Yo soy

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sábado, 6 de febrero de 2016

Segismundo ha tenido muchas vidas. El protagonista del clásico La vida es sueño ha llevado ropajes de época, vivido en Polonia (lugar original en el que se desarrolla la obra), e incluso ha sufrido su castigo colgado del techo, entre cadenas y semidesnudo (así fue representado por el grupo Ciane en la sala Rajatabla). Este fin de semana será un príncipe de una tribu aborigen en la puesta en escena de Jonell Páez, quien participa con la pieza de Pedro Calderón de la Barca en el Festival de Jóvenes Directores del Trasnocho. Se estrena hoy en el Espacio Plural y tendrá funciones viernes, sábados y domingos hasta el 14 de febrero.

"La vida es sueño" se traslada a un reino aborigen

Jonell Páez dirige el clásico teatral, que se estrena hoy en el Trasnocho Cultural.

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Dayana Caro interpreta a Estrella y Anthony Castillo da vida a Astolfo (Pablo Pupo)
INDIRA ROJAS |  EL UNIVERSAL
viernes 5 de febrero de 2016  09:05 AM
Segismundo ha tenido muchas vidas. El protagonista del clásico La vida es sueño ha llevado ropajes de época, vivido en Polonia (lugar original en el que se desarrolla la obra), e incluso ha sufrido su castigo colgado del techo, entre cadenas y semidesnudo (así fue representado por el grupo Ciane en la sala Rajatabla). Este fin de semana será un príncipe de una tribu aborigen en la puesta en escena de Jonell Páez, quien participa con la pieza de Pedro Calderón de la Barca en el Festival de Jóvenes Directores del Trasnocho. Se estrena hoy en el Espacio Plural y tendrá funciones viernes, sábados y domingos hasta el 14 de febrero.

"Me llamó mucho la atención el discurso filosófico sobre la vida y lo que es en sí la existencia", dice el también actor de 26 años. "Pero mi objetivo era que este discurso fuera un poco más digerible para el público y que tuviera una visual más cercana para que la audiencia prestara atención al texto".

Páez descartó a Polonia como paisaje para su montaje, no consideró la idea de un palacio suntuoso, tampoco las coronas de oro. Una vez que aparecen Rosaura (Marxlenin Cipriani) y Clarín (Yordano Marquina), los primeros en salir a escena, ya el espectador tiene un encuentro con personajes que parecen habitantes de la selva amazónica. Los cubren taparrabos, llevan plumas sobre sus cabezas y pintura sobre sus rostros.

"Quería que fuera real en esta tierra esa distribución de reyes, esclavos y vasallos, y lo primero que se me vino a la cabeza fueron las civilizaciones que hemos tenido aquí (en el continente) como la Maya, o la Azteca", explica Páez. "Uno a todas las tribus del mundo. De hecho, vez que hay rasgos de tribus de África en el vestuario".

Por añadidura, el percusionista Marcel Dávila toca música en vivo para ambientar la versión ideada por el joven.

Entre los versos de Calderón de la Barca, la libertad y el destino del hombre son los temas en discusión. Un rey encierra a su hijo por un crimen que aún no ha cometido: una predicción dicta que Segismundo (interpretado por Ernesto Campos) será un tirano. Cuando el monarca decide averiguar si el príncipe puede demostrar benevolencia, lo primero que este comete es un asesinato. "Aún en sueños no se pierde al obrar bien", le previene mucho después Clotaldo (Layla Vargas) al heredero. "¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son", reflexionará un confundido Segismundo una vez que regresa a su prisión, convencido de que su oportunidad entre la realeza no ha sido más que ficción.

@indirojas

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