Chávez renacionaliza SIDOR. Una victoria histórica para los trabajadores
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Fecha de publicación
A las 1.22 am hora de Venezuela el miércoles, abril 9, 2008
Los trabajadores de SIDOR han luchado durante más de 15 meses por la mejora de los salarios, y las condiciones de salud y seguridad en el convenio de negociación colectiva. Los principales puntos de controversia son los siguientes: 1) aumento del salario, donde la empresa ofrecía muy poco y quería retrasar cualquier nuevo aumento salarial hasta dentro de 30 meses, 2) el tema de la subcontratación, donde los trabajadores exigen que todos los trabajadores subcontratados (9.000 de un total de 15.000) deben incorporarse como planta permanente, y 3) que debe haber un aumento sustancial de las pensiones de los trabajadores jubilados, que actualmente reciben por debajo del salario mínimo.

Cuando Chávez hizo un llamamiento a la "nacionalización de todo lo que fue privatizado", en enero de 2007, los trabajadores respondieron con huelgas espontáneas y elevaron la bandera venezolana en las instalaciones de SIDOR. Y comenzaron a exigir la nacionalización de SIDOR. Finalmente, después de muchas negociaciones y presiones del gobierno argentino de Kirchner se llegó a un acuerdo entre Techint y el gobierno venezolano. La empresa aceptó vender parte de la producción en el mercado nacional a precios preferenciales, a cambio de evitar la nacionalización. Pero este acuerdo no podía durar. A lo largo de los 15 meses de la negociación colectiva de trabajo la empresa ha mantenido una actitud de provocación. Hasta que los trabajadores agotaron su paciencia y comenzaron una serie de paros en enero, febrero y marzo.


Como dijo un diputado bolivariano por Guyana: "Considero que estos abusos están muy alejados de los principios revolucionarios promovidos por el Presidente de la República." Este diputado, El Zabayar, quien defendió públicamente por la nacionalización de SIDOR explicó además que "hay sectores dentro del Estado que juegan al desgaste del gobierno, y utilizan a las autoridades gubernamentales para asumir una actitud pro-patronal". Este es precisamente el problema: el aparato del Estado sigue siendo en gran parte el mism, y un Estado capitalista no puede utilizarse para llevar a cabo una revolución socialista.

Los trabajadores, correctamente, se mantuvieron unidos y se opusieron a esta votación, y organizaron su propia votación el 3 de Abril, con dos opciones: 1) aceptar la oferta de la empresa, 2) mandato al sindicato para continuar las conversaciones. La inmensa mayoría de los trabajadores rechazaron la oferta de SIDOR, con el voto en contra de 3.338 trabajadores y sólo 65 a favor.

Añadió que su gobierno "respeta el marxismo, las corrientes marxistas y el método marxista" y que es un gobierno "obrerista", y que "sabrá cómo tomar las medidas necesarias". Explicó que él siempre trata de "buscar un acuerdo, la negociación y así sucesivamente, pero en relación con SIDOR, a partir del día de ayer, yo dije ya basta". Chávez también añadió que su intervención fue el resultado de la visita que le hicieron los trabajadores de Sidor, que fueron a la reunión de graduación en Bolívar días antes, para conocer su opinión del conflicto. Señaló que tuvo duras palabras con el gobernador regional de Bolívar durante la represión de la Guardia Nacional en contra de los trabajadores, y que también había hablado con el comandante de la Guardia Nacional para recordarle las "vieja instrucciones para cuidar a los trabajadores".
Esta intervención de Chávez a través del vicepresidente, de hecho, fue una bofetada en la cara al gobernador regional y, sobre todo, al Ministro de Trabajo, José Rivero. Fue dejado a un lado y el gobierno se alineó claramente con los trabajadores. La empresa, que hasta ese momento había dicho que no iba a hablar con los trabajadores de nuevo, aceptó mantener una nueva reunión.
Una reunión entre las tres partes de la empresa, el sindicato y el Vicepresidente se llevó a cabo el martes 8 de abril, en la que la compañía hizo concesiones menores. Justo después de la medianoche, el vicepresidente Carrizales, afirmó que la reunión no podía terminar sin un acuerdo, y pidió a la compañía, por última vez, si no estaba dispuesta a hacer una contraoferta final al sindicato sobre los salarios, y cuando la empresa se negó, insistió en que esta negativa constara en el acta de la reunión. Luego salió, llamó el presidente Chávez ,y regresó a la reunión para anunciar la renacionalización de SIDOR.

