Yo soy

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domingo, 1 de diciembre de 2013

Este 19 de octubre se cumplieron 100 años del natalicio de Vinicius de Moraes, poeta, músico, compositor, diplomático. Vinicius de Moraes carioca virtuoso y popular. Maestro del difícil arte de vivir hasta el final movido por la pasión, Vinicius maestro del arte del encuentro.

  1. Vinicius de Moraes con Toquinho (subtítulos en español ... - YouTube

Cien años Vinicius: Saravá

Este 19 de octubre se cumplieron 100 años del natalicio de Vinicius de Moraes
Este 19 de octubre se cumplieron 100 años del natalicio de Vinicius de Moraes
Este 19 de octubre se cumplieron 100 años del natalicio de Vinicius de Moraes, poeta, músico, compositor, diplomático. Vinicius de Moraes carioca virtuoso y popular. Maestro del difícil arte de vivir hasta el final movido por la pasión, Vinicius de Moraes maestro del arte del encuentro

No hay duda, existen hombres extraordinarios que cada tanto pasan y dejan su marca. Los caminos, lenguajes y estilos son distintos, pero están ahí, con el paso del tiempo se puede ver la marca, la huella, en la tonada o frase que un día cualquiera entra y se anida en lo más hondo de nosotros. La poesía funciona así y los grandes poetas poseen ese don, reinauguran el mundo y las cosas mínimas que lo habitan, renombran, recargan las palabras que la falta de uso y el olvido apagan para explorar el cotidiano y los afectos.

Hay poetas enormes con obras formidables, es innegable, y existen vidas extraordinarias marcadas por el difícil arte de vivir como poetas. Este 19 de octubre se cumplieron 100 años del natalicio de Vinicius de Moraes, poeta, músico, compositor, diplomático. Vinicius de Moraes carioca virtuoso y popular. Maestro del difícil arte de vivir hasta el final movido por la pasión, Vinicius maestro del arte del encuentro.

José Luis Romero dice de dos aspectos que influenciaron las transformaciones de las ciudades latinoamericanas de finales del siglo XIX, uno era el de las capitales y el otro el de los puertos. Rio de Janeiro tenía ciertamente los dos aspectos, fue la capital del Imperio del Brasil desde que se independizó de Portugal en 1822 hasta 1960 y es también una ciudad construida y vivida por la influencia del paisaje del inmenso mar que la bordea. Vinicius de Moraes nace en Rio de Janeiro el 19 de octubre de 1913 en la calle Lopes Quintas, número 114, en la urbanización Gávea. Rio afrancesada y cosmopolita, moderna y cultural.

Hijo de la pianista Lydia Cruz de Moraes y del poeta Clodoaldo Pereira da Silva Moraes, Vinicius crece y se forma en un ambiente lleno de música y literatura, que al mismo tiempo se combina con continuas mudanzas que lo hacen recorrer la ciudad maravillosa, una mezcla que lo acompañará hasta el final: el tránsito constante entre la formación rigurosa, la vida bohemia y la celebración de las pequeñas cosas.

*** Misturo poesia com cachaça e acabo discutindo o futebol.

"Cotidiano" Formalmente hablando, Vinicius de Moraes pertenece a la llamada segunda etapa o momento del modernismo en la literatura brasileña. La prosa de esta etapa, en general, se caracterizó por tratar de reproducir la dificultad de entender el mundo geográfico e histórico, el experimentalismo se dejaba atrás y eran los problemas reales del Brasil la prioridad de los escritores de su momento. En la poesía el lirismo continúa, pero no se acompaña del todo la pulsión de ese regionalismo imperante. Los movimientos de vanguardia, que también eran atravesados por los ecos la Segunda Guerra, se enfilaban hacia un lirismo amoroso y subjetivo, se trabaja la segunda persona y el cotidiano y la mirada a lo aparentemente intrascendente, a lo mínimo, es protagonista mientras el arte de la propia escritura toma su lugar en el escenario. Vinicius a su vez tiene dos etapas, una mística y trascendental, la crítica la llamará incluso religiosa, una mirada de corte social que se encuentra en temas y poemas. En la segunda etapa el cotidiano emerge y la vida, la pasión por el vivir aborda lo femenino, la mujer, la euforia, el desencanto, el goce y el sufrimiento como vías, como lugar de movimiento, como herramienta de vida. El soneto, la balada, el verso libre. Elegías, canciones, poemas epistolares, el fútbol, el bar, la amistad, la feijoada, la playa, el samba. Únicamente el rol de un Vinicius de Moraes como estrella fulgurante del movimiento de la Música Popular Brasileña, podría darle pausa al trabajo de una obra estrictamente literaria. Buena vida poeta, de música también vive el hombre.

