Yo soy

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viernes, 12 de febrero de 2016

Con un gran recuerdo a mi compañera de estudios en el IUDET: la hoy gran actriz Diana Peñalver

Diana Peñalver: "Debe haber un diálogo que consolide el arte”

La Caja de Fosforos inicia oficialmente su temporada teatral 2016 - Diaña Peñalver
La Caja de Fosforos inicia oficialmente su temporada teatral 2016 - Diaña Peñalver
La actriz interpreta a Esperancita en la pieza homónima de Ricardo Nortier, dirigida por Carolina Torres. Fundadora de Teatro La Bacante, afirma que trabajar ahora con un elenco estable es difícil por la situación económica

La primera vez que Diana Peñalver interpretó a Esperancita lo hizo en el techo de la Sala de Conciertos del Ateneo de Caracas, cuando funcionaba en su sede de Bellas Artes, donde ahora está Unearte. Ella daba vida a esa mendiga que es crudeza y humor, desde el foso hasta lo más alto. Y tras de sí llevaba al público. 
El personaje lo interpretaron otras dos actrices en aquel momento, pero fue esa mujer bajita, de ojos claros y voz ronca la que se adueñó de la historia que actualmente se presenta en La Caja de Fósforos, dirigida por Carolina Torres.
“Esperancita es ese país proyecto, es la eterna añoranza del venezolano de encontrar las cosas, simboliza la esperanza; pero no se concreta porque está por ahí mendigando. Además, está lo femenino, porque las mujeres en Venezuela son las que llevan de alguna forma la vida cotidiana. También me llama la atención la relación que se plantea con el caudillo, con el héroe mesiánico”, relata la actriz.
Peñalver es fundadora y directora de la compañía Teatro La Bacante, que basa sus lineamientos formativos en los planteamientos de Grotowski y Eugenio Barba. Se quedó sin sede por la situación económica y la falta de apoyo. Actualmente subsiste con pocos integrantes. La artista y docente afirma que el teatro de grupo se ha reducido –no es posible pagar un elenco estable–, por lo que ahora se trabaja por proyecto.
—Cuando construye un personaje, ¿qué es lo más importante?—El núcleo, de dónde parte, y normalmente eso está en el cuerpo. Las asociaciones que se activan en contacto con los temas o problemas que plantea la pieza van creando una dinámica, una voz. Y si hay un director mejor, porque son los que te ven. También están los actores: el otro es un espejo porque vas construyendo con su respuesta, su mirada, su reacción. En dos oportunidades tuve que actuar y dirigir, y de verdad creo que es una condición muy fuerte, porque no te ves.
—Protagonizó la cinta 3 bellezas y participó en un corto. ¿Qué es lo que más le atrae del lenguaje cinematográfico?
—Es abrumador porque en el teatro el careo es directo, en el cine no. Hay todo un aparataje tecnológico que te rodea, la dimensión de la acción es retrospectiva; no es un cuerpo dilatado, sino una gestual cotidiana. Para mí fue un aprendizaje emocionante.
—Se suele decir que el teatro se hace con las uñas, ¿que necesitan los artistas venezolanos?—No se trata solamente de un tema económico. Mucha gente piensa que uno está buscando plata y no es así. Debe haber un intercambio, un diálogo real que permita construir instituciones que consoliden el arte. 
—¿Qué espera del nuevo ministro de Cultura?—Siento que hay una sordera muy grande. Yo no dudo de la capacidad de la gente que está en estos cargos, pero se confunde la responsabilidad que se tiene con el hecho de estar acoplado a una línea partidista. Yo lo que aspiro de parte y parte, porque los ciudadanos estamos en el medio de una gran discusión para la cual no se nos ha tomado en cuenta, es que haya un sentido de la realidad con respecto a las necesidades.
—Como docente, ¿de qué manera ve la formación de los jóvenes en comparación con otras épocas?
—Cuando ingresé en la UCV la carrera era extremadamente teórica. Yo soy de la segunda promoción de la Escuela de Artes y nosotros hicimos un gran movimiento para ver si se llegaba a algo más práctico; al final hubo varias modificaciones. Unearte es tremendo proyecto, pero lo ideológico y político merma la universidad, la asfixia de alguna forma. Hay gente muy interesante allí y todo puede funcionar si hay una interlocución real con los que son protagonistas: profesores y alumnos. Somos un país dividido y ojalá no fuera así, la pluralidad es una cosa que debemos rescatar. 

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