Jorge Eiro: "El teatro debe dejar cierta sensación de incomodidad"
"La inmigración es algo cercano en Suramérica. Quiero ver cómo rebota la obra en Venezuela"
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Facundo Aquinos, Julián Cabrera y Facundo Livio Mejías (foto principal) protagonizan la obra dirigida por Jorge Eiro (arriba), que se presentará en el primer ciclo del Festival Internacional de Teatro de Caracas
DANIEL FERMÍN , JORGE EIRO , DIRECTOR DE TEATRO | EL UNIVERSAL
sábado 21 de marzo de 2015 12:00 AM
El encuentro de un grupo de amigos terminó en la creación de una obra teatral que ya tiene cinco años en los escenarios. El argentino Jorge Eiro traerá al primer ciclo del Festival Internacional de Teatro de Caracas (FITC) 2015 la piezaSudado, una historia sobre la inmigración latinoamericana contada a través de dos obreros que trabajan en la remodelación de un restaurante peruano de un barrio de Buenos Aires.
La anécdota le sirvió al director para intentar una reflexión acerca de las relaciones laborales, los vínculos personales, las diferencias de poderes. También sobre la interculturalidad propia del continente. "Teníamos un interés por trabajar algunos temas sociales. La premisa inicial la encontramos entre los inmigrantes. En Buenos Aires hay más de 100 restaurantes de comida andina. La comunidad de Perú tiene sus propios periódicos, sus radios. Resulta interesante el sincretismo y la xenofobia que genera", explicó el también autor de la obra, que la coescribió junto con otras seis personas.
La creación de Sudado fue un ejercicio colectivo en el que participaron los propios actores. Se armó a medida que ensayaban. Se incorporaban y se quitaban elementos en las prácticas. Facundo Aquinos, Julián Cabrera, Facundo Livio Mejias (los tres protagonizan la obra), Belén Charpentier, Paul Romero y el mismo Jorge Eiro se dedicaron a investigar sobre el tema durante dos años. "El trabajo de los actores no es sólo interpretativo sino creativo. Hay una gran conexión por el hecho de haber participado todos desde el comienzo".
A Eiro le interesa el teatro que, además de entretener, haga reflexionar al espectador. Con Sudado intentó alcanzar un equilibro entre ambas cosas. "Una obra que no le deje nada al público es una obra vacía. Me gustan las piezas que interpelan, que dejan con cierta sensación de incomodidad, que generan algunas interrogantes. No pretendo dejar saberes sino que cada quien se lleve algo", agregó Eiro, que se acercó por primera vez a la dirección con el montaje de Sudado.
Tras presentarse en Portugal, España, Chile, Canadá y Brasil, la puesta llega a Caracas (tendrá funciones el 1 y 2 de abril en el Trasnocho Cultural de Paseo Las Mercedes). "Surámerica es una región que está siempre en movimiento. La inmigración es algo cercano en cualquiera de los países. Queremos ver cómo rebota la pieza entre los venezolanos", concluyó el propio Jorge Eiro. Una historia íntima que muestra un conflicto universal.
dfermin@eluniversal.com
La anécdota le sirvió al director para intentar una reflexión acerca de las relaciones laborales, los vínculos personales, las diferencias de poderes. También sobre la interculturalidad propia del continente. "Teníamos un interés por trabajar algunos temas sociales. La premisa inicial la encontramos entre los inmigrantes. En Buenos Aires hay más de 100 restaurantes de comida andina. La comunidad de Perú tiene sus propios periódicos, sus radios. Resulta interesante el sincretismo y la xenofobia que genera", explicó el también autor de la obra, que la coescribió junto con otras seis personas.
La creación de Sudado fue un ejercicio colectivo en el que participaron los propios actores. Se armó a medida que ensayaban. Se incorporaban y se quitaban elementos en las prácticas. Facundo Aquinos, Julián Cabrera, Facundo Livio Mejias (los tres protagonizan la obra), Belén Charpentier, Paul Romero y el mismo Jorge Eiro se dedicaron a investigar sobre el tema durante dos años. "El trabajo de los actores no es sólo interpretativo sino creativo. Hay una gran conexión por el hecho de haber participado todos desde el comienzo".
A Eiro le interesa el teatro que, además de entretener, haga reflexionar al espectador. Con Sudado intentó alcanzar un equilibro entre ambas cosas. "Una obra que no le deje nada al público es una obra vacía. Me gustan las piezas que interpelan, que dejan con cierta sensación de incomodidad, que generan algunas interrogantes. No pretendo dejar saberes sino que cada quien se lleve algo", agregó Eiro, que se acercó por primera vez a la dirección con el montaje de Sudado.
Tras presentarse en Portugal, España, Chile, Canadá y Brasil, la puesta llega a Caracas (tendrá funciones el 1 y 2 de abril en el Trasnocho Cultural de Paseo Las Mercedes). "Surámerica es una región que está siempre en movimiento. La inmigración es algo cercano en cualquiera de los países. Queremos ver cómo rebota la pieza entre los venezolanos", concluyó el propio Jorge Eiro. Una historia íntima que muestra un conflicto universal.
dfermin@eluniversal.com
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