José Pulido: "La literatura es una pelea contra el olvido"
El escritor venezolano publicó "Los héroes son villanos tímidos".
El narrador venezolano reflejó la violencia urbana (Gabriela Pulido)
DANIEL FERMÍN | EL UNIVERSAL
viernes 15 de marzo de 2013 09:18 AM
La inseguridad llegó hace rato a la literatura venezolana. José Pulido (Villa de Cura, 1945) recurrió a esa realidad de un país que banalizó la muerte para escribir los 17 cuentos de Los héroes son villanos tímidos, que ya está en las librerías. Relatos de corte social que intentan sensibilizar ante el exceso de violencia de hoy.
Las historias del nuevo libro del comunicador social tuvieron su punto de partida en testimonios que había recogido para viejos textos periodísticos. Ángeles que acompañan a asesinos que matan por placer, padres ausentes que marcan a sus hijos, prostitutas que le ocultan su oficio a su madre. La vida misma hecha ficción. "La calle está llena de tragedias que uno no se daría abasto si se pone a escribirlas todas. Siempre son las mismas historias. Ya los dioses de todas las mitologías hicieron lo que el ser humano hace ahora. Uno lo que hacer es echar el cuento de nuevo lo más cercanamente posible a su propia voz ", dijo el también novelista, que publicó en 2012 El requetemuerto.
La voz de Pulido imita ese lenguaje popular de la ciudad. El escritor se deja llevar por el léxico de sus protagonistas. "Yo lo que trato es que se note algo que no sólo está en los personajes sino en la sociedad toda: un mal manejo del castellano. El analfabestismo funcional de los venezolanos es terrible. Lo hago porque la literatura desde hace mucho tiempo dejó de ser eso de que el escritor habla a través de los personajes. Que un malandro hable como Dumas me parecería ridículo", agregó el propio escritor.
El protagonista del cuento que da título al volumen de relatos dice que el único amigo que él tiene es Batman. Caracas es una especie de Ciudad Gótica sin superhéroes. "Antes, la ciudad era una protección. Hoy es un mecanismo de muerte. Lo que se valora es el dinero. Ese mecanismo lo que debemos es convertirlo es un mecanismo que apoye a la vida. Los jóvenes, que son los más desamparados, se refugian en héroes, que en muchos casos se convierte en frustración", indicó el también poeta, que va a la ficción para profundizar en una realidad que el periodismo apenas toca en la superficie.
La velocidad del diarismo limita su posibilidad de darle rostro a esas víctimas. La literatura los hace personas, no sólo cifras de fin de semana. "Esa rapidez hace que lo que hiciste hoy mañana esté muerto. Eso hace también que cosas importantes que ocurren se conviertan en estadística u olvido. Los muertos de todos los fines se vuelven un simple número. Si hay un sitio donde todos los sábados se mata uno en carro, la noticia sale con las mismas palabras de ayer. No hay dolor. Como si fueran los mismos muertos del mes anterior. La prensa cumple con su deber, pero sin conmover. La literatura es una pelea contra el olvido, una memoria que conmueve. Aquí ni siquiera el himno nacional recuerda la gente".
Pulido tiene claro que ningún asesino que lea sus cuentos va a dejar de cometer delitos. "Uno no escribe para endiosar al delincuente, sino para reflejar una realidad o un tiempo. Esa es una realidad que no estoy cambiando ni inventando. Hay quienes dicen que eso de la violencia es una mentira. Se va hacia ella en la literatura para adquirir otro punto de vista de esa misma actualidad", concluyó el narrador. Pulido plasmó en sus páginas a muchos de esos criminales que pueden asaltar al lector al cerrar su nuevo libro.
dfermin@eluniversal.com
Las historias del nuevo libro del comunicador social tuvieron su punto de partida en testimonios que había recogido para viejos textos periodísticos. Ángeles que acompañan a asesinos que matan por placer, padres ausentes que marcan a sus hijos, prostitutas que le ocultan su oficio a su madre. La vida misma hecha ficción. "La calle está llena de tragedias que uno no se daría abasto si se pone a escribirlas todas. Siempre son las mismas historias. Ya los dioses de todas las mitologías hicieron lo que el ser humano hace ahora. Uno lo que hacer es echar el cuento de nuevo lo más cercanamente posible a su propia voz ", dijo el también novelista, que publicó en 2012 El requetemuerto.
La voz de Pulido imita ese lenguaje popular de la ciudad. El escritor se deja llevar por el léxico de sus protagonistas. "Yo lo que trato es que se note algo que no sólo está en los personajes sino en la sociedad toda: un mal manejo del castellano. El analfabestismo funcional de los venezolanos es terrible. Lo hago porque la literatura desde hace mucho tiempo dejó de ser eso de que el escritor habla a través de los personajes. Que un malandro hable como Dumas me parecería ridículo", agregó el propio escritor.
El protagonista del cuento que da título al volumen de relatos dice que el único amigo que él tiene es Batman. Caracas es una especie de Ciudad Gótica sin superhéroes. "Antes, la ciudad era una protección. Hoy es un mecanismo de muerte. Lo que se valora es el dinero. Ese mecanismo lo que debemos es convertirlo es un mecanismo que apoye a la vida. Los jóvenes, que son los más desamparados, se refugian en héroes, que en muchos casos se convierte en frustración", indicó el también poeta, que va a la ficción para profundizar en una realidad que el periodismo apenas toca en la superficie.
La velocidad del diarismo limita su posibilidad de darle rostro a esas víctimas. La literatura los hace personas, no sólo cifras de fin de semana. "Esa rapidez hace que lo que hiciste hoy mañana esté muerto. Eso hace también que cosas importantes que ocurren se conviertan en estadística u olvido. Los muertos de todos los fines se vuelven un simple número. Si hay un sitio donde todos los sábados se mata uno en carro, la noticia sale con las mismas palabras de ayer. No hay dolor. Como si fueran los mismos muertos del mes anterior. La prensa cumple con su deber, pero sin conmover. La literatura es una pelea contra el olvido, una memoria que conmueve. Aquí ni siquiera el himno nacional recuerda la gente".
Pulido tiene claro que ningún asesino que lea sus cuentos va a dejar de cometer delitos. "Uno no escribe para endiosar al delincuente, sino para reflejar una realidad o un tiempo. Esa es una realidad que no estoy cambiando ni inventando. Hay quienes dicen que eso de la violencia es una mentira. Se va hacia ella en la literatura para adquirir otro punto de vista de esa misma actualidad", concluyó el narrador. Pulido plasmó en sus páginas a muchos de esos criminales que pueden asaltar al lector al cerrar su nuevo libro.
dfermin@eluniversal.com
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