Del simbolismo al teatro de la crueldad a través de la danza
La Compañía Universitaria de Danza presenta "Hotel inframundo".
ÁNGEL RICARDO GÓMEZ | EL UNIVERSAL
jueves 29 de noviembre de 2012 12:00 AM
La metáfora corporeizada. Este es el objeto central de la propuesta de Leyson Ponce en Hotel inframundo, que forma parte de la tercera temporada de 2012 de la Compañía Universitaria de las Artes, capítulo Danza. El coreógrafo se pasea literalmente, por cinco enfoques coreográficos sobre lenguajes dramáticos del siglo XX.
"Desde que me comisionaron este montaje me gustó la idea porque está en sintonía con mi Doctorado en Filosofía del Arte (Universidad de Salamanca). Me abre una línea alrededor de la teoría de las artes y la estética", explica Ponce, quien además siempre ha trabajado con el cuerpo teatralizado en Dramo (Dramaturgia del Movimiento), su compañía.
El espectador pasa de las butacas a la escena, para convertirse en un voyeurista, en un cómplice mirón de cinco planteamientos, cuatro de ellos ocurriendo en cuartos distintos.
En la primera estación, llamada Cuento de labios en flor (1905), dos bailarinas prestan sus cuerpos para abordar el simbolismo.
Otro cuarto; otro dúo. El expresionismo de Valle-Inclán se hace presente en La rosa de papel (1924).
Leyson Ponce no puede dejar por fuera el teatro del absurdo de Ionesco y recuerda en el siguiente espacio a La cantante calva (1950).
Tras el cubículo dedicado al surrealismo con Luz negra (1961), viene un desarrollo final alrededor del teatro de la crueldad de Artaud, con Fragmento de un diario de infierno (1926), donde participan los ocho bailarines.
"Este trabajo tiene que ver con mi historia creativa, acentúa lo que tiene de poético el movimiento", concluye Ponce.
"Desde que me comisionaron este montaje me gustó la idea porque está en sintonía con mi Doctorado en Filosofía del Arte (Universidad de Salamanca). Me abre una línea alrededor de la teoría de las artes y la estética", explica Ponce, quien además siempre ha trabajado con el cuerpo teatralizado en Dramo (Dramaturgia del Movimiento), su compañía.
El espectador pasa de las butacas a la escena, para convertirse en un voyeurista, en un cómplice mirón de cinco planteamientos, cuatro de ellos ocurriendo en cuartos distintos.
En la primera estación, llamada Cuento de labios en flor (1905), dos bailarinas prestan sus cuerpos para abordar el simbolismo.
Otro cuarto; otro dúo. El expresionismo de Valle-Inclán se hace presente en La rosa de papel (1924).
Leyson Ponce no puede dejar por fuera el teatro del absurdo de Ionesco y recuerda en el siguiente espacio a La cantante calva (1950).
Tras el cubículo dedicado al surrealismo con Luz negra (1961), viene un desarrollo final alrededor del teatro de la crueldad de Artaud, con Fragmento de un diario de infierno (1926), donde participan los ocho bailarines.
"Este trabajo tiene que ver con mi historia creativa, acentúa lo que tiene de poético el movimiento", concluye Ponce.
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