Despacho penitenciario y presos de Uribana llegan a acuerdo
Por 15 días habrá libre circulación entre anexos de hombres y mujeres
MARLA PRATO | ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
domingo 28 de agosto de 2011 12:00 AM
Al tiempo que desconocía por completo la muerte de 4 internos de Uribana el miércoles en una reyerta, que además dejó 8 heridos afectados por esquirlas de granada, el viceministro de asuntos Penitenciarios Alejandro Leal Mármol, admitía que "Uribana es un desastre, totalmente deshumanizada".
Esto lo dijo ayer a las puertas del penal tras finalizar la reunión entre reos y miembros de la comisión enviada por la ministra Iris Varela.
Se refirió a los acuerdos logrados como permitir el libre tránsito siempre que las reclusas pernoctaran en sus celdas y solo por 15 días, tiempo que se dio para solucionar el conflicto. Sostuvo que el acuerdo se suspende si hay un hecho de sangre. Entre los compromisos figura "prestarles servicio de electricidad, agua, aseo, salud y reanudar visitas".
Leal, quien repitió cinco veces "no sé si hay muertos y ningún recluso me habló de muertos las últimas dos semanas y yo creo mucho en lo que dicen los reclusos", acusó a los medios de hacer preguntas con" piquetes", al ser interrogado sobre cifra que manejaba de los decesos del miércoles, en donde se contabiliza extraoficialmente el de la de una reclusa llamada Carolina, y 3 internos.
Familiares mostraron inquietud por calidad mediadora de un funcionario que niega la muerte de quienes fallecieron esta semana.
Un anciano murió y otros tres resultaron heridos en El Valle Esto lo dijo ayer a las puertas del penal tras finalizar la reunión entre reos y miembros de la comisión enviada por la ministra Iris Varela.
Se refirió a los acuerdos logrados como permitir el libre tránsito siempre que las reclusas pernoctaran en sus celdas y solo por 15 días, tiempo que se dio para solucionar el conflicto. Sostuvo que el acuerdo se suspende si hay un hecho de sangre. Entre los compromisos figura "prestarles servicio de electricidad, agua, aseo, salud y reanudar visitas".
Leal, quien repitió cinco veces "no sé si hay muertos y ningún recluso me habló de muertos las últimas dos semanas y yo creo mucho en lo que dicen los reclusos", acusó a los medios de hacer preguntas con" piquetes", al ser interrogado sobre cifra que manejaba de los decesos del miércoles, en donde se contabiliza extraoficialmente el de la de una reclusa llamada Carolina, y 3 internos.
Familiares mostraron inquietud por calidad mediadora de un funcionario que niega la muerte de quienes fallecieron esta semana.
Las balas trancaron el juego de dominó
Blancanieves Pérez de Segovia, viuda de José Silverio Segovia, mostró con orgullo los trofeos de dominó que ganó su difunto esposo NICOLA ROCCO
TOMÁS RAMÍREZ GONZÁLEZ | EL UNIVERSAL
domingo 28 de agosto de 2011 12:00 AM
Lenín Segovia sintió las miradas incómodas de sus vecinos cuando reflexionaba acerca de la muerte de su padre, sentado sobre las ruinas del club de Dominó 19 de Abril de El Valle. La violencia caraqueña no solo había terminado con la vida de su papá y había afectado la vida de cuatro personas más, sino que rompió con 25 años de tradición del centro deportivo, la tarde del 20 de agosto.
A las cinco de la tarde de ese sábado José Silverio Segovia, de 75 años, se sentó alrededor de una mesa de dominó, como todas las tardes, junto sus compañeros de juego Andrés Galíndez, de 72; Domingo Reina, de 62 años, y Mario Lucena, de 70.
Alrededor de la mesa, varias personas observaban atentos el juego de los veteranos. Testigos pudieron confirmar que más de 50 personas bebían, jugaban caballos y comían arepas en los quioscos cercanos al club, el cual estaba ubicado en la calle 19 de Abril, a la entrada del sector Cerro Grande, de El Valle.
Luego de varias partidas, los cuatro señores se vieron sorprendidos por tres antisociales que llegaron en dos motos desde la Intercomunal de El Valle. Los sujetos se bajaron de los vehículos y desenfundaron sus pistolas. Apuntaron hacia unos motorizados que estaban tomando en un local adyacente a la entrada del callejón Nube Azul, del sector La Ceibita.
Los jugadores quedaron en medio de dos materos amarillos de cemento, entre los pistoleros y el blanco. Mientras los vecinos de Cerro Grande trataban de huir de la balacera que se avecinaba, ellos quedaron pegados a sus sillas por el impedimento de poder ejecutar movimientos ágiles.