Este es otro punto de inflexión en la revolución venezolana y una clara indicación de la dirección que debería tomar. No se trata de una pequeña empresa en bancarrota tomada por el Estado, sino del único suministrador de acero del país y del cuarto mayor productor de acero de América Latina. Esta decisión puede provocar una reacción por parte de las multinacionales y también por parte del gobierno argentino, que en el pasado ha ejercido una enorme presión sobre Chávez en defensa de Techint. La revolución venezolana y sus partidarios en el extranjero, en particular en la Argentina, deben estar preparados para resistir esta presión y lanzar una campaña en defensa de esta nacionalización. Los trabajadores de SIDOR deben tomar medidas inmediatas para poner en práctica el control obrero a fin de evitar que la compañía incurra en todo tipo de sabotajes, deben tomar las instalaciones, controlar las existencias y, sobre todo, deben proceder a abrir los libros de contabilidad de la empresa.
La cuestión de la indemnización surgirá ahora. La empresa, probablemente, demandará una cantidad desorbitante de dinero. La mejor forma de solucionar esto es precisamente con la apertura de los libros de contabilidad de la empresa. Si se calcula la cantidad de dinero que pagá la multinacional por la compra de Sidor (muy poco), las inversiones que ha hecho en la planta (muy pocas), y luego se deducen la ganancia que ha logrado en los últimos 10 años (muchísima), se puede llegar a la conclusión de que, en realidad, no tiene derecho a recibir compensación alguna.

Bolívar es una de las concentraciones más importantes de la clase obrera industrial en Venezuela, un factor decisivo en la revolución. La victoria de los trabajadores de SIDOR estimulará también a los trabajadores de otras industrias básicas de la región a seguir adelante y luchar por un control obrero democrático.
La renacionalización de SIDOR es otro paso adelante en la dirección correcta. En los últimos meses, la oligarquía ha intensificado su campaña de sabotaje contra la economía, en particular en el sector de la distribución de alimentos. Al mismo tiempo, el imperialismo ha aumentado sus provocaciones, amenaza con poner Venezuela en la lista de países que "albergan al terrorismo". Ahora es el momento de dar pasos decisivos hacia adelante en la nacionalización de las palancas fundamentales de la economía bajo el control democrático de los trabajadores y, por último, completar la revolución.
[Ver vídeo de la celebración de los trabajadores de SIDOR en aquellos tiempos]
Sidor: De la renacionalización al caos
Finanzas Digital/Javier Chourio.- El pago de 170 bolívares sobre el sueldo diario, dividido en Bs. 80 para la firma y tres tandas semestrales de Bs. 30 para completar el total constituyen la base del polémico acuerdo que el Gobierno firmó con José Meléndez, secretario de organización del Sindicato de Trabajadores de la Siderúrgica del Orinoco (Sutiss) y que horas después rechazaba la mayoría del gremio por considerar que no se había discutido en asamblea general de trabajadores y que no se ajustaba a sus peticiones.
El mencionado acuerdo abrió una nueva etapa en el conflictivo historial de la acería, que ha visto cómo sus niveles de producción caen en picada tras ser considerada la mayor productora de acero de la región Andina.
Y es que para el año de 1998 la Sidor a cargo del consorcio Amazonia, integrado por las empresas Hylsa de México, Grupo Techint y Sideral de Argentina, Sivensa de Venezuela, Tamsa de México y Usiminas de Brasil heredó una producción de acero líquido de 2 millones 882 mil toneladas, de acuerdo a cifras ofrecidas por René Nuñez, quien para la época se desempeñaba en la gerencia de la División de Administración y Contratos de Sidor.
Una década después, la euforia acompañó a cientos de trabajadores, sindicalistas, políticos y parte de la sociedad civil guayanesa cuando en abril de 2008 el presidente Hugo Chávez ordenó la renacionalización de la Siderúrgica del Orinoco, luego de 10 años de haber sido privatizada por el presidente Rafael Caldera. Meses antes del anuncio, para el cierre de 2007, la empresa había registrado la producción más alta de su historia al alcanzar un récord de 4,3 millones de toneladas de acero.
