Hay que vivir
pero es que a veces sentimos
que estamos muriendo
en los lejanos recuerdos de nuestras ausencias...
en el viento que se espesa por entre los ramales
entre la llovizna que no siento,
entre las manos tuyas,
entre la contemplación de los montes desde lo alto
que tampoco ya se más de eso.
Pero no te preocupes
habrá que vivir.
Adiós
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