Yo soy

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miércoles, 22 de agosto de 2012

El banquete infinito es una pieza que va en contra de la politiquería. "La obra muestra las últimas 24 horas de un presidente de ultra derecha y las 24 horas de uno de ultra-izquierda que lo reemplaza. Y refleja cómo todo termina en un ciclo, que se repite. El pueblo está inmerso en una crisis de hambre y va a pedirle que le den de comer. Y los gobernantes lo que hacen es buscarle una solución a último momento mientras comen"


"El banquete infinito" que se dan los gobernantes

La obra de Alberto Pedro Torriente se estrena hoy en la sala Rajatabla.

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El montaje tendrá funciones de jueves a domingo (Cortesía)
DANIEL FERMÍN |  EL UNIVERSAL
miércoles 22 de agosto de 2012  12:00 AM
Morris Merentes conoció la obra de Alberto Pedro Torriente al rescatar una revista española de un pipote de basura. Al director de la agrupación Teatro K Producciones le gustó tanto la dramaturgia del cubano que se dedicó a montar una trilogía de sus piezas. Hoy tendrá un nuevo capítulo con el estreno de El banquete infinito

La obra, que estará de jueves a domingo en la sala Rajatabla, retrata una sucesión de dos dictaduras en apenas 24 horas. Ambas comenten iguales errores: ignoran la petición del pueblo. Ya dijo Nietzsche (y el propio Torriente lo cita al inicio de su texto) que no es la historia la que se repite; es el ser humano que siempre es el mismo. 

El banquete infinito es una pieza que va en contra de la politiquería. "La obra muestra las últimas 24 horas de un presidente de ultra derecha y las 24 horas de uno de ultra-izquierda que lo reemplaza. Y refleja cómo todo termina en un ciclo, que se repite. El pueblo está inmerso en una crisis de hambre y va a pedirle que le den de comer. Y los gobernantes lo que hacen es buscarle una solución a último momento mientras comen", dijo Merentes, que está a cargo del montaje. 

La pieza, que contará con las actuaciones de Luis Carlos Boffill, Julio César Marcano, Varinia Arráiz, Orlando Paredes, Tony Ochoa y Christian Ponte, le pondrá fin a la trilogía Torriente, que inició en 2008 con Weekend en Bahía (que retrata, a través del reencuentro de un primer amor, las diferencias culturales entre Cuba y Estados Unidos) y continuó en 2010 con Manteca (que muestra a tres hermanos de distintas tendencias políticas tras la caída de la Unión Soviética). 

A Merentes le atrapó la obra del cubano, que falleció en 2005, por su compromiso social. "Escribió obras tan interesantes, sin caer en lo panfletario, en las que mostró la realidad cubana de forma universal", dijo el director de la obra, que estará hasta el 2 de septiembre en el teatro de Los Caobos. 

La dramaturgia de Torriente no es nueva en Venezuela. Ya el propio caribeño presentó Manteca en la edición de 1995 del Festival Internacional de Teatro de Caracas. Ahora, Teatro K Producciones, que viajó a Cuba a presentar el montaje del dramaturgo, trata de traerla a nuevas generaciones. 

El mismo director venezolano desconocía de su existencia. "Tras mi investigación me di cuenta que poca gente lo conoce en el país. El banquete infinito, que escribió en 1996, fue una de las últimas cosas que trabajó antes de morir", concluyó Merentes, que también se encargó de la producción. La obra del cubano tiene la misma vigencia frente a la cíclica infinitud de la historia (o del ser). 

dfermin@eluniversal.com

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