Núñez rememora el proceso de privatización y lo califica como un proceso duro en momentos en que el Estado no estaba capacitado para mantener la administración de la empresa. Sin embargo recuerda que junto al Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y Similares (Sutiss) se logró un paquete atractivo de liquidación que permitió que la gente voluntariamente se retirara de la empresa y, por otro lado, se logró el 20 por ciento de las acciones de Sidor. Todo esto bajo una lucha que permitió que el Estado respetara ese derecho a las personas que cumplieron con requisitos como años de servicio, escalafón dentro de la organización, entre otros. A su juicuio, esta estrategia laboral facilitó la reducción de una nómina de 12 mil a 5.482 empleados.
“Dentro de los sindicatos se logró un paquete atractivo de liquidación que permitiera que la gente saliera voluntariamente. Yo salí de la empresa en el 98 bajo ese acuerdo, por otro lado se logró el 20 por ciento de las acciones de Sidor, que no fueron regaladas, se nos pagaron oportunamente por excedente de caja que recibía la empresa cuando estaba en manos privadas”, resalta.
Constante declive
La realidad durante los más de seis años que han transcurrido desde que el presidente Chávez optó por la reestatización, ha estado acompañada de encuentro y desencuentro en el ámbito laboral, de reivindicaciones salariales y exigencias para mejoras en las condiciones de trabajo, situaciones que han enfrentado al mismo Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y Similares (Sutiss), que otrora celebró la nacionalización, con su nuevo jefe, el Gobierno Nacional y han ocasionado un descalabro en la producción.
El año 2013 fue el más trágico para la empresa ya que solo generó un millón 558 mil 404 toneladas de acero líquido, esa cifra le arrebató el record al año anterior, cuando se reportó una producción 1,7 millones de toneladas. Los números del 2013 se sustentan en parte por la cantidad de días que la acería estuvo paralizada, 53 días contando solo el último trimestre de ese año.
El pasado mes de mayo el quinto presidente con que ha contado la empresa desde el 2008, General Javier Sarmiento Márquez, sacó cuentas y anunció que en lo que va de 2014 van casi 100 días de paralizaciones, pero desde entonces la cuenta siguió aumentando y el pliego de reclamos de los trabajadores también, a sus exigencias se le han ido agregando denuncias de posibles interrupciones a causa de la desinversión y el mal manejo que la han dado a la empresa directivos que “desconocen sobre el tema del acero”.
René Núñez, quien se desempeña en la actualidad como presidente del Centro de Políticas Públicas IFEDEC en el estado Bolívar, dice que la siderúrgica tiene casi 15 años que no se le invierte dinero para el mantenimiento correctivo, compra de repuestos oportunos y actualización de procesos tecnológicos. Aclara que la industria requiere de inversión permanente y que tal situación trae como consecuencia un cuadro técnico operativo y productivo complicado.
“De recomponerse el rezago tecnológico que tenemos, igual la inversión en la empresa requeriría mucho riesgo. En un mundo competitivo como el de hoy, donde las nuevas acerías se caracterizan por ser muy pequeñas comparadas con su nivel de producción, eso nos da a entender a nosotros que estamos en la cola”, plantea.
Acusaciones van y vienen
Una lluvia de acusaciones se desató cuando el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, anunció la existencia de “mafias sindicales” en la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro (Sidor) que afectaban la productividad de la empresa estatal. Además Cabello catalogó de “mafiosos” a un grupo de cuatro sindicalistas que encabezaban los reclamos para la discusión de las 11 clausulas del contrato colectivo.
La contratación colectiva que tenía más de 4 años en el congelador se resolvió “a medias” este jueves cuando el secretario del sindicato de trabajadores, José Meléndez, aceptó los 170 bolívares de aumento durante un “madrugonazo2 que mantuvo con representantes del gobierno, acción que otra parte de la directiva del Sutiss no acepta por no haber sido invitada a la reunión.
Pero mientras los sindicalistas se recriminan unos a otros, las acusaciones sobre los responsables de la deprimente producción se mantienen frente a un panorama que plantea una posible paralización de aéreas como la de producción de pellas.
Joelson Quijada, quien se cataloga como trabajador de base de la empresa denunció días atrás en una emisora de radio que “sí existen cosas mal habida por parte de las personas que administran la planta” y que “los administradores que han pasado por ahí son quienes no han dado la talla para sacar a delante a la empresa porque los trabajadores siempre han estado allí”.
