Yo soy

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sábado, 12 de diciembre de 2015

La función explicativa se refiere a que los mitos explican, justifican o desarrollan el origen, razón de ser y causa de algún aspecto de la vida social o individual...

El tamaño de los mitos


Resulta difícil adivinar si la noticia hubiera hecho feliz a Ernesto Che Guevara de la Serna. De acuerdo con el despacho del periodista español Jan Martínez Arhens, de El País de España, uno puede dormir en la cama de uno de los mitos latinoamericanos más universales por apenas nueve dólares. Quizás sobre esa almohada esté garantizado un sueño con serpientes.
Esto sucede en Ciudad de Guatemala, en Centroamérica, donde este médico que sufría de asma, y que había recorrido América Latina en busca de una respuesta a sus inquietudes sociales, llegó en 1953. Tenía 25 años. Desde cierta perspectiva, hay que reconocerle a Guevara cierta coherencia con sus ideas y quizás con su presupuesto. Alquiló la habitación 21.
Se trata de un cuarto de cinco metros cuadrados, sin aire acondicionado ni ventanas, que pertenece a la Pensión Meza, en el centro neurálgico y comercial de Ciudad de Guatemala, donde un médico que comenzaba a mutar en leyenda se recuperó de un cansancio de meses. La dirección se convirtió en sitio de peregrinación: Décima calle, portal 10-17, zona 1.
El Che Guevara llegó en 1953 a un país y a una capital que no tenía desperdicio para un hombre que está a punto de cruzar el puente hacia “la subversión y la lucha por la liberación de América”. En Guatemala el presidente Jacobo Arbenz le clavaba un puñal a la bananera United Fruits con la reforma agraria.
El Che Guevara ingresó a Guatemala desde El Salvador, y se encontró con una ciudad cargada de tensiones y promesas. Por las calles de Ciudad de Guatemala coincidían, como suele ocurrir en tiempos convulsos, aventureros, buscafortunas y algunos que se preparaban para tomar por asalto el cielo. Toda gente de paso que alternaba en bares y cafés un sinfín de destinos cruzados.
El huésped, que aún era un desconocido, pasó nueve meses en Guatemala. En agosto de 1954 un golpe militar, apoyado por la CIA, acabó con el sueño de Arbenz, y reabrió las puertas para que United Fruits sacara bananas de ese país sin problemas.
El Che Guevara buscó protección en la Embajada Argentina, como muchos otros seguidores de Jacobo Arbenz, hasta que pudo escapar hacia México, donde lo esperaba otro proceso previo a la Revolución cubana.
Trato de establecer comparaciones, entre el pasado y el presente, entre los mitos y las realidades, y no logro encontrar puntos de encuentro. Sumergido en 17 años de una “revolución bolivariana” que es una mascarada cazabobos, comparo los revolucionarios que se cruzaban en las calles de Ciudad de Guatemala en 1953 y los que hemos visto en estos años verde oliva venezolanos, y el resultado da pena ajena.
Mientras el Che Guevara llegaba a un cuarto inmundo y miserable en Ciudad de Guatemala, al que aún hoy algunos trasnochados ven como un sueño de la revolución y quieren estirarse en sus sábanas para ver si se les pega algo de aquel mito, nosotros hemos visto a vividores de toda calaña chuparle la sangre a Venezuela.
Olvídense de la Pensión Meza. Esa vergüenza de la izquierda corporativa universal que se llama Ignacio Ramonet se aloja en el hotel más caro de Caracas, Cayena, donde seguramente advierte que se puede perder la revolución (y los cobres que le pagan).
Desde cierta perspectiva personal, toda revolución me parece un horror que oculta injusticias y desmanes. Pero lo curioso es que entre la locura mesiánica del Che y la avidez del vil metal de los bucaneros que vinieron para Venezuela hay una distancia insalvable. No me interesa ninguno de los dos. Pero el Che se hubiera cargado al chavismo en dos minutos. Eso lo saben hasta los fantasmas.
Un mito (del griego μῦθος, mythos, «relato», «cuento») es un relato tradicional que se refiere a acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, tales como diosessemidioseshéroesmonstruos o personajes fantásticos, los cuales buscan dar una explicación a un hecho o fenómeno.

Descripción general

Los mitos forman parte del sistema de creencias de una cultura o de una comunidad, la cual los considera historias verdaderas. Al conjunto de los mitos de una cultura se le denomina mitología. Cuanto mayor número de mitos y mayor complejidad tiene una mitología, mayor es el desarrollo de las creencias de una comunidad. La mitología sustenta la cosmovisión de un pueblo.
Desde que en la Antigüedad grecolatina las explicaciones filosóficas y científicas entraron en competencia con las míticas, la palabra mito se cargó en ciertos contextos de un valor peyorativo, llegando a utilizarse de forma laxa como sinónimo de patraña, creencia extendida pero falsa, por ejemplo, la sociedad sin clases es un mito comunista, o la mano invisible del mercado es un mito liberal. También es común el uso un tanto laxo de mito y mítico (o leyenda y legendario) para referirse a personajes históricos o contemporáneos (o incluso a productos comerciales) cargados de prestigio y glamour: Charlot es un mito del cine mudolos Beatles son un grupo mítico.
Como los demás géneros narrativos tradicionales, el mito es un texto de origen oral, cuyos detalles varían en el curso de su transmisión, dando lugar a diferentes versiones. En las sociedades que conocen la escritura, el mito ha sido objeto de reelaboración literaria, ampliando así su arco de versiones y variantes. Por ello, los mitos no han desaparecido en la época actual, solo se muestran y transmiten a través de diferentes medios.

