Yo soy

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domingo, 17 de junio de 2012

Fiódor Dostoievski: “Las cárceles son el infierno porque es no poder amar”. Solo olvidar


HUMBERTO PRADO: “No tenemos cárceles, tenemos 

un infierno”






El Ejecutivo Nacional debería firmar el Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y otros Tratos ó Penas Crueles, Inhumanas ó Degradantes.

“No tenemos cárceles,
tenemos un infierno”


–Entre las prisiones de ayer y las de hoy… 
-La pólvora sustituyó al chuzo. 
–¿Quién sabe más sobre el tema: Iris Varela o usted? ­
-Ella está en la isla de la fantasía y yo estuve en el infierno. 
–Luego de penar durante ocho años en cuatro cárceles, ¿qué le impresionó en libertad? ­
-Ver el Metro. 
–¿Le hubiera enaltecido el cambio de “preso” a “privado de libertad”? ­
-No, como dicen los policías: preso es preso y su apellido es candado. 
–¿Y la eliminación de los antecedentes penales? ­
-La ministra debe explicar ampliamente cómo será eso. 
Más bien deberían eliminar el acceso a la información pública a través de la web para evitar la estigmatización y la discriminación. 
–¿Le quedó algún estigma? ­
-No, la cárcel me dejó experiencia, me dignificó. 
–¿Quiso fugarse? ­
-Desde que entré. 
–¿Quién lo protegía? ­
-Los presos se protegen con sus propios compañeros. 
–¿Quién lo transformó? ­
-El padre José María Olaso. 
–¿Era más respetado como coordinador de deporte del recinto? ­
-Los únicos que me querían hacer daño eran la GN y los vigilantes. Cuando les hablabas de derechos humanos ponían la peinilla firme. 
–¿Un momento difícil? ­
-Cuando murió un compañero en mis brazos. 
–Además de observar, ¿qué más ha logrado el Observatorio Venezolano de Prisiones? ­
-Llevar el tema al ámbito internacional. La CIDH ha emitido medidas provisionales de protección a los internos. 
–Fuera el país de la CIDH, ¿quién podrá defenderlos? ­
-Yo, ante la ONU y otras instancias internacionales. 
–¿Qué pensó su primer día en chirona? 
-­Una frase de Fiódor Dostoievski: “Las cárceles son el infierno porque es no poder amar”. 
–¿Y el último? ­
-No lo podía creer. Salí con un indulto el 23 de diciembre de 1986. 
–Al graduarse de abogado, ¿qué pensó de usted mismo? ­
-Que en la vida no hay imposibles. 
–¿A cuántos salvó de su experiencia? ­
-Saqué de la droga y de la muerte a muchos, a través del deporte. 
–Y ahora lo culpan de la crisis en Rodeo I y II… 
-El Gobierno nunca ve sus problemas, sino a quien denuncia. 
–¿Prenden los medios la candela? ­
-No. Los medios son los ojos de la justicia. Sin ellos, el Estado hubiera exterminado a todos los reclusos. 
–¿Lo incomprendido del privado de libertad? ­
-Su realidad. Los criminólogos dicen que las cárceles no son la solución al problema; no se dan cuenta de que, en vez de procesar, los jueces se la pasan pintándose las uñas. 
–¿El gran negocio carcelario? ­
-El del Estado: tener a la gente presa. 
–¿El remedio? ­
-No entrar a prisión. 
–¿Quién introduce las armas? ­
-Las personas que nunca son requisadas, porque a los familiares le revisan hasta el alma. 
–Es revelador que esas armas tengan el sello de Cavim… 
-No sólo de Cavim, sino de las industrias más sofisticadas. Sólo falta meter un submarino. 
–¿Cuántos funcionarios penitenciarios deberían estar tras las rejas? ­
-50%, por corruptos. 
–¿Ha variado la ley? ­
-En mis tiempos el sistema era inquisitivo; ahora es acusatorio. 
–¿Para qué ha servido el COPP? ­
-Para que la población carcelaria pasara de 24.000 a 50.000 reclusos. 
–¿Una nostalgia carcelaria? ­
-Mi madre detrás de las rejas. 
–¿Algo alegre? ­
-Únicamente, la visita familiar. 
–¿Cabe el humor? ­
-Aprendiendo a asumir las cosas como vengan. Como no se puede cambiar la realidad hay que luchar. 
–¿Qué reconoce al Gobierno en la crisis de La Planta? ­
-Trasladaron el problema a otros estados. Alejaron a los reclusos de sus tribunales naturales. Izaron banderas, soltaron palomas y hasta celebraron una misa por el vecino y el recluso muerto. 
–¿Qué hubiera hecho usted? ­
-Recuperar el internado de El Junquito para albergar un primer grupo de 600 personas. 
–¿Se siente especial? ­
-El día que la Embajada del Canadá y la UCV me dieron el premio de derechos humanos. 
–¿Cuántos como usted salen dignificados? ­
-Ante la dureza de la sociedad, muy pocos. 
–¿Congenió con un pran? ­
-No existían. Había respeto entre la población reclusa. 
Hoy, los pranes cobran a los presos la famosa cuota semanal. 
–¿Vio la foto de Iris Varela abrazada con uno de ellos? ­
-¿El abrazo de la muerte? Uno no puede abrazarse con el crimen. 
–¿Una recomendación a la ministra? ­
-Que le dé la oportunidad a una persona con experticia en materia carcelaria. 
–¿La esperanza carcelaria? ­
-Que siempre hay un mañana. 
–¿La prisión “5 estrellas”? ­
-Aquí ninguna; hasta en las más nuevas matan. En Canadá hay una con 15 chalets suizos, cada uno para 8 internos, sin muro, sin serpentina ni guardias. 
–¿Será así aquí? 
-­En 90 años. Nelson Mandela dice que las sociedades son más ilustres mientras mejor tratan a la población carcelaria. Aquí hay 40% más posibilidades de morir en la cárcel que en la calle. 
–¿Qué vislumbra? 
-­Con las cárceles en un barril de pólvora, el Estado espera que exploten para actuar con procedimientos espasmódicos. 
–¿Qué pasaría en Venezuela si las privatizaran? ­
-Pudieran estar mejor. Por ahora no pueden estar peor. 
No tenemos cárceles, tenemos un infierno.
*HUMBERTO PRADO, COORDINADOR DEL OBSERVATORIO DE PRISIONES.

Por: JOLGUER RODRÍGUEZ COSTA
jolguerr@gmail.com
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EL NACIONAL
DOMINGO 17 DE JUNIO DE 2012

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