, el público entonó el coro y la primera estrofa de la canción patriótica.
Tras un breve discurso de Diana López, presidenta de Cultura Chacao, Carmen Ramia, presidenta del Ateneo de Caracas y de la Fundación del Festival, confesó estar sorprendida. "Hemos pasado por momentos críticos como el 27 de febrero (1989), el 4 de febrero (1992), el deslave de Vargas (1999)... pero nunca habíamos tenido una coyuntura tan difícil como esta; y aún así logramos salir. Si salimos de esta, tenemos Festival pa' rato", dijo, provocando los aplausos de una audiencia donde estaban autoridades de la Gobernación de Miranda, alcaldías de Baruta, Sucre y Chacao, así como representantes de Embajadas e institutos culturales, patrocinantes, gente de teatro, de la política y de los medios de comunicación.
Ramia mostró esperanza en volver a contar con el apoyo del Estado central y manifestó que seguirá tocando puertas. "Como gente de la cultura estamos obligados a abrir la puerta al diálogo, aquí no debe haber diferencias, estamos obligados a entendernos, el arte está obligado a unirnos".
Fue entonces cuando recordó a la fallecida periodista y gerente cultural María Teresa Castillo, a quien está dedicada esta edición. "Fue una luchadora. Desde que asumió en 1958 la presidencia del Ateneo de Caracas abrió las puertas a todos, ella fue la dama de la inclusión, formó parte de varios comités de solidaridad y de instituciones como el Celcit el ITI-Unesco, recibió a miles de creadores e intelectuales...".
Ramia narró una anécdota que no había contado en público: María Teresa Castillo antes de morir tarareaba el Himno Nacional. "Fue lo último que hizo y esa anécdota tiene una lectura profunda", dijo, al tiempo que invitó a cantar a la audiencia. Tras un silencio incómodo, paulatinamente se fue escuchando el "Gloria al bravo pueblo" y las personas se levantaron de su asiento.
Si bien es cierto que no fue espontáneo, también es cierto que fue un bonito canto ciudadano y no una marcha de tinte militarista.
Por supuesto, hubo arte en el Teatro Chacao, a cargo de La Zaranda, compañía española que presentó Nadie lo quiere creer de Eusebio Calonge. Pero antes, el público entonó el coro y la primera estrofa de la canción patriótica.
Tras un breve discurso de Diana López, presidenta de Cultura Chacao, Carmen Ramia, presidenta del Ateneo de Caracas y de la Fundación del Festival, confesó estar sorprendida. "Hemos pasado por momentos críticos como el 27 de febrero (1989), el 4 de febrero (1992), el deslave de Vargas (1999)... pero nunca habíamos tenido una coyuntura tan difícil como esta; y aún así logramos salir. Si salimos de esta, tenemos Festival pa' rato", dijo, provocando los aplausos de una audiencia donde estaban autoridades de la Gobernación de Miranda, alcaldías de Baruta, Sucre y Chacao, así como representantes de Embajadas e institutos culturales, patrocinantes, gente de teatro, de la política y de los medios de comunicación.
Ramia mostró esperanza en volver a contar con el apoyo del Estado central y manifestó que seguirá tocando puertas. "Como gente de la cultura estamos obligados a abrir la puerta al diálogo, aquí no debe haber diferencias, estamos obligados a entendernos, el arte está obligado a unirnos".
Fue entonces cuando recordó a la fallecida periodista y gerente cultural María Teresa Castillo, a quien está dedicada esta edición. "Fue una luchadora. Desde que asumió en 1958 la presidencia del Ateneo de Caracas abrió las puertas a todos, ella fue la dama de la inclusión, formó parte de varios comités de solidaridad y de instituciones como el Celcit el ITI-Unesco, recibió a miles de creadores e intelectuales...".
Ramia narró una anécdota que no había contado en público: María Teresa Castillo antes de morir tarareaba el Himno Nacional. "Fue lo último que hizo y esa anécdota tiene una lectura profunda", dijo, al tiempo que invitó a cantar a la audiencia. Tras un silencio incómodo, paulatinamente se fue escuchando el "Gloria al bravo pueblo" y las personas se levantaron de su asiento.
Si bien es cierto que no fue espontáneo, también es cierto que fue un bonito canto ciudadano y no una marcha de tinte militarista.
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