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sábado, 8 de agosto de 2015

"El Decamerón": un intento de paraíso en el infierno Ricardo Nortier estrenó una versión contemporánea de la obra

La imaginación lasciva como el acto de abandonarlo todo

Los que escapan de la ciudad se divierten relatando cuentos de amor, fortuna y enredos | FOTO MANUEL SARDÁ
Los que escapan de la ciudad se divierten relatando cuentos de amor, fortuna y enredos | FOTO MANUEL SARDÁ
La versión contemporánea del clásico italiano incluye seis historias escenificadas por ocho personajes, que alternan trajes medievales y desnudos

El suelo emula el cinetismo de un aeropuerto que se ha convertido en una vía de escape lacerante. Un “Aleluya” cantado se diluye en el ambiente. Al fondo llueve y los paraguas ya no son suficientes. Maletas a la izquierda y a la derecha, señales públicas. Y de repente una mujer.
Su vestido está hecho de devaluados billetes de 2 bolívares. Se desnuda, tose, vomita. Lleva un seno maltratado. La peste. La peste que es física y emocional; que no se detiene ante fechas ni lugares. Se descubren entonces ocho personajes que van sin ropa. Alguien habla: “¿Cuál es el motivo de que estemos aquí sino huir?”. Lejos, en la ciudad, el aire se ha llenado de hediondez.
Es así como comienza la versión contemporánea del libro perteneciente a la literatura italiana del siglo XIV. Decamerón, el paraíso erótico de Boccaccio se estrena hoy en La Caja de Fósforos. La adaptación y dirección son de Ricardo Nortier.
La puesta en escena combina la iluminación y los sonidos en un juego onírico. Allí, con idas y vueltas a lo actual y medieval, los cuatro hombres y las cuatro mujeres disciernen sobre ese acto evasivo de abandonarlo todo y vivir festivamente.
Decidieron refugiarse lejos y nombrar un líder, que se encargará de relatar las cuentos de erotismo, humor, amor y fortuna. Pero un ruido los espanta de vez en cuando, pues le recuerda los horrores de la realidad. Levantan las maletas y se agitan como queriendo volver a huir. Su medicina es mirar siempre en otra dirección. Ellos solo quieren recuperar la alegría. ¿Es egoísmo o derecho a la salvación individual?
Nortier había presentado hace más de 15 años una adaptación, con un tratamiento más clásico, del libro de Boccaccio. Tomó la decisión de montarla de nuevo porque habla de cómo las personas enfrentan –o no– los conflictos. “Yo siento que es como la historia del venezolano que se va a vivir a otro país, pero no logra desprenderse. Es como si tratara de construir el paraíso en otra parte y no se aleja del todo. Eso genera una angustia muy fuerte a quienes están afuera”, expresa.
Esta versión cuenta con las actuaciones de Pastor Oviedo, Carlos Arráiz, María Alejandra Rojas, Yennifer Ibarra, Amneris Treco, Melisa Inojosa, Debrah Freitas, Antonio Ruiz y Darwin Barroeta.
Las pandemias. A Nortier le gusta la producción teatral, cómo los elementos se transforman, cómo la escena relee el material. “Pero ese material tiene que existir y se compra en el supermercado. Esa parte fue muy dura. Nos costó mucho conseguir las pinturas. Eso nos causa mucho conflicto, aunque igual seguimos”, afirma.
Dice que llevar a cabo un montaje como el de Decamerón, el paraíso erótico de Boccaccio es costoso, pero que la dinámica en La Caja de Fósforos se caracteriza por la solidaridad. “Hacemos todo con la colaboración de actores y amigos que nos echan una mano. Uno no solo actúa o dirige. Es muy agotador. Pero es parte del oficio del artista. Los años pasan y uno dice: si no hago esto, entonces qué. De un cierto modo tratamos de sobrevivir, como los personajes de la obra”.
La pandemia de la que huyen los personajes del Decamerón es la peste bubónica que azotó parte de Europa a mediados del siglo XIV. En la actualidad puede tomar formas diversas como la inseguridad, la escasez, la violencia, la falta de perspectiva de futuro, indica el director. En esto, según Nortier, el teatro no debe ser moralista. “Aquí no hay que dar ningún discurso sobre si la evasión está bien o mal. Nadie quiere vivir una situación difícil. Cada uno busca su solución. Son decisiones muy personales”.
Decamerón, el paraíso erótico de Boccaccio
La Caja de Fósforos, Concha Acústica de Bello Monte
Funciones: viernes y sábado, 8:00 pm; domingo, 6.00 pm
Entrada: 250 bolívares

