Yo soy

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domingo, 28 de junio de 2015

El teatro es la puerta a otros tiempos, a épocas de nombres como Petronila Herrera y presentaciones en sociedad con no menos de cuatro apellidos. Pero también es presente, es la ventana de la casa del vecino, del que sufre, del que se cuestiona, del que es feliz. Es el lugar para oír todas las voces, con el fin último de comprender la libertad.

La voz de los desamparados grita por la libertad

La obra fusiona una oficina gubernamental del siglo XXI con los cabildos de 1790 | FOTO MANUEL SARDÁ
La obra fusiona una oficina gubernamental del siglo XXI con los cabildos de 1790 | FOTO MANUEL SARDÁ
El montaje está basado en el libro La palabra ignorada de Inés Quintero y cuenta la historia de cinco mujeres esclavas en la época de la Colonia

El teatro es la puerta a otros tiempos, a épocas de nombres como Petronila Herrera y presentaciones en sociedad con no menos de cuatro apellidos. Pero también es presente, es la ventana de la casa del vecino, del que sufre, del que se cuestiona, del que es feliz. Es el lugar para oír todas las voces, con el fin último de comprender la libertad.
Con esta idea como premisa, en un tribunal contemporáneo –que bien puede ser un cabildo del año 1790– cinco mujeres anónimas defienden su derecho a ser dueñas de sí mismas. Testigos ocultos es el nuevo montaje que, dirigido por Orlando Arocha, se estrena en La Caja de Fósforos, en la Concha Acústica de Bello Monte.
Cinco sillas de oficina pública; papeles desordenados, amarillos, polvorientos; archivos, piso de loza; el cartel “Este es un ambiente 100% libre de humo de tabaco”; paredes que son verde y gris, y una procuradora con un particular secretario componen la primera visual del espectador. Luego, de uno en uno se presentan las querellas, las actas en las que se evidencia la eterna pugna entre el poder y el desamparado.

La pieza está basada en el libro La palabra ignorada, en el que la historiadora Inés Quintero plasma su investigación sobre la mujer en la Venezuela colonial a partir de expedientes civiles, documentos gubernamentales e informes eclesiásticos.
“Son historias necesarias”, indica Arocha. Para el creador es imprescindible realizar montajes que den luz sobre por qué la sociedad se encuentra donde está. “Este es un país de muchas injusticias, de gente a la que no se le ha permitido hablar. Mucho de ello tiene su origen en el fracaso de la justicia venezolana. Las historias de esclavos siempre son temas del pasado, no queremos reconocer en eso una vinculación con nuestro presente”.
Testigos ocultos presenta a Gracia María de Tovar, a quien le tomó cinco años de trabajo y seis meses de trámites conseguir la libertad de su hija. Ofrece el testimonio de la mulata María Ignacia, a quien no le alcanzaron los pesos. También menciona los casos de la parda María de la Soledad Prieto, del pueblo de La Victoria; de la esclava que intentó arreglar su libertad a costa del sometimiento de otros y el de aquella a la que la vida se le acaba.
La obra es protagonizada, entre otros, por Haydée Faverola, Antonieta Colón, Diana Peñalver, Carolina Torres, Eliú Ramos y Nakary Bazán.
“Hoy en día existen muchas formas de opresión que seguirán. Toda obra que hable por la libertad será un grito de exigencia”, afirma el director.

Testigos ocultosLa Caja de Fósforos, Concha Acústica de Bello Monte
Funciones: viernes y sábado, 8:00 pm; domingo, 6:00 pm
Entrada: 150 bolívares

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