Yo soy

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martes, 22 de marzo de 2016

El gran mundo patafisico del gobierno.(Parte I)

"La verdad es todo aquello que produce resultados" Buda

Sidarta Gautama, más conocido como Buda GautamaSakiamuni, o simplemente el Buda, fue un sabio en cuyas enseñanzas se fundó elbudismo.La palabra buda puede ser traducida como «el despierto» o «el iluminado»Las fechas de su nacimiento y muerte son inciertas; la mayoría de los historiadores de principios del siglo XX d. C. databan su existencia entre el 563 y 483 a. C., pero en opiniones más recientes se data su muerte entre el 486 y 483 a. C. y según otros entre el 411 y 400 a. C

Los que fuimos unos convencidos de la izquierda y seguidores del Comandante Hugo Chávez lo que estamos viviendo y viendo desde 1999 no podemos explicarlo sino aplicándole a estos 17 años de gobierno, las leyes de la Patafísica lo que exige que antes que nada,  resalte que el "alma mater" inspiradora de la creación de esta ciencia fue el dramaturgo y poeta francés Alfred Jarry, quien en su obra póstuma, "Hechos y dichos del doctor Faustroll, patafísico", nos traza la línea a seguir para el desarrollo de esta ciencia.


Título de Sátrapa de Boris Vian
"avec les Sublimes Privilèges que De Droit"
(con los sublimes privilegios que le corresponden conforme a Derecho)
abajo en el centro:
Pataphysici Sig. (sigillum) Collegii
(sello del Colegio de Patafísica)

La Patafísica es un movimiento cultural francés de la segunda mitad del siglo XIX vinculado al surrealismo, y puede definirse como "la ciencia de las soluciones imaginarias". La Patafísica considera que todo es anormal o excepcional, donde "la regla es la excepción de la excepción". Nada más lejos de la realidad que "la excepción confirme la regla" sino que necesariamente "la excepción invalida la regla".

La Patafísica le dedica grandes esfuerzos al estudio de las leyes que regulan las excepciones, donde las reglas serían lo verdaderamente excepcional.

Veamos ahora un razonamiento puramente patafísico del ilustre Boris Vian, cuando le preguntaron si no sintió vergüenza por unas fotos de cuando era niño, donde posaba desnudo, y que se publicaron en unos cuadernos patafísicos.

Vian respondió: "No, porque es un estado completamente temporal. Por ahora, es una opinión personal. Tal vez será adoptada por el Colegio un día, pero para mí, los niños no existen. Los niños son estados transitorios hacia los adultos, son estados intermedios y, por eso mismo, casi virtuales. En consecuencia, la foto en la que aparezco completamente desnudo sentado en una silla es la foto de un objeto virtual, puesto que dejó de existir hace mucho tiempo. Es, en suma, la foto de un fantasma, y la foto de un fantasma no puede chocar a nadie". Y eso es lo que hemos venido viviendo los venezolanos desde que Hugo Chávez llegó al poder y comenzó a expropiar fincas y haciendas con terrenos productivos para mejorar la producción agropecuaria del país; fábricas llenas de obreros y producción aplicar las 3 R para reorientar las políticas de la llamada por él "Revolución Bonita" que haría de Venezuela la "Gran potencia de América que derrotaría a los Estados Unidos", ahora son los 14 motores que anuncia Nicolás Maduro para sacar al país del hueco profundo de miseria, hambre e injusticias en que lo han metido, mientras sus jerarcas gozan de grandes fortunas en el extranjero siendo un gobierno socialista-comunista. Este es el inicio de un trabajo de investigación sobre "el gran mundo patafísíco del gobierno de Hugo Rafael Chávez Frías y Nicolás Maduro.

pataphysique2

El 11 de mayo de 1948 se inaugura, en París, el Colegio de Patafísica, que otorga títulos rimbombantes a sus miembros, como «Sátrapa Transcendente». Algunos artistas sátrapas del Colegio de Patafísica son o han sido: Fernando Arrabal, René Clair, Marcel Duchamp, Umberto Eco, Max Ernst, Jean Genet, Eugène Ionesco, Joan Miró, Jacques Prévert, Raymond Queneau y Boris Vian.
Y COMO COLOFÖN LA PRUEBA DE LA GRAN MENTIRA POR LA QUE LUCHAMOS DESDE MUY JÓVENES:

Los tres renacimientos de los hermanos Castro

ROBERTO GIUSTI |  EL UNIVERSAL
martes 22 de marzo de 2016  12:00 AM
Con alfombra roja, los más altos honores y un  aguacero bíblico que impidió el contacto popular, la Cuba de los hermanos Castro recibió a Barack Obama, la primera  y más acabada encarnación del denostado "imperio norteamericano", un hecho increíble y que da cuenta de hasta dónde llega la capacidad de adaptación a las nuevas realidades de una de las más recalcitrantes y dogmáticas dictaduras (del llamado socialismo real) de mediados del siglo XX y comienzos del XXI.  Pero está claro que la audaz maniobra, un giro en U que echa por tierra una política sostenida por más de medio siglo largo, entre altas y bajas tensiones, se vincula a la necesidad urgente de sostener económicamente a un régimen que tuvo en la URSS su mejor base de sustentación.

Así, en el comienzo fue Moscú y La Habana se convirtió en cabeza de playa del imperio soviético,  a 90 millas del territorio enemigo y a tiro de sus misiles, con lo cual la isla estuvo a punto de ser la causa de la tercera guerra mundial. Todo a cambio de la sumisión ideológica y la entrega incondicional de principios como aquel que paradójicamente  pregonaba el aparato propagandístico según el cual Cuba  era " territorio libre de América" y todo se reducía al dramático dilema de "patria o muerte". Hasta que bajaron los precios del petróleo, desapareció la Unión Soviética, cayó el muro de Berlín y así uno de sus más distantes satélites, negado al cambio y dispuesto a morir aferrado al poder, se encontró huérfano y desasistido del mezquino sostén económico que apenas alcanzaba para evitar  el hambre total.

Vino, entonces, el denominado "período especial"' que no era otra cosa que el acrecentamiento de las penurias a niveles que ya se hacían insoportables y entonces apareció en el nublado horizonte la carta de salvación, materializada en la figura de Hugo Chávez, salvador in extremis de los hermanos Castro y de su dominio total de la sociedad cubana. Solo que en estas circunstancias la colonia, que dependía de la metrópolis soviética, se convertía, a su vez, en metrópolis, aunque sostenida por la riqueza interminable de la providencial colonia petrolera. Operaba, de esa manera,  un curioso intercambio a través del cual la metrópolis suplía de contenidos, transplantando su modelo, llave en mano y "asesores" mediante, en la dócil y maleable colonia, mientras esta ofrecía, a cambio, dólares y petróleo. Era el renacimiento de la Cuba castrista, rescatada por  la milagrosa aparición de un hombre que llegaba al poder con un siglo de atraso.

Pero  la riqueza interminable de la colonia llegó a su fin, otra vez, por la baja de los precios del petróleo y la metrópolis, luego de alzar la vista y toparse con la imagen de Barack Obama, (dispuesto a nadar contra la corriente y liberarse de lo que denomina  el "Manual de Washington") decidió despedirse de los herederos de la colonia con una postrera maniobra. Como necesita desesperadamente la asociación con el otrora odiado imperio, está dispuesta a convertirse, de nuevo, en colonia. Pero sabe que ese paso implica el fin de su modelo económico y a la postre de su modelo político. El problema  está en que debe guardar las apariencias y ser leal a la imagen de dureza, frente a la aparente flexibilidad de Obama, cuando en realidad el gran cambio, la transformación profunda, la autocrítica decisiva, está de su parte. Entonces acude al heredero de Chávez, lo recibe con inocultable languidez, le lanza una condecoración y lo envía de regreso a casa. Así transmite la sensación de que sigue aferrada a sus anacronismos, de que no se ha entregado desvergonzadamente  al "imperio" y de que permanece  leal a su viejo y ya inservible aliado.  Prueba inequívoca de que cuando aparecen santos nuevos, los viejos no hacen milagros.

@rgiustia

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