Características

Según Mircea Eliade, el mito es una historia sagrada que narra un acontecimiento sucedido durante un tiempo primigenio, en el que el mundo no tenía aún su forma actual. Los acontecimientos de la naturaleza que se repiten periódicamente se explican como consecuencia de los sucesos narrados en el mito (por ejemplo, en la mitología griega el ciclo de las estaciones se explica a partir del rapto de Perséfone). Sin embargo, no todos los mitos se refieren a un tiempo "primero", también pueden abordar sucesos acontecidos después del origen, pero que destacan por su importancia y por los cambios que trajeron.
Según la visión de Claude Lévi-Strauss, antropólogo estructuralista, todo mito tiene tres características:
  • Trata de una pregunta existencial, referente a la creación de la Tierra, la muerte, el nacimiento y similares.
  • Está constituido por contrarios irreconciliables: creación contra destrucción, vida frente a muerte, dioses contra hombreso bien contra mal.
  • Proporciona la reconciliación de esos polos a fin de conjurar nuestra angustia.
Por su parte, el antropólogo Bronislaw Malinowski afirmaba que no hay aspecto importante de la vida que sea ajeno al mito. Por ello, existen mitos religiosos (como el nacimiento de los dioses), políticos (como la fundación de Roma) o sobre temas particulares (por qué el maíz se convirtió en el principal alimento de un pueblo, como sucedió con los pueblos prehispánicos de México). Para Malinowski los mitos son narraciones fundamentales, en tanto que responden a las preguntas básicas de la existencia humana: razón para existir, razón de lo que lo rodea, entre otras. Malinowski también aclaró que el mito pertenece al orden de las creencias y que si bien es una explicación, no es una explicación racional, sino cultural.

Función del mito

Las funciones de los mitos son múltiples. No obstante, en general, se puede aceptar tres funciones esenciales: explicativa, de significado y pragmática. La función explicativa se refiere a que los mitos explican, justifican o desarrollan el origen, razón de ser y causa de algún aspecto de la vida social o individual, por ejemplo, el mito griego que narra cómo se originó el mundo del "Caos" o el Génesis que comenta el nacimiento de la mujer de la costilla de un hombre. La función pragmática del mito implica que los mitos son la base de ciertas estructuras sociales y acciones, así, un mito puede marcar una línea genealógica y determinar quiénes pueden gobernar o no. Gracias a esta función, los mitos especifican y justifican por qué una situación es de una manera determinada y no de otra. La función de significado se refiere a que los mitos no son solo historias que brindan explicaciones o justificaciones políticas, también otorgan un consuelo, objetivo de vida o calma a los individuos, así sucede con mitos que hablan de la muerte, el sufrimiento o la victoria, por lo tanto, los mitos no son historias alejadas de la persona, sino que funcionan como un asidero existencial, un motivo, de acuerdo al psicoanalista estadounidense, Rollo May. Las tres funciones se suelen combinar de manera constante.

Tipos de mitos

Se distinguen varias clases de mitos:
  • Mitos cosmogónicos: Intentan explicar la creación del mundo. Son los más universalmente extendidos y de los que existe mayor cantidad. A menudo, se sitúa el origen de la tierra en un océano primigenio. A veces, una raza de gigantes, como los titanes, desempeña una función determinante en esta creación; en este caso, tales gigantes, que suelen ser semidioses, constituyen la primera población de la tierra.
  • Mitos teogónicos: Relatan el origen de los dioses. Por ejemplo, Atenea surge armada de la cabeza de Zeus.
  • Mitos antropogénicos: Narran la aparición del ser humano, quien puede ser creado a partir de cualquier materia, viva (una planta, un animal) o inerte (polvo, lodo, arcilla, etc.). Los dioses le enseñan a vivir sobre la tierra. Normalmente están vinculados a los mitos cosmogónicos.
  • Mitos etiológicos: Explican el origen de los seres, las cosas, las técnicas y las instituciones.
  • Mitos morales: Explican la existencia del bien y del mal.
  • Mitos fundacionales: Cuentan cómo se fundaron las ciudades por voluntad de dioses. Un ejemplo es el de la fundación de Roma por dos gemelos, Rómulo y Remo, que fueron amamantados por una loba.
  • Mitos escatológicos: Anuncian el futuro, el fin del mundo. Siguen teniendo amplia audiencia. Estos mitos comprenden dos clases principales, según el elemento que provoque la destrucción del mundo: El agua o el fuego. A menudo están vinculados a la astrología. La inminencia del fin se anuncia por una mayor frecuencia de eclipses, terremotos, y toda clase de catástrofes naturales que aterrorizan a los humanos. El clásico ejemplo es el 'Apocalipsis', considerado como tal por Bertrand Russell.1