La lluvia de balas empapó a los presentes. Una de ellas entró a través del cuádriceps de José Silverio Segovia y salió por su glúteo cuando aún intentaba levantarse. El anciano no resistió el dolor y sufrió un ataque al corazón a causa de una valvulopatía que sufría.
Andrés "Cachucha" Galíndez recibió un disparo en la nuca. Su compañero Mario Lucena tampoco pudo escapar y fue herido dos veces en el abdomen. Otro disparo atravesó la cara de Domingo Reina, de mejilla a mejilla.
Cuando la balacera amainó, un nieto de Segovia llevó a su abuelo al hospital Periférico de Coche en un transporte rústico de la zona. Familiares consideran que el herido no fue atendido de la manera adecuada en el centro asistencial, ya que la unidad cardiológica no se encuentra operativa, no tienen cirujanos, ni ambulancias para trasladar al herido a otro centro de salud en mejores condiciones. Falleció a las 7 de la noche.
Sorpresa de cumpleaños
Blancanieves Pérez de Segovia recordó a su esposo, al momento en el que mostraba con orgullo los trofeos de dominó que había ganado durante su carrera de dominosero. "Fue un padre ejemplar para ellos. Era mujeriego como todos los hombres pero nunca nos faltó nada. A él lo conocía todo el mundo porque trabajó en Coche. A todo el que podía lo ayudaba. Todos los vecinos lo han llorado como si fuera parte de su familia", expresó.
La pareja de ancianos nació en Motatán, estado Trujillo. Se enamoraron y decidieron probar suerte en Caracas, hace 40 años. Llegaron a Los Rosales, y hace diez años se mudaron a El Valle. Tuvieron seis hijos, cuatro hembras y dos varones. Blancanieves tiene diez nietos.
Segovia trabajó como obrero en el extinto Ministerio de Obras Públicas. Años más tarde ingresó como fumigador al Instituto Nacional de Hipódromos. Con ese empleo levantó a su familia y se jubiló como caporal de obreros en 1993.
Pérez relató que su marido participó en numerosos torneos de dominó, de manera individual y por equipos, en Los Rosales y en el INH.
Hace diez años, Segovia se afilió al club de dominó junto a sus amigos de la cuadra. Además, se dedicó a realizar préstamos de efectivo a personas conocidas.
En 2007, ambos participaron en el club de adultos mayores, Volver a La Vida, en la que desarrollaron varias actividades juntos. "El día de mi cumpleaños, el 5 de agosto, se apareció allá. Me dijeron mis amigas que por ahí andaba mi esposo. Gran sorpresa que me dio. Me engañó diciéndome que se sentía mal y que no quería ir. Se apareció por allá. Le tomaron muchas fotos que están en el Facebook", expresó.
De acuerdo con el presidente del club de dominó, Santiago Méndez, Andrés Galíndez se debate entre la vida y la muerte por la herida que recibió en su nuca; Lucena está estable, y Domingo Reina, quien fue trasladado a la Clínica Las Ciencias, de Santa Mónica, se recuperó de la lesión en su rostro.
Fin del club
Trabajadores de la Alcaldía de Libertador entraron a Cerro Grande con tractores la noche del miércoles 24 de agosto. Desde las siete hasta las 12 realizaron labores de demolición en la zona. El primer objetivo de los obreros fueron las instalaciones del Club de Dominó 19 de Abril. Los vecinos quedaron impresionados al ver cómo destruyeron las paredes, el baño, las ventanas y las puertas que los miembros del club habían construido hace 25 años. "Está malo. No tenían por qué hacer eso sin avisar. Allá adentro estaban dos mesas de dominó, un reloj y varios juegos de dominó", expresó el presidente del centro de diversiones.
El club tenía 12 socios y fue fundado en 1986.
Las autoridades de la Alcaldía también derrumbaron y quemaron una serie de quioscos que se estaban ubicados en la avenida Intercomunal, desde la calle 19 de Abril hasta la parada de autobuses más cercana. Vecinos comentaron que en los locales funcionaban establecimientos ilegales de juego.
A las cinco de la tarde de ese sábado José Silverio Segovia, de 75 años, se sentó alrededor de una mesa de dominó, como todas las tardes, junto sus compañeros de juego Andrés Galíndez, de 72; Domingo Reina, de 62 años, y Mario Lucena, de 70.
Alrededor de la mesa, varias personas observaban atentos el juego de los veteranos. Testigos pudieron confirmar que más de 50 personas bebían, jugaban caballos y comían arepas en los quioscos cercanos al club, el cual estaba ubicado en la calle 19 de Abril, a la entrada del sector Cerro Grande, de El Valle.
