Onírica Mecánica interactúa con los sentidos del público
"El intrépido viaje de un hombre y un pez" se verá en Espacio Plural.
Jesús Nieto (centro) es el escritor y director de la obra (Edsaú Olivares)
LORENA TASCA | EL UNIVERSAL
jueves 21 de marzo de 2013 08:44 AM
"Nuestro espectáculo es para cualquier enamorado de lo extraordinario", dice el escritor y director español Jesús Nieto ante la posibilidad de que algunos espectadores consideren que su obra El intrépido viaje de un hombre y un pezes exclusivamente para el público infantil.
La propuesta teatral que se presenta mañana, a las 9:00 pm, en Espacio Plural del Centro Cultural Trasnocho, así como el sábado y el domingo, a las 4:00 de la tarde como parte de la programación del Festival Internacional de Teatro de Caracas, ha recibido varios reconocimientos. En 2009 , año de su estreno, recibió el premio a la Mejor Escenografía en la XX Fira de Teatre de Titelles.
El teatro sensorial es la premisa de la obra, que tiene títeres, múltiples objetos que son en su mayoría creados a partir de material de reciclaje y una combinación de luces y sombras. Todo lo necesario para que un hombre y un pez cuenten sus peripecias, al mejor estilo de los antiguos narradores ambulantes, durante un recorrido entre objetos.
"Los objetos están llenos de memoria, sólo hay que sentarse a observarlos y a escucharlos. Por eso para nosotros es importante la interacción de los personajes y del público con diversos objetos", explica Nieto sobre el espectáculo que siempre se ha presentado para audiencias pequeñas, de no más de 50 personas.
Nieto insiste que con la pieza lo que se busca es recuperar la figura de los cuentacuentos, esas personas que entraban a las casas con una maleta llena de cosas que les servían para contar historias. Por eso la necesidad del reducido aforo: para tener mayores posibilidades de interacción entre la obra y el espectador.
"Con esa idea lo que nos interesa es que las personas dejen a un lado sus preocupaciones para que puedan abrir sus sentidos", puntualiza el escritor español que antes de fundar Onírica Mecánica en el año 2006 se dedicaba a la dirección de cortometrajes.
Nico García (manipulador de títeres) y Enrique de la Caniña (técnico de luz y sonido), advierten que cada función puede variar porque el montaje depende de la respuesta del público, que forma parte del espacio escénico.
Así, El intrépido viaje de un hombre y un pez es una combinación imprevisible de cuentos, todos narrados a través de las voces de un hombre y un pez, en relación con lo que les rodea. Pero, con "dramaturgia clara", finaliza Nieto.
La propuesta teatral que se presenta mañana, a las 9:00 pm, en Espacio Plural del Centro Cultural Trasnocho, así como el sábado y el domingo, a las 4:00 de la tarde como parte de la programación del Festival Internacional de Teatro de Caracas, ha recibido varios reconocimientos. En 2009 , año de su estreno, recibió el premio a la Mejor Escenografía en la XX Fira de Teatre de Titelles.
El teatro sensorial es la premisa de la obra, que tiene títeres, múltiples objetos que son en su mayoría creados a partir de material de reciclaje y una combinación de luces y sombras. Todo lo necesario para que un hombre y un pez cuenten sus peripecias, al mejor estilo de los antiguos narradores ambulantes, durante un recorrido entre objetos.
"Los objetos están llenos de memoria, sólo hay que sentarse a observarlos y a escucharlos. Por eso para nosotros es importante la interacción de los personajes y del público con diversos objetos", explica Nieto sobre el espectáculo que siempre se ha presentado para audiencias pequeñas, de no más de 50 personas.
Nieto insiste que con la pieza lo que se busca es recuperar la figura de los cuentacuentos, esas personas que entraban a las casas con una maleta llena de cosas que les servían para contar historias. Por eso la necesidad del reducido aforo: para tener mayores posibilidades de interacción entre la obra y el espectador.
"Con esa idea lo que nos interesa es que las personas dejen a un lado sus preocupaciones para que puedan abrir sus sentidos", puntualiza el escritor español que antes de fundar Onírica Mecánica en el año 2006 se dedicaba a la dirección de cortometrajes.
