Los verdaderos revolucionarios
NERIO ENRIQUE ROMERO | EL UNIVERSAL
sábado 3 de septiembre de 2011 11:55 AM
Cuando pregunté a un centenario anciano perijanero, hace unos diez años, qué había oído decir en su juventud sobre un caudillo zuliano del siglo XIX, me contestó: ¡Ese era un revolucionario! Pregunté qué significaba eso y me dijo: ¡Que era malo, todos le temían! Entre nosotros, la palabra tiene una connotación de violencia, quizás de allí que algunos crean que ser revolucionario significa "destruir lo que existe", "para que nazca lo nuevo". Olvidan que lo que existe siempre muere, y que siempre está naciendo lo nuevo.
El diccionario DRAE, en una de las acepciones de la palabra revolución define: "Cambio rápido y profundo en cualquier cosa". Esta definición nos gusta más que la de nuestro anciano, porque no se trata de violentar ni destruir. La humanidad tiene constantemente cambios profundos, más o menos rápidos, algunos en la historia reciente, otros ocurriendo ante nuestras narices; unos glamorosos, otros más silenciosos pero no menos profundos. Y a la mayoría de ellos no los reconocemos como revoluciones. Yo afirmo que verdaderos revolucionarios son o han sido:
a) Nelson Mandela, quien sacó a su país de la casa del odio para llevarlo de la mano a emprender el camino hacia la armonía social.
b) Los que lograron que Venezuela llegara a tener en 1980 más de 60 universidades y 70 orquestas sinfónicas, cuando en 1960 solo tenía 6 y 4, respectivamente.
c) Las generaciones, gobiernos e instituciones que lograron entre 1960 y 1978 el aumento del salario real y la productividad del venezolano en 80% y 23%. (Luego estos cayeron 60% y 30%, respectivamente, entre 1978-1998; y han tenido caídas adicionales del 35% y el 8% en el lapso, dizque revolucionario, de 1999-2010).
d) Empresarios como Bill Gates y Steve Jobs, entre otros, que con sus aportes a la informática han agregado tanto valor a la humanidad en términos de procesos de trabajo, educación, investigación, administración y conectividad. ¿Son supermillonarios? Sí, pero esos billones que poseen no son sino una ínfima parte de lo que ha ganado la humanidad.
e) Los comerciantes que de 1940 a 1970 inundaron nuestro país de cocinas de kerosene (luego de gas), neveras, lavadoras, etc., aliviando las duras tareas del hogar, que recaían en la mujer. Así como los industriales que inventaron la harina precocida de maíz.
f) Los funcionarios del IVSS que han logrado consolidar, en los últimos años, un vasto programa de suministro de medicamentos para personas con enfermedades cuyo tratamiento es de altísimo costo.
g) Los partidos políticos venezolanos que en 1947 lograron el voto universal (y el voto femenino).
h) La generación que promovió la descentralización en Venezuela (allí me cuento) con el liderazgo de hombres como Eduardo Fernández, Teodoro Petkoff y Luis Hómez. Revolución truncada a medias por los mandones centralistas de hoy. Deberían recordar que esa sigue siendo una tarea pendiente, y que los estados no pertenecen a la República sino la República a los estados y municipios.
i) Muchas modernas franquicias trasnacionales que entrenan a nuestros jóvenes y empresarios en la organización y la ética del trabajo centrado en el cliente, para prestar servicios eficientes y de buena calidad a las personas.
j) Los que permanecen en Venezuela invirtiendo y creando empresas, un aparente suicidio en momentos en que el Estado pretende convertir la libre iniciativa en un pecado mortal.
k) Los jóvenes de la generación venezolana actual, con alta calificación laboral, que han emigrado por decenas de miles: al no encontrar ubicación por el proceso de destrucción de la economía productiva nacional, se han ido a trabajar afuera y no han aceptado convertirse en peso muerto en sus familias o en la improductiva burocracia estatal. Algún día se les entenderá.
Así podríamos seguir enumerando muchos verdaderos revolucionarios que tenemos o hemos tenido, que lo son por su participación en cambios profundos (a veces rápidos, otras veces pausados). Y también enumerando muchos revolucionarios que necesitamos para no quedarnos atrás como pueblo. Para algunos lectores, algunos de los que hemos mencionado no lo son por ser de derecha, o por no ser de izquierda: menuda falacia. Yo sostengo que muchos de ellos individualmente considerados (Steve Jobs, por ejemplo) han hecho en un solo año mucho más por cambiar la humanidad en sentido positivo, que Fidel Castro, Muamar Gadafi y Hugo Chávez juntos, en todas sus existencias.
