Yo soy

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domingo, 11 de noviembre de 2012

A sus 86 años de edad, Elio Gómez Grillo acumula una vasta experiencia como jurista y experto en la problemática penitenciaria del país...Hacinamiento carcelario alcanzó el 176% n los 32 penales del país


“Las cárceles venezolanas son centros de una guerra civil”. Elio Gómez Grillo entrevistado por Albinson Linares


“La formación en administración y gerencia es fundamental en las cárceles modernas”
alinares@cadena-capriles.com
A sus 86 años de edad, Elio Gómez Grillo acumula una vasta experiencia como jurista y experto en la problemática penitenciaria del país.
Su formación académica en La Sorbona de París y la Universidad Degli Studi di Roma, donde obtuvo la mención honorífica suma cum laude, se junta con su ejercicio docente desde1958 a1980 en la cátedra de Derecho Penal Especial en la UCV.
Para definir su oficio, escribió: “A los penitenciaristas se nos dice una y otra vez que somos cultores de una causa perdida. Tenemos que responder que, después de todo, somos caballeros y es de caballeros defender las causas perdidas”. “Y seguimos creyendo, citando a Goethe, que el no llegar es, justamente, lo que hace más grande a un oficiante”.
¿Cómo define la problemática carcelaria del país, donde suele haber, cada tanto, situaciones irregulares?
El problema de nuestras cárceles es complejo y muy grave. Es un sistema donde tenemos más de 48 mil seres humanos hacinados. Donde caben 15 mil hay 48 mil; eso significa que hay un hacinamiento del 350% y en el penitenciarismo se sabe que el hacinamiento crítico comienza cuando hay 30%. Aquí tenemos 15 veces más reos.
¿Qué opina de las recientes declaraciones de funcionarios venezolanos en la Cidh que negaron el hacinamiento de las cárceles venezolanas?
Claro que sí hay hacinamiento donde caben 100 hay 350. Además, los tenemos ociosos porque ni estudian ni trabajan y retrasados judicialmente porque nuestro sistema retarda los procesos de una manera pavorosa. No se les aplican los beneficios procesales, algunos cumplieron su pena hace años y están todavía allí metidos. Ellos sufren del retraso procesal y eso los sume en unas crisis psicológicas, muy graves.
En esa audiencia también se afirmó que se están construyendo 24 cárceles nuevas.
Las cárceles como modelo fracasaron. No son un castigo ni funcionan. Lo ideal sería que no creáramos más cárceles tradicionales. Es necesario combatir el hacinamiento con otros métodos de rehabilitación social. Ahora se están implementando más las prisiones abiertas donde no hay muros, ni barrotes.
¿Cuántas cárceles abiertas conoce en Venezuela?
Cuando las estudié hace varios años eran 19, 18 de varones y una de mujeres que quedaba en Boleíta. Ahora creo que deben haber más. Existen muchas modalidades, en algunas los reos salen a trabajar durante el día y pernoctan, en otras se presentan cada cierto tiempo y también está el trabajo comunitario. Los presos violentos que exigen el encierro son una minoría, muy pocos. No puedes encerrar al que se roba un celular con un asesino o un narcotraficante. No son delitos similares ni en gravedad ni en pena.
¿Cree que aún existe una deuda estatal con las precarias condiciones de vida en los recintos carcelarios del país?
Esos sujetos no tienen atención médica. No mueren más porque son muy jóvenes, pero muchos se mueren de mengua. Además, están atendidos por un personal ignorante que en Venezuela han llegado a grados de corrupción inmensos.
En otras entrevistas ha afirmado que Venezuela posee las cárceles más violentas del mundo. ¿A qué se debe esta afirmación?
En el mundo hay 11 millones de presos; de los cuales más de la mitad está en tres países: China, Rusia y Estados Unidos. Seis millones de presos registran estos países; los cinco restantes están repartidos en el mundo. En América Latina hay un millón; de los cuales 48 mil pertenecen a Venezuela, y se matan más esos cincuenta mil, que los novecientos cincuenta mil restantes. Aquí se mata más de uno diario. Se reporta que al año se matan unos quinientos, y algunas veces llega hasta seiscientos, o sea, dos diarios. Claro que tenemos las cárceles y el país más violento del mundo.