Falta un plan de inversión serio que llegue a Sidor, sugiere Quijada, cuando informa que “la planta de pellas esta casi parada” y que si sigue como está en menos de seis meses no se va a poder levantar. Sobre eso mismo rubro necesario para la producción de acero, Núñez afirma que en este momento se está importando pellas desde el exterior porque “ni las propias materias primas se está produciendo”.
En picada e insostenible
Para el primer semestre de este año las cifras muestran que Sidor ha producido solo 480 mil 759 toneladas de productos a clientes nacionales y 17 mil 904 al mercado extranjeros, lo que advierte de otro triste registro para el historial de la empresa de acero. En ese sentido el presidente del Centro de Políticas Públicas en el estado Bolívar recomienda hacer una revisión sin complejos ni prejuicios para que la empresa pueda ser rentable con 14 mil trabajadores en su nomina, pero estima que si se sigue manejando con criterios partidistas y se siguen asignando directivos sin experiencia sobre la producción de acero, la viabilidad de la empresa es insostenible.
Asimismo propone al gobierno hablar con claridad, racionalidad, sensatez y sin dilación, sobre un mecanismo de inversión para recuperar las áreas de la siderúrgica, además de asignar una gerencia y un equipo idóneo de probada experiencia siderúrgica, con autonomía e independencia operativa, técnica y administrativa.
Finanzas Digital/Javier Chourio.- El pago de 170 bolívares sobre el sueldo diario, dividido en Bs. 80 para la firma y tres tandas semestrales de Bs. 30 para completar el total constituyen la base del polémico acuerdo que el Gobierno firmó con José Meléndez, secretario de organización del Sindicato de Trabajadores de la Siderúrgica del Orinoco (Sutiss) y que horas después rechazaba la mayoría del gremio por considerar que no se había discutido en asamblea general de trabajadores y que no se ajustaba a sus peticiones.

Y es que para el año de 1998 la Sidor a cargo del consorcio Amazonia, integrado por las empresas Hylsa de México, Grupo Techint y Sideral de Argentina, Sivensa de Venezuela, Tamsa de México y Usiminas de Brasil heredó una producción de acero líquido de 2 millones 882 mil toneladas, de acuerdo a cifras ofrecidas por René Nuñez, quien para la época se desempeñaba en la gerencia de la División de Administración y Contratos de Sidor.
Una década después, la euforia acompañó a cientos de trabajadores, sindicalistas, políticos y parte de la sociedad civil guayanesa cuando en abril de 2008 el presidente Hugo Chávez ordenó la renacionalización de la Siderúrgica del Orinoco, luego de 10 años de haber sido privatizada por el presidente Rafael Caldera. Meses antes del anuncio, para el cierre de 2007, la empresa había registrado la producción más alta de su historia al alcanzar un récord de 4,3 millones de toneladas de acero.
Núñez rememora el proceso de privatización y lo califica como un proceso duro en momentos en que el Estado no estaba capacitado para mantener la administración de la empresa. Sin embargo recuerda que junto al Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y Similares (Sutiss) se logró un paquete atractivo de liquidación que permitió que la gente voluntariamente se retirara de la empresa y, por otro lado, se logró el 20 por ciento de las acciones de Sidor. Todo esto bajo una lucha que permitió que el Estado respetara ese derecho a las personas que cumplieron con requisitos como años de servicio, escalafón dentro de la organización, entre otros. A su juicuio, esta estrategia laboral facilitó la reducción de una nómina de 12 mil a 5.482 empleados.
“Dentro de los sindicatos se logró un paquete atractivo de liquidación que permitiera que la gente saliera voluntariamente. Yo salí de la empresa en el 98 bajo ese acuerdo, por otro lado se logró el 20 por ciento de las acciones de Sidor, que no fueron regaladas, se nos pagaron oportunamente por excedente de caja que recibía la empresa cuando estaba en manos privadas”, resalta.
Constante declive
La realidad durante los más de seis años que han transcurrido desde que el presidente Chávez optó por la reestatización, ha estado acompañada de encuentro y desencuentro en el ámbito laboral, de reivindicaciones salariales y exigencias para mejoras en las condiciones de trabajo, situaciones que han enfrentado al mismo Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y Similares (Sutiss), que otrora celebró la nacionalización, con su nuevo jefe, el Gobierno Nacional y han ocasionado un descalabro en la producción.