Médico y profesor universitario
romeronerio@hotmail.com
@romeronerio
El diccionario DRAE, en una de las acepciones de la palabra revolución define: "Cambio rápido y profundo en cualquier cosa". Esta definición nos gusta más que la de nuestro anciano, porque no se trata de violentar ni destruir. La humanidad tiene constantemente cambios profundos, más o menos rápidos, algunos en la historia reciente, otros ocurriendo ante nuestras narices; unos glamorosos, otros más silenciosos pero no menos profundos. Y a la mayoría de ellos no los reconocemos como revoluciones. Yo afirmo que verdaderos revolucionarios son o han sido:
a) Nelson Mandela, quien sacó a su país de la casa del odio para llevarlo de la mano a emprender el camino hacia la armonía social.
b) Los que lograron que Venezuela llegara a tener en 1980 más de 60 universidades y 70 orquestas sinfónicas, cuando en 1960 solo tenía 6 y 4, respectivamente.
c) Las generaciones, gobiernos e instituciones que lograron entre 1960 y 1978 el aumento del salario real y la productividad del venezolano en 80% y 23%. (Luego estos cayeron 60% y 30%, respectivamente, entre 1978-1998; y han tenido caídas adicionales del 35% y el 8% en el lapso, dizque revolucionario, de 1999-2010).
d) Empresarios como Bill Gates y Steve Jobs, entre otros, que con sus aportes a la informática han agregado tanto valor a la humanidad en términos de procesos de trabajo, educación, investigación, administración y conectividad. ¿Son supermillonarios? Sí, pero esos billones que poseen no son sino una ínfima parte de lo que ha ganado la humanidad.
e) Los comerciantes que de 1940 a 1970 inundaron nuestro país de cocinas de kerosene (luego de gas), neveras, lavadoras, etc., aliviando las duras tareas del hogar, que recaían en la mujer. Así como los industriales que inventaron la harina precocida de maíz.
f) Los funcionarios del IVSS que han logrado consolidar, en los últimos años, un vasto programa de suministro de medicamentos para personas con enfermedades cuyo tratamiento es de altísimo costo.
g) Los partidos políticos venezolanos que en 1947 lograron el voto universal (y el voto femenino).
h) La generación que promovió la descentralización en Venezuela (allí me cuento) con el liderazgo de hombres como Eduardo Fernández, Teodoro Petkoff y Luis Hómez. Revolución truncada a medias por los mandones centralistas de hoy. Deberían recordar que esa sigue siendo una tarea pendiente, y que los estados no pertenecen a la República sino la República a los estados y municipios.
i) Muchas modernas franquicias trasnacionales que entrenan a nuestros jóvenes y empresarios en la organización y la ética del trabajo centrado en el cliente, para prestar servicios eficientes y de buena calidad a las personas.
j) Los que permanecen en Venezuela invirtiendo y creando empresas, un aparente suicidio en momentos en que el Estado pretende convertir la libre iniciativa en un pecado mortal.
k) Los jóvenes de la generación venezolana actual, con alta calificación laboral, que han emigrado por decenas de miles: al no encontrar ubicación por el proceso de destrucción de la economía productiva nacional, se han ido a trabajar afuera y no han aceptado convertirse en peso muerto en sus familias o en la improductiva burocracia estatal. Algún día se les entenderá.
Así podríamos seguir enumerando muchos verdaderos revolucionarios que tenemos o hemos tenido, que lo son por su participación en cambios profundos (a veces rápidos, otras veces pausados). Y también enumerando muchos revolucionarios que necesitamos para no quedarnos atrás como pueblo. Para algunos lectores, algunos de los que hemos mencionado no lo son por ser de derecha, o por no ser de izquierda: menuda falacia. Yo sostengo que muchos de ellos individualmente considerados (Steve Jobs, por ejemplo) han hecho en un solo año mucho más por cambiar la humanidad en sentido positivo, que Fidel Castro, Muamar Gadafi y Hugo Chávez juntos, en todas sus existencias.
Médico y profesor universitario
romeronerio@hotmail.com
@romeronerio
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