¿Qué condiciones piensa que agravan la reclusión y el correcto cumplimiento de las condenas en el sistema penitenciario venezolano?
Tenemos una población hacinada, ociosa, enferma y hambrienta. Además, no se les ofrece ningún tratamiento de rehabilitación, cumplen sus penas ausentes de cualquier proceso cientificista, ausentes de todo principio normativo de modo que eso explica lo que está pasando. Lo de La Planta, por ejemplo, fue un hecho más y eso seguirá pasando mientras no se cumpla con las condiciones dignas de vida. No poseen baños suficientes ni comedores adecuados, no pueden dormir en una cama porque a veces el hacinamiento es tal que ni siquiera pueden dormir en el suelo. Con un hacinamiento de esa magnitud, cualquier cosa puede pasar.
¿Existen omisiones graves en los procesos del sistema penitenciario?
Aquí no se cumple la “cartilla penitenciaría” para determinar si es primario, es decir, si es su primer delito, o si es reincidente. Hay un abismo entre el primario y el reincidente, hay que clasificarlos de acuerdo al delito cometido y tomando en cuenta sus características psicológicas e intelectuales. Primero que todo, clasificación y agrupación. Segundo debe ocupársele en trabajar y estudiar, tampoco se hace, se les deben ofrecer condiciones de vida dignas, lo que significa alimentación suficiente, asistencia médica adecuada, entretenimiento sano como los deportes y actividades culturales como música o literatura que tampoco se cumple.
Además, existen frecuentes denuncias de retardo procesal.
Es una de las problemáticas más graves, pero eso no depende del Poder Central, sino del Judicial. Las cárceles venezolanas son centros de una guerra civil donde cada pabellón y celda constituye una trinchera. Cada preso es un francotirador y un soldado producto de la corrupción se trafica con drogas, mujeres y dinero.
¿Cuál estima que debe ser la formación académica mínima de los funcionarios que dirigen una cárcel en el país?
Deben ser penitenciaristas. Se supone que deben tener conocimientos de psicología, sociología, antropología, leyes y una visión en conjunto. Además, es necesario que tenga claro un contexto ético de la moral y entienda que en la cárcel también hay seres humanos. Debe ser una figura de humanidad y compasión. También formados en administración, gerencia, educación y seguridad. No se puede reunir todo eso en una sola persona, debe ser un equipo.
Existen nuevos sistemas carcelarios donde se propugnan otros métodos de reclusión y rehabilitación. A su juicio, ¿cuáles serían aplicables al caso venezolano?
Las Disposiciones Penitenciarias Universales han determinado que la cárcel como tal ha fracasado. Frente a esta conclusión hay tres posiciones; la primera es reformista, que dice que toda cárcel es reformable; la segunda es reduccionista y propugna que a la cárcel van únicamente determinados sujetos que cometieron delitos graves, sólo esos sujetos que atentan contra la sociedad y la vida de otros ciudadanos; y está la posición abolicionista que plantea que la cárcel no debe ser para nadie, salvo casos muy muy excepcionales. Por eso se creó el concepto de “la cárcel abierta” que existe desde mediados del siglo pasado en países como Estados Unidos y en Venezuela también, que es donde se hacen labores comunitarias. En esas cárceles no hay paredes, muros ni ventanas que escalar, se establecen otros dispositivos para evitar la evasión, en todos los años que tienen en Venezuela nunca ha habido una fuga masiva. Se trata de disciplina y control.
¿Cuáles son las corrientes imperantes en el penitenciarismo contemporáneo?
Hoy en día se habla de dos corrientes en el mundo penitenciario: el centrifugismo y el centripetismo. Esta última se basa en el sistema que conocemos, con reos recluidos en instituciones para que cumplan la pena establecida por los tribunales. El centrifugismo establece que el reo cumple su condena en cualquier lugar, menos en la cárcel. Plantea el aislamiento, destierro y trabajos supervisados por delegados de prueba, en fin, intenta evitar todo encerramiento. La posición centripetista aboga por el encierro y nuestras leyes favorecen esta corriente que no es reduccionista sino simplemente reformista.
ConflictoVe Fuente: Últimas Noticias, 11 de noviembre de 2012, pág 4
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