Yo soy

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domingo, 11 de noviembre de 2012

Gracias al sacerdote Alejandro Moreno por hablar sobre algo que ya se olvidó: las masacres de Rodeo I (que vivi completica) y la de Yare II... No se trata de cambiar ministro, sino de querer actuar de veras, no de boca, con sensibilidad humana


La cárcel que no cesa

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Me dice el sujeto de estudio "privado de libertad" en El Rodeo por un crimen que, según él, no había cometido: "A los tres días, hubo una avalancha humana". ­¿Qué es eso?­ le pregunto. "Eso fue que se prendió la Torre, así, tiros de letra con letra. Eso fue que los guardias trancaron la principal y trancaron la emergencia. Los guardias estaban matando la gente así dándole tiro a la cara como... como si fueran unos perros. Había un vigilante que le decían cabo de pico. Él siempre cargaba un cabo de pico; no cargaba el pico sino el cabo, y con eso le daba a la gente por la cabeza, como si estuviera bateando una pelota de beisbol. Entonces, trancaron la principal y la emergencia y no teníamos por dónde salí, más las bombas lacrimógenas y eso, no teníamos por dónde salí, y en el momento nos chocamos los que estábamos arriba con los de abajo y los de abajo con los de arriba. Y se comenzaron a montá unos encima de otros y los que estaban abajo, los que se quedaban abajo, se morían asfixiaos con las lacrimógenas y los que se les montaban encima. Me acuerdo que sacaron veintisiete muertos ese día, aparte los heridos". Pregunto: ­¿Por qué se prendió la Torre?­. Responde: "Por discutidera, cualquier cosa, discusión".
Esto sucede en el año 2002 y se repitió igualito en el 2011. Diez años después, en Yare I también "se prendió la Torre" y se enfrentó con "los Talleres". La ministra habla de 26 muertos hasta el momento en que escribo. Informaciones confiables desde dentro me aseguran que pasan de 40. Según el reportero, uno de los testigos afirma: "Le rogamos a los guardias que no dispararan por nuestra seguridad y lo hicieron. Les rogamos que le dieran un culatazo al vidrio para que saliéramos y se quedaron cruzados de brazos. Todo esto ocurrió por negligencia de ellos". ¿No es la misma conducta que no cesa? "Entonces no había derechos humanos", me dice el amigo refiriéndose a ONG e instituciones.
¿Y hoy? Como si no las hubiera; unas impedidas, otras ni pendientes. ¿Por qué "se prendió" esta otra Torre? Por discutidera también pero esta vez la discusión era consecuencia de un increíble descuido o una perversa intención, que de todo puede haber. A Yare I, en efecto, lo atiborraron, y ya lo estaba, con muchos "privados" que provenían de El Rodeo y La Planta porque no sabían dónde meterlos. Ahí van, encójanse. Se encogieron, se chocaron, se apretujaron, se arr...ron, se aborrecieron, discutieron, no se entendieron y se masacraron. Secuencia previsible y no prevista. Pensando bien. ¿Y si pensamos mal? El amigo de marras me dice que durante tres años no pudo desayunar, porque desde las 4:30 de la mañana, cuando abrían el comedor, funcionaba una rutina que llamaban "papa con plomo", esto es, que a todo el que quería ir a comer le disparaban los malandros de cualquiera de las dos letras en guerra las cuales tampoco dejaban a sus contrarios acercarse. Si ellos no comían, no comía nadie. Le pregunto qué hacían los guardianes ante semejante violencia por tanto tiempo instalada: "La guardia no le paraba a eso; más bien se aliviaban porque se mataban entre ellos mismos (los "privados de libertad") y eso le parecía bien". ¡Qué alivio! ¿Será pensado y proyectado? No se puede afirmar; es malo pensarlo.
Lo que sí puede pensarse es que las muertes de los presos ­démosles su nombre porque de que lo están, lo están­ y el horror de las cárceles no tienen importancia. Tan poca que el Presidente, muy locuaz él, hasta este momento no ha mencionado ni de refilón la masacre de Yare, mientras su ministra habla, inventa y no resuelve.
No se trata de cambiar ministro, sino de querer actuar de veras, no de boca, con sensibilidad humana

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