Lectura: literal, alegórica, simbólica

Los mitos parecen haber sido planteados originalmente como historias literalmente ciertas, la dialéctica entre la explicación mítica del mundo y la filosófica y científica ha favorecido el desarrollo de lecturas no literales de los mitos, según las cuales éstos no deberían ser objeto de creencia, sino de interpretación.
Así, la lectura alegórica de los mitos, nacida en Grecia en la época helenística, propone interpretar a los dioses como personificaciones de elementos naturales. Este empeño encuentra su continuación en teorías posteriores, como la difundida en el siglo XIX por Max Müller, según la cual los mitos tienen su origen en historias mal comprendidas sobre el sol, que ha sido objeto de personificación, convirtiéndose en un personaje antropomorfo (el héroe o dios solar).
La lectura simbólica considera que el mito contiene un contenido veraz, pero no sobre aquello que aparentemente trata, sino sobre los contenidos mentales de sus creadores y usuarios. Así, el mito sobre cómo un dios instituyó la semana al crear el mundo en siete días contiene información veraz sobre cómo dividía el tiempo la sociedad que lo creó y qué divisiones hacía entre lo inanimado y lo animado, los distintos tipos de animales y el hombre, etc. Los mitos contienen también pautas útiles de comportamiento: modelos a seguir o evitar, historias conocidas por todos con las que poner en relación las experiencias individuales.
Los estudios modernos sobre el mito se sitúan en tres posiciones fundamentales:
  • la funcionalista, desarrollada por el antropólogo Malinowski, examina para qué se utilizan los mitos en la vida cotidiana (refuerzo de conductas, argumento de autoridad, etc.);
  • la estructuralista, iniciada por Lévi-Strauss, examina la construcción de los mitos localizando los elementos contrarios o complementarios que aparecen en él y la manera en que aparecen relacionados;
  • la simbolista, que tiene referentes clásicos en JungBachelard y Gilbert Durand, considera que el elemento fundamental del mito es el símbolo, un elemento tangible pero cargado de una resonancia o significación que remite a contenidosarquetípicos de la psique humana. (Un ejemplo de arquetipo es el Niño Anciano, figura contradictoria que se manifiesta como un personaje longevo de apariencia o conducta infantil —como Merlín— o un bebé o niño capaz de hablar y dotado de enormes conocimientos, propios de un anciano —el niño Jesús dando clase a los doctores—.)

Diferencia entre el mito y otro tipo de narraciones

A menudo se suele confundir el mito con otro tipo de narraciones como los cuentosfábulas o leyendas. Sin embargo, no son iguales.
Hay varias diferencias entre el mito y el cuento popular: mientras que los cuentos se presentan como ficciones, los mitos se plantean como historias verdaderas. Varía también la función: el mito es esencialmente etiológico (aclara cómo se llegó a una determinada situación; por qué el mar es salado o el hombre es mortal, por ejemplo), mientras que el cuento popular trasmite valores (más vale maña que fuerza, el bien siempre tiene su recompensa, el impostor siempre es descubierto, etc.). Además, la trama de los cuentos suele ser sencilla, mientras que los mitos forman parte de un entramado complejo, en el que cada historia está relacionada con las demás por la recurrencia de personajes, lugares, etc. (así, por ejemplo, la historia de Jasón está relacionada con los mitos sobre Heracles, al ser éste uno de los Argonautas).
Las fábulas se diferencian de los mitos por los personajes (los de las fábulas son animales de conducta humana; los de los mitos, dioses, héroes y monstruos) y por su función (las fábulas contienen un mensaje moral, que suele aparecer recogido al final de las mismas en forma de moraleja, mientras que los mitos son etiológicos).
En cuanto a las leyendas, se presentan, al igual que los mitos, como historias verdaderas y tienen a menudo una función etiológica (sirven, por ejemplo, para explicar cómo un linaje alcanzó el poder, sustentando así su legitimidad política); sin embargo, a diferencia de los mitos, suceden en un tiempo real, histórico, en lugares reconocibles por el oyente o lector y a menudo con protagonistas reales (cf. las leyendas sobre Carlomagno o el Cid).
Una misma trama puede aparecer en un mito, un cuento o una leyenda, dependiendo de cómo se presente la historia (como verdadera o ficticia) y cuál sea su función (etiológica, didáctica, entretenimiento...). Así, se ha señalado cómo la trama del mito de Edipo reaparece en la leyenda medieval que hace de Judas Iscariote un asesino de su padre que se casa, sin saberlo, con su madre.

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