Yo soy

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sábado, 6 de febrero de 2016

La palabra persona viene del latín persōna, que se traduce en personaje teatral. Este, a su vez, viene del etrusco φersu, que viene del griego prósōpon, que traduce máscara. Si hacemos un ejercicio de despeje y reducción casi matemático, tendríamos que para los antiguos la persona es una máscara.

Didascalia: Siempre es Carnaval

Ilustración de "La melancólica muerte del chico ostra y otros relatos" de Tim Burton
Ilustración de "La melancólica muerte del chico ostra y otros relatos" de Tim Burton
“Las máscaras son variadas y se rotan constantemente”

La palabra persona viene del latín persōna, que se traduce en personaje teatral. Este, a su vez, viene del etrusco φersu, que viene del griego prósōpon, que traduce máscara. Si hacemos un ejercicio de despeje y reducción casi matemático, tendríamos que para los antiguos la persona es una máscara.
Vivimos bajo el imperio de la máscara. Actuamos de una determinada forma ante nuestros familiares, de otra en nuestro entorno laboral, ante amigos y conocidos, etc. Las máscaras son variadas y se rotan constantemente. El único momento en el que no necesitamos de una máscara es ese momento sagrado en el que nos encontramos solos. Probablemente sea innecesario usar una máscara consigo mismo en el silencio con grillos que implica la madrugada.
Susan Batson en su libro Truth aborda la máscara como una manera de cubrir la necesidad insatisfecha de la persona y, por ende, el mundo privado. El balance entre cada una es sumamente delicado, ya que la necesidad pujará constantemente por ser satisfecha y la persona intentará llenar este vacío –sin éxito– desde la posición de la máscara. Es entonces cuando ocurre el error trágico: el intento de la máscara por aliviar la necesidad
Si analizamos a Norah, protagonista de la Casa de Muñecas de Ibsen, su máscara es ser una buena madre y esposa. Lo que Norah realmente quiere es ser libre de los convencionalismos sociales y demás ataduras impuestas por el contexto y la época del dramaturgo. Como su necesidad insatisfecha va en detrimento del objetivo que persigue su máscara, incurre en la mentira como error trágico.
Ya lo decía Shakespeare en Como gustéis: “El mundo es un escenario, y todos los hombres y mujeres son meros actores, tienen sus salidas y sus entradas; y un hombre puede representar muchos papeles a lo largo de su vida”.
Todos actuamos. Escogemos nuestras máscaras a lo largo del día. Para nosotros siempre será carnaval.

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