Marcus Vinicius creció en una familia unida por la música y la literatura, a los 14 años ya componía y tenía su primera banda. Formaba parte de un coro y nada podía hacer ver que aquel joven no tocaría las estrellas. Pero no es sino en 1956, en las noches del mítico bar Villarino, cuando comienza la parceria entre dos monstruos de la MPB: Tom Jobim y Vinicius de Moraes se juntan para componer la música y letras de Orfeo da conceição. Las décadas del cincuenta y sesenta fueron idas y vueltas, discos, shows, grandes fiestas, el gran poeta y estrella de la MPB estaría aquí y allá compartiéndolo todo con la carrera de diplomático. Este trabajo más allá de representar un lunar en la vida del poeta, le sirvió para llevar la música brasileña fuera del gigante del sur. Ruy Castro en Chega de Saudade, A história e as histórias da Bossa Nova nos cuenta de su última gran dupla al terminar su carrera en Itamaraty: "el lado infantil de Vinicius lo hizo descubrir que su principal diversión era presentarse en público (...) El show con Caymmi en el Zum-zum, en 1964, fue apenas el primero (...) pero fue sólo después de su dimisión en Itamaraty y de su parceria con Toquinho, a partir de 1970, que Vinicius comenzaría a llevarse en serio como un artista de escenarios. Para bien o para mal, Toquinho habría de conseguir con Vinicius lo que hasta entonces nadie soñaría fuera posible: profesionalizarlo". La imagen del poeta sentado con una pequeña mesa, micrófono en mano, bebiendo un buen destilado y diciendo con ángel y duende de anécdotas musicales, amistosas y amorosas está registrada en un concierto de antología que la Televisione Svizzera grabó el 18 de octubre de 1978 en los estudios de la RTSI en Italia. Tom Jobim en plan coestelar y Toquinho, Miucha, Azeitona, Mutinho, entre otras figuras, componen una partitura única y genial: "Desafinado", "Aguas de Março", "Garota de Ipanema", el repertorio revienta 18 clásicos, no hay desperdicio. Ahí el mundo a los pies de un bocado más del genio y figura de la MPB.

*** Se não tivesse o amor/ Se não tivesse essa dor/ E se não tivesse o sofrer/ E se não tivesse o chorar/ Melhor era tudo se acabar,/ Melhor era tudo se acabar.

"Consolação" Con Vinicius de Moraes tenemos la suerte de contar con un registro importante de su obra, existe una caja especial, Como dizia o poeta, editada en 2007 con 27 discos dedicados a recoger la voz del poeta leyendo sus textos: su voz a secas, su voz y algún instrumento, su voz y composiciones hechas especialmente para un conjunto de ellos. También tenemos en Internet su valiosa página Web: http://www.viniciusdemoraes.com.br/ que contiene y ofrece en su apartado de publicaciones, trece libros de poesía en estado puro, dos en los que prosa y verso conviven en armonía, dos centenares de textos dedicados al mundo del cine y cuatro piezas de teatro, entre las que se encuentra Orfeo da conceição, de 1956, texto que luego es adaptado por el director francés Marcel Camus para realizar en 1959 Orfeo negro, filme que es reconocido con la Palma de Oro en Cannes en ese mismo año y con el Oscar y el Globo de Oro a mejor película extranjera en 1960. La página también nos muestra una rica selección de 24 discos audibles: portadas, piezas y letras, grabados desde 1956 hasta el año de su muerte en 1980.

La obra de Vinicius de Moraes está ahí como lo están las viejas amistades, siempre dispuestas al reencuentro, siempre dispuestas a la fraternidad y al goce de la celebración. El puño de su letra sigue estando en poemas que pintan el cotidiano y que nos dibujan en ese frágil y delicado margen de la entrega y la partida: "Dialética", "A criação na poesia", "Carta do ausente", "A um passarinho", "Bom dia, tristeza", "A volta da mulher morena", "A cidade antiga", "Amor" o "Balada das meninas de bicicleta", para hacer apenas una selección mínima. Su voz en piezas eternas del repertorio musical de la MPB: "Tarde em Itapoá", "A felicidade", "Minha namorada, "Eu sei que vou te amar", "Samba em preludio", "Chega de saudade", "O dia da criação". Vinicius de Moraes escribió centenares de letras de canciones y centenares de poemas, entabló amistad y parceria creativa con verdaderos genios de la literatura y la música popular brasileña: Carlos Drummond de Andrade, Rubem Braga, Manuel Bandeira, João Cabral de Melo Neto, Mario de Andrade, Tom Jobim, Toquinho, Baden Powell, Maria Bethânia, Edu Lobo, Carlos Lyra, Miúcha y Chico Buarque entre, literalmente, muchos otros. Creyó tanto en la ficción del vivir y la potencia de las conexiones del encuentro, que el matrimonio lo intentó nueve veces y siempre celebró la vida y la amistad hasta el último suspiro. Existe una palabra, herencia de la esclavitud africana, que en portugués es una forma de salutación, salve Vinicius. Con estas líneas un toque de sombrero a su centenario: Saravá. 

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