"El Decamerón": un intento de paraíso en el infierno

Ricardo Nortier estrenó una versión contemporánea de la obra

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Ocho actores protagonizan la pieza que se monta en La caja de fósforos de Bello Monte NICOLA ROCCO
DANIEL FERMÍN |  EL UNIVERSAL
sábado 8 de agosto de 2015  12:00 AM
Una mujer con un vestido hecho con billetes de Bs.2 sube al escenario para desnudarse. Atrás, ocho jóvenes posan sin ropa frente a unas maletas. El piso simula la cromointerferencia de Carlos Cruz-Diez en el Aeropuerto de Maiquetía. Todos huyen de la plaga que afecta y mata a la ciudad o al país. Ricardo Nortier estrenó ayer una adaptación contemporánea de El Decamerón, de Giovanni Boccaccio, en La caja de fósforos de Bello Monte. 

Las mujeres se visten con faldas y chalecos de mototaxistas; los hombre tienen monos y tirantes de obreros de construcción. Todos van en fuga, a las afueras, en busca de un paraíso que les permita refugiarse del mal. Si en el original de Bocaccio era la peste bubónica que cayó sobre Florencia en el siglo XIV, aquí podría ser cualquier cosa: la inseguridad, la inflación, la polarización política o más. "La medicina es huir de ello", se le escucha a alguno de los personajes en escena.

Los ocho jóvenes crean sus propias reglas en su mundo. Que cada uno cuente una historia de amor o de lujuria, y que nadie lleve noticias del exterior. Evadirse, ignorar los problemas. Relatos erótico-humorísticos ambientados en época medieval. Sólo que el clima, la oscuridad del cielo, los truenos y la lluvia les recuerda que la realidad resulta inevitable.

Así, uno a uno se narran los cuentos. Un hombre que se acuesta con la mujer de su mejor amigo hasta que los descubre, un aldeano que quiere convertir a su esposa en burro, una chica que se queja de que a su marido le gustan los hombres, unas monjas que experimentan con el sexo al llegar un sordomudo al monasterio, otra mujer que intenta ocultar a su amante al ver llegar a su pareja, un cura que le enseña a una joven virgen cómo meter al diablo en el infierno. Sexo e infidelidad en tono de risa.

Pastor Oviedo, Carlos Arráiz, María Alejandra Rojas, Yennifer Ibarra, Amneris Treco, Melisa Inojosa, Debrah Freitas, Antonio Ruiz y Darwin Barroeta integran el elenco de la pieza, que estará en cartelera hasta el 6 de septiembre (funciones: viernes y sábados, a las 8:00 pm; y domingos, 6:00 pm; entrada: Bs.250). Ellos son los jóvenes que escapan para recuperar su derecho a la alegría.

El contexto de la obra, más allá de sus historias, tiene referencia a la Venezuela de hoy. Los que se van, los que se quedan. "Hay un mensaje implícito. La cantidad de gente que huye del país te hace conectarte", según Pastor Oviedo; "la obra no pretende dar ningún discurso: si la evasión sirve para la supervivencia también es válido", según Nortier. El Decamerón intenta crear un paraíso en medio del infierno.

dfermin@eluniversal.com

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