Yo soy

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jueves, 9 de octubre de 2014

E.A. Moreno Uribe escribió: "Callejera, auténtico, asombroso y dinámico espectáculo sobre la homofobia y la transexualidad". Walter De Andrade, licenciado en teatro, se refirió a la obra de Luis Vicente González como un monólogo "que grita la perdición inevitable a la que nos conduce la intransigencia".

Un monólogo muestra las fauces de la intolerancia

"Callejera" de Luis Vicente González se presenta en la sala Rajatabla

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La puesta en escena apuesta a lo onírico y surrealista CORTESÍA
EL UNIVERSAL
sábado 4 de octubre de 2014  12:00 AM
E.A. Moreno Uribe escribió: "Callejera, auténtico, asombroso y dinámico espectáculo sobre la homofobia y la transexualidad". Walter De Andrade, licenciado en teatro, se refirió a la obra de Luis Vicente González como un monólogo "que grita la perdición inevitable a la que nos conduce la intransigencia".

Callejera regresa a las tablas después de desafiar a distintas audiencias en el Celarg y otros espacios. La sala Rajatabla se abre a la historia de Perla, el hijo varón que se convierte en mujer casi por venganza.

En vísperas del Día de los enamorados, Perla, un adolescente travesti, es asesinado delante de sus compañeros de clase por haber "osado" invitar a un amigo al baile de San Valentín.

Un hecho real ocurrido en Estados Unidos inspiró la pieza escrita y actuada por el mismo Luis Vicente González: un joven es asesinado por un compañero de clases en plena fiesta. El asesinado solía trasvestirse ocasionalmente para ir a clases y lo hacía con vestidos que una profesora le regalaba, según ha referido el autor.

"En el proceso de escritura fui incorporando sucesos y personajes que pertenecen al mundo de mi niñez, en el pueblo donde nací y crecí, ficcionándolos para construir la vida familiar y callejera de Perla, al igual que su interioridad", declaró González a Moreno Uribe. "El rechazo al homosexual es en este caso un pretexto para hablar de lo pobres que somos culturalmente y que es nuestra pobreza la que nos hace ser intolerantes", opina el autor.

Callejera cuenta con la dirección y puesta en escena de Carlos Díaz, la producción general y el diseño de iluminación de Dairo Piñeres, el diseño de vestuario de Josmary González, diseño y realización de cilindro de Patricia Amenta. Rap e intervención del tema Versos a mi madre de J. Jaramillo de Brian Girón (Big Bad); coreografía de Alan González; diseño y asesoría de maquillaje de Marcel Castellano y las voces de Antonieta Colón y Simona Chirinos.

"El respeto por lo diferente nos puede llevar a espacios de comunión, de igualdad, de coincidencia. A veces no somos tan diferentes como creemos y las diferencias que puede establecer una preferencia sexual es mínima ante las cercanías que como seres humanos y como venezolanos tenemos", ha dicho también González, quien además es docente.

La pieza estará en cartelera hasta el próximo 26 de octubre en la sala Rajatabla (entre el Teatro Teresa Carreño y la Universidad de las Artes). Funciones de jueves a sábado a las 7:00 pm y domingos a las 6:00 pm. Valor de las entradas Bs. 100, a la venta en las taquillas del teatro. Más información @teatro7moPISO. 

MIRADA EXPUESTA MIGUEL ALFONSO UZCÁTEGUI

En estos sepulcros tampoco hay paz

El fotógrafo trujillano reflexiona acerca de la pérdida de valores

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JUAN ANTONIO GONZÁLEZ |  EL UNIVERSAL
domingo 5 de octubre de 2014  12:00 AM
Pintor, poeta y fotógrafo autodidacta, Miguel Alfonso Uzcátegui (Valera, 1964) recurre a unos versos de Jaime Sabines para explicar el origen de su serie fotográfica La última peste de la soledad: "¡Qué costumbre tan salvaje esta de enterrar a los muertos!, ¡de matarlos, de aniquilarlos, de borrarlos de la tierra! Es tratarlos alevosamente, es negarles la posibilidad de revivir".

Integrada por imágenes captadas en diferentes cementerios del estado Trujillo -esculturas mortuorias descabezadas, rodeadas de maleza, deterioradas por el tiempo-, Uzcátegui desea llamar la atención, no sobre el hecho ineludible de la muerte, sino sobre el olvido en el que terminan aquellos que han trascendido el plano de los vivos.

"Quise representar el abandono y la soledad del espíritu del que se va físicamente; el olvido al que son sometidos los que ya no están y el desinterés de los que quedamos por sus memorias", dice el fotógrafo con 30 años de experiencia en el área de investigación y promoción de la cultura popular en el país.

Pero también desea ir más allá en su planteamiento: "Quiero hablar de la pérdida de valores de una sociedad cada día menos interesada en su pasado y en sus raíces; dejando de lado lo que fueron los ancestros, sus vivencias y ejemplos", recalca.

mirada.expuesta@gmail.com

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