Nico García (manipulador de títeres) y Enrique de la Caniña (técnico de luz y sonido), advierten que cada función puede variar porque el montaje depende de la respuesta del público, que forma parte del espacio escénico.
Así, El intrépido viaje de un hombre y un pez es una combinación imprevisible de cuentos, todos narrados a través de las voces de un hombre y un pez, en relación con lo que les rodea. Pero, con "dramaturgia clara", finaliza Nieto.
Onírica Mecánica hizo un intrépido viaje por la imaginación
El grupo español trajo un festival de sensaciones a Caracas.
Jesús Nieto es el anfitrión del montaje de Onírica Mecánica (Fotos Gustavo Bandres)
ÁNGEL RICARDO GÓMEZ | EL UNIVERSAL
lunes 25 de marzo de 2013 09:23 AM
Es un hombre y un pez. Nada interesante, admite el primero. Y es verdad. No es intrépida la vida del señor de saco, sombrero y pies descalzos. Mucho menos la de un pecesito asustado en su nave esférica de agua turbia.
Pero cuando el público pasa a ser el "oráculo de los escuchantes", las cosas cambian. Un joven sale de la sala y con una campanita invita a los sabios a entrar. De su sombrero sale un hilo de colores que sirve para guiar el viaje.
Adentro hay una carpa virtual cuyas vigas son de luces de navidad. Hay hojas secas en el piso, también cojines para los que desean echarse en el suelo, baúles, un par de regaderas de jardín, y el señor de saco, sombrero y pies descalzos, preguntando el nombre de los presentes. "Yo soy el hombre", se presenta.
Suenan las mínimas notas de una cajita de música. Al terminar comienza el relato. Esta vez es la historia de Eco, un ser de un mundo fantástico que emprende un viaje más fantástico aún. Eso sí, el periplo sólo es posible cuando los invitados usan su imaginación, participan, juegan, en fin, cuando se hacen niños otra vez.
El intrépido viaje de un hombre y un pez es la aventura que trajo Onírica Mecánica al FITC. Es un intento de rescatar la tradición de los cuentacuentos, ese mundo de narraciones que echan a volar papagayos de distintos tamaños y dibujos.
Jesús Nieto es el anfitrión. Se echa al hombro la conducción de un relato que invita al público a participar. Está acompañado por Jonás, el pez, y por Nico García, quien se ve sólo al principio. Luego desaparece y mágicamente hace volar sombras, dibuja burbujas de colores y produce bonitas melodías. Después de todo, sí es intrépido el viaje.
Pero cuando el público pasa a ser el "oráculo de los escuchantes", las cosas cambian. Un joven sale de la sala y con una campanita invita a los sabios a entrar. De su sombrero sale un hilo de colores que sirve para guiar el viaje.
Adentro hay una carpa virtual cuyas vigas son de luces de navidad. Hay hojas secas en el piso, también cojines para los que desean echarse en el suelo, baúles, un par de regaderas de jardín, y el señor de saco, sombrero y pies descalzos, preguntando el nombre de los presentes. "Yo soy el hombre", se presenta.
Suenan las mínimas notas de una cajita de música. Al terminar comienza el relato. Esta vez es la historia de Eco, un ser de un mundo fantástico que emprende un viaje más fantástico aún. Eso sí, el periplo sólo es posible cuando los invitados usan su imaginación, participan, juegan, en fin, cuando se hacen niños otra vez.
El intrépido viaje de un hombre y un pez es la aventura que trajo Onírica Mecánica al FITC. Es un intento de rescatar la tradición de los cuentacuentos, ese mundo de narraciones que echan a volar papagayos de distintos tamaños y dibujos.
Jesús Nieto es el anfitrión. Se echa al hombro la conducción de un relato que invita al público a participar. Está acompañado por Jonás, el pez, y por Nico García, quien se ve sólo al principio. Luego desaparece y mágicamente hace volar sombras, dibuja burbujas de colores y produce bonitas melodías. Después de todo, sí es intrépido el viaje.
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