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jueves, 27 de agosto de 2015

Desde febrero los artistas han advertido la falta de insumos para instrumentos musicales. Algunos luthiers han tenido que volver a viejas técnicas para elaborar cuatros, guitarras y mandolinas

La carestía causa estragos, pero aún no apaga la música

Optilaser realiza de tres a cuatro pedidos al año de insumos cuyos montos varían por el precio del dólar | Foto Manuel Sardá
Optilaser realiza de tres a cuatro pedidos al año de insumos cuyos montos varían por el precio del dólar | Foto Manuel Sardá
Desde febrero los artistas han advertido la falta de insumos para instrumentos musicales. Algunos luthiers han tenido que volver a viejas técnicas para elaborar cuatros, guitarras y mandolinas

Rafael González ha hecho instrumentos para artistas como Héctor Molina e Ismael Querales. Vive en Margarita desde hace cinco años, donde asegura que tiene más posibilidades de trabajar porque encuentra maderas fuertes como el roble y la caoba. Pero la escasez de materiales ha comenzado a dificultar su labor.
El luthier, que utiliza árboles caídos para elaborar cuatros, guitarras y mandolinas, asegura que este año ha tenido, entre otras cosas, problemas para conseguir el barniz. Debido a esto ha tenido que volver a emplear la antigua técnica de la goma laca, que consiste en utilizar la resina que produce el gusano Laccifer lacca para luego diluirla en alcohol. “Se usaba para los violines Stradivarius, pero dejó de emplearse cuando aparecieron los químicos, que son muchos más rápidos”, dice González, que fabrica anualmente entre 15 y 20 instrumentos.
También se le acabaron las clavijas para cuatro, que son metálicas. “Esta semana me trasladé a Caracas para ver si conseguía, pero nada. Tendré que ir a Barquisimeto y Trujillo. Sé que hay personas que viajan a Trinidad y Tobago para buscarlas allá”.
De no hallarlas, tendrá que recurrir nuevamente a otra práctica antigua: el tallado en madera. “Funcionan bien. No es un engranaje, presionan por flexión”.
En febrero el cuatrista Jorge Glem escribió en Twitter que no conseguía cuerdas para su instrumento, que son importadas de Estados Unidos. En la página Mercadolibre actualmente se ofrece el juego marca D'addario en 2.150 bolívares. Hace 6 meses el precio era de 850 bolívares. En tiendas Allegro se consiguen entre 665 y 2.200 bolívares, dependiendo de la marca. Las de guitarra rondan los 2.600 bolívares. Las clavijas son más difíciles de adquirir. “No llegan desde hace tiempo”, dice un vendedor. Una guitarra acústica puede costar más de 50.000 bolívares y una eléctrica supera los 200.000.  

En planta. Algunos músicos sortean la crisis con viajes al exterior; otros se resignan y compran productos de menor calidad. Una vez superado este obstáculo se topan con otra vicisitud: la producción del disco.
Optilaser es uno de los fabricantes más populares de la industria. De su planta han salido álbumes de Yordano, Caramelos de Cianuro, Los Melódicos y Desorden Público, entre muchos otros. Francisco Manigat, gerente de Mercadeo y Ventas, asegura que actualmente tienen insumos, aunque cada vez es más difícil obtenerlos. “Salvo la nómina, los servicios y el mantenimiento del edificio, dependemos de importaciones”, afirma en referencia al policarbonato, tintas, aluminios y mallas.
Cuenta que hasta 2013 podían prever la cantidad de pedidos que iban a tener en 12 meses, por lo que en enero se abastecían para todo el año. “Ahora hacemos entre tres y cuatros pedidos”, indica sobre presupuestos que varían de acuerdo con el valor del dólar no oficial.
“Anualmente estamos en capacidad de producir 10 millones de discos, pero actualmente hacemos 1,5 millones”, detalla sobre una industria que también se ha visto afectada por las descargas por Internet.

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