El año 2013 fue el más trágico para la empresa ya que solo generó un millón 558 mil 404 toneladas de acero líquido, esa cifra le arrebató el record al año anterior, cuando se reportó una producción 1,7 millones de toneladas. Los números del 2013 se sustentan en parte por la cantidad de días que la acería estuvo paralizada, 53 días contando solo el último trimestre de ese año.
El pasado mes de mayo el quinto presidente con que ha contado la empresa desde el 2008, General Javier Sarmiento Márquez, sacó cuentas y anunció que en lo que va de 2014 van casi 100 días de paralizaciones, pero desde entonces la cuenta siguió aumentando y el pliego de reclamos de los trabajadores también, a sus exigencias se le han ido agregando denuncias de posibles interrupciones a causa de la desinversión y el mal manejo que la han dado a la empresa directivos que “desconocen sobre el tema del acero”.
René Núñez, quien se desempeña en la actualidad como presidente del Centro de Políticas Públicas IFEDEC en el estado Bolívar, dice que la siderúrgica tiene casi 15 años que no se le invierte dinero para el mantenimiento correctivo, compra de repuestos oportunos y actualización de procesos tecnológicos. Aclara que la industria requiere de inversión permanente y que tal situación trae como consecuencia un cuadro técnico operativo y productivo complicado.
“De recomponerse el rezago tecnológico que tenemos, igual la inversión en la empresa requeriría mucho riesgo. En un mundo competitivo como el de hoy, donde las nuevas acerías se caracterizan por ser muy pequeñas comparadas con su nivel de producción, eso nos da a entender a nosotros que estamos en la cola”, plantea.
Acusaciones van y vienen
Una lluvia de acusaciones se desató cuando el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, anunció la existencia de “mafias sindicales” en la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro (Sidor) que afectaban la productividad de la empresa estatal. Además Cabello catalogó de “mafiosos” a un grupo de cuatro sindicalistas que encabezaban los reclamos para la discusión de las 11 clausulas del contrato colectivo.
La contratación colectiva que tenía más de 4 años en el congelador se resolvió “a medias” este jueves cuando el secretario del sindicato de trabajadores, José Meléndez, aceptó los 170 bolívares de aumento durante un “madrugonazo2 que mantuvo con representantes del gobierno, acción que otra parte de la directiva del Sutiss no acepta por no haber sido invitada a la reunión.
Pero mientras los sindicalistas se recriminan unos a otros, las acusaciones sobre los responsables de la deprimente producción se mantienen frente a un panorama que plantea una posible paralización de aéreas como la de producción de pellas.
Joelson Quijada, quien se cataloga como trabajador de base de la empresa denunció días atrás en una emisora de radio que “sí existen cosas mal habida por parte de las personas que administran la planta” y que “los administradores que han pasado por ahí son quienes no han dado la talla para sacar a delante a la empresa porque los trabajadores siempre han estado allí”.
Falta un plan de inversión serio que llegue a Sidor, sugiere Quijada, cuando informa que “la planta de pellas esta casi parada” y que si sigue como está en menos de seis meses no se va a poder levantar. Sobre eso mismo rubro necesario para la producción de acero, Núñez afirma que en este momento se está importando pellas desde el exterior porque “ni las propias materias primas se está produciendo”.
En picada e insostenible
Para el primer semestre de este año las cifras muestran que Sidor ha producido solo 480 mil 759 toneladas de productos a clientes nacionales y 17 mil 904 al mercado extranjeros, lo que advierte de otro triste registro para el historial de la empresa de acero. En ese sentido el presidente del Centro de Políticas Públicas en el estado Bolívar recomienda hacer una revisión sin complejos ni prejuicios para que la empresa pueda ser rentable con 14 mil trabajadores en su nomina, pero estima que si se sigue manejando con criterios partidistas y se siguen asignando directivos sin experiencia sobre la producción de acero, la viabilidad de la empresa es insostenible.
Asimismo propone al gobierno hablar con claridad, racionalidad, sensatez y sin dilación, sobre un mecanismo de inversión para recuperar las áreas de la siderúrgica, además de asignar una gerencia y un equipo idóneo de probada experiencia siderúrgica, con autonomía e independencia operativa, técnica y administrativa.
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