Luego de varias partidas, los cuatro señores se vieron sorprendidos por tres antisociales que llegaron en dos motos desde la Intercomunal de El Valle. Los sujetos se bajaron de los vehículos y desenfundaron sus pistolas. Apuntaron hacia unos motorizados que estaban tomando en un local adyacente a la entrada del callejón Nube Azul, del sector La Ceibita.
Los jugadores quedaron en medio de dos materos amarillos de cemento, entre los pistoleros y el blanco. Mientras los vecinos de Cerro Grande trataban de huir de la balacera que se avecinaba, ellos quedaron pegados a sus sillas por el impedimento de poder ejecutar movimientos ágiles.
La lluvia de balas empapó a los presentes. Una de ellas entró a través del cuádriceps de José Silverio Segovia y salió por su glúteo cuando aún intentaba levantarse. El anciano no resistió el dolor y sufrió un ataque al corazón a causa de una valvulopatía que sufría.
Andrés "Cachucha" Galíndez recibió un disparo en la nuca. Su compañero Mario Lucena tampoco pudo escapar y fue herido dos veces en el abdomen. Otro disparo atravesó la cara de Domingo Reina, de mejilla a mejilla.
Cuando la balacera amainó, un nieto de Segovia llevó a su abuelo al hospital Periférico de Coche en un transporte rústico de la zona. Familiares consideran que el herido no fue atendido de la manera adecuada en el centro asistencial, ya que la unidad cardiológica no se encuentra operativa, no tienen cirujanos, ni ambulancias para trasladar al herido a otro centro de salud en mejores condiciones. Falleció a las 7 de la noche.
Sorpresa de cumpleaños
Blancanieves Pérez de Segovia recordó a su esposo, al momento en el que mostraba con orgullo los trofeos de dominó que había ganado durante su carrera de dominosero. "Fue un padre ejemplar para ellos. Era mujeriego como todos los hombres pero nunca nos faltó nada. A él lo conocía todo el mundo porque trabajó en Coche. A todo el que podía lo ayudaba. Todos los vecinos lo han llorado como si fuera parte de su familia", expresó.
La pareja de ancianos nació en Motatán, estado Trujillo. Se enamoraron y decidieron probar suerte en Caracas, hace 40 años. Llegaron a Los Rosales, y hace diez años se mudaron a El Valle. Tuvieron seis hijos, cuatro hembras y dos varones. Blancanieves tiene diez nietos.
Segovia trabajó como obrero en el extinto Ministerio de Obras Públicas. Años más tarde ingresó como fumigador al Instituto Nacional de Hipódromos. Con ese empleo levantó a su familia y se jubiló como caporal de obreros en 1993.
Pérez relató que su marido participó en numerosos torneos de dominó, de manera individual y por equipos, en Los Rosales y en el INH.
Hace diez años, Segovia se afilió al club de dominó junto a sus amigos de la cuadra. Además, se dedicó a realizar préstamos de efectivo a personas conocidas.
En 2007, ambos participaron en el club de adultos mayores, Volver a La Vida, en la que desarrollaron varias actividades juntos. "El día de mi cumpleaños, el 5 de agosto, se apareció allá. Me dijeron mis amigas que por ahí andaba mi esposo. Gran sorpresa que me dio. Me engañó diciéndome que se sentía mal y que no quería ir. Se apareció por allá. Le tomaron muchas fotos que están en el Facebook", expresó.
De acuerdo con el presidente del club de dominó, Santiago Méndez, Andrés Galíndez se debate entre la vida y la muerte por la herida que recibió en su nuca; Lucena está estable, y Domingo Reina, quien fue trasladado a la Clínica Las Ciencias, de Santa Mónica, se recuperó de la lesión en su rostro.
Fin del club
Trabajadores de la Alcaldía de Libertador entraron a Cerro Grande con tractores la noche del miércoles 24 de agosto. Desde las siete hasta las 12 realizaron labores de demolición en la zona. El primer objetivo de los obreros fueron las instalaciones del Club de Dominó 19 de Abril. Los vecinos quedaron impresionados al ver cómo destruyeron las paredes, el baño, las ventanas y las puertas que los miembros del club habían construido hace 25 años. "Está malo. No tenían por qué hacer eso sin avisar. Allá adentro estaban dos mesas de dominó, un reloj y varios juegos de dominó", expresó el presidente del centro de diversiones.
El club tenía 12 socios y fue fundado en 1986.
Las autoridades de la Alcaldía también derrumbaron y quemaron una serie de quioscos que se estaban ubicados en la avenida Intercomunal, desde la calle 19 de Abril hasta la parada de autobuses más cercana. Vecinos comentaron que en los locales funcionaban establecimientos ilegales de juego.
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