Venezuela, el destino de fugitivos y mercenarios ficticios
Ya son varias las películas extranjeras que hacen referencia directa al país
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En "Quémese después de leer", Brad Pitt es asesinado por George Clooney, que huye a suelo patrio CORTESÍA
DANIEL FERMÍN | EL UNIVERSAL
lunes 22 de agosto de 2011 12:00 AM
Venezuela ganó su espacio en el cine internacional. Y no sólo con sus participaciones en festivales extranjeros, sino con sus referencias directas en producciones foráneas. Cada vez son más las películas que mencionan al país en sus guiones. Mírese Los próximos tres días, por ejemplo, el filme de Paul Haggis que se estrenó este año en las salas nacionales.
La película que protagonizó Russell Crowe, sobre una mujer detenida por un asesinato que dice no haber cometido, termina con la familia en busca de un país en el que no hubiera turismo. Sí, al final, la pareja decide huir a territorio patrio. Aquel largometraje recaudó más de 62 millones de dólares en su recorrido mundial.
Haggis no es el único cineasta norteamericano que ve a Venezuela como un refugio para criminales. Ahí están también los hermanos Coen, ganadores de premios Oscar. Ellos, en Quémese después de leer (2008), encontraron en nuestro país la solución a los problemas del personaje de George Clooney.
Ahí, en la comedia absurda sobre ineptos burócratas, al término de la historia deciden (en las oficinas de la CIA) el destino para el prófugo funcionario (que mató a Brad Pitt accidentalmnete) al que le da vida el actor estadounidense. La conclusión fue irónica: "Lo dejamos huir a Venezuela, país con el que los Estados Unidos no tiene tratado de extradición".
Eso sí, la mención de nuestra nación en las pantallas internacionales también va más allá de ser un paraíso para fugitivos. Este es el caso de Invasores (Oliver Hirschbiegel, 2007). Protagonizada por Nicole Kidman, el largometraje cuenta la historia de una misteriosa epidemia que altera el comportamiento de los seres humanos. Mientras se desarrolla la trama, se transmiten noticias. Una de ellas señalaba un acuerdo político entre Estados Unidos y Venezuela, con la aparición de George Bush y Hugo Chávez felicitándose por el fin de todas sus diferencias. Pura ficción, que quede claro.
Y hay más, varias más. Como Avatar, la multimillonaria película de James Cameron. Al inicio, antes de invadir Pandora, el General Quaritch habla sobre un conflicto bélico ocurrido en Venezuela en el que participó Jake Sullivan. Lo define como un lugar difícil.
También está Carlos, el chacal que aún sigue en la carteler local. La cinta de Olivier Assayas, una coproducción francogermana ganadora de premios internacionales, ficciona un período de la vida del terrorista Ilich Ramírez Sánchez (interpretado por Edgar Ramírez). Que la ficción se nutre de la realidad, dicen por ahí.
dfermin@eluniversal.com
La película que protagonizó Russell Crowe, sobre una mujer detenida por un asesinato que dice no haber cometido, termina con la familia en busca de un país en el que no hubiera turismo. Sí, al final, la pareja decide huir a territorio patrio. Aquel largometraje recaudó más de 62 millones de dólares en su recorrido mundial.
Haggis no es el único cineasta norteamericano que ve a Venezuela como un refugio para criminales. Ahí están también los hermanos Coen, ganadores de premios Oscar. Ellos, en Quémese después de leer (2008), encontraron en nuestro país la solución a los problemas del personaje de George Clooney.
Ahí, en la comedia absurda sobre ineptos burócratas, al término de la historia deciden (en las oficinas de la CIA) el destino para el prófugo funcionario (que mató a Brad Pitt accidentalmnete) al que le da vida el actor estadounidense. La conclusión fue irónica: "Lo dejamos huir a Venezuela, país con el que los Estados Unidos no tiene tratado de extradición".
Eso sí, la mención de nuestra nación en las pantallas internacionales también va más allá de ser un paraíso para fugitivos. Este es el caso de Invasores (Oliver Hirschbiegel, 2007). Protagonizada por Nicole Kidman, el largometraje cuenta la historia de una misteriosa epidemia que altera el comportamiento de los seres humanos. Mientras se desarrolla la trama, se transmiten noticias. Una de ellas señalaba un acuerdo político entre Estados Unidos y Venezuela, con la aparición de George Bush y Hugo Chávez felicitándose por el fin de todas sus diferencias. Pura ficción, que quede claro.
Y hay más, varias más. Como Avatar, la multimillonaria película de James Cameron. Al inicio, antes de invadir Pandora, el General Quaritch habla sobre un conflicto bélico ocurrido en Venezuela en el que participó Jake Sullivan. Lo define como un lugar difícil.
También está Carlos, el chacal que aún sigue en la carteler local. La cinta de Olivier Assayas, una coproducción francogermana ganadora de premios internacionales, ficciona un período de la vida del terrorista Ilich Ramírez Sánchez (interpretado por Edgar Ramírez). Que la ficción se nutre de la realidad, dicen por ahí.
dfermin@eluniversal.com
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