Yo soy

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sábado, 19 de mayo de 2012

Existe una pieza y existe su pieza reflejo. Es un espejo de esa pieza. Cuando comienzo a diseñar una obra, las sombras que quedan me dan para realizar otra pieza, es decir, el reflejo


"Me ha interesado el problema de las dos y las tres dimensiones"

"Cuando comienzo a diseñar una obra las sobras que quedan me dan para realizar otra pieza", señala Rodrigo Echeverri, artista plástico colombiano.

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El artista inaugura mañana la exposición "Acto Reflejo" en la galería Artepuy en Las Mercedes OSWER DÍAZ
DUBRASKA FALCÓN |  EL UNIVERSAL
viernes 18 de mayo de 2012  12:00 AM
Rodrigo Echeverri crea a partir de la destrucción. El artista, que nació en Bogotá en 1975, parte de la fragmentación y la desintegración para hacer arte. Y todo ello para reflexionar acerca de la devastación social y política que ha vivido Colombia. Así, en mayor o menor grado, incluye en sus piezas la idea de la destrucción del ser humano. 

"La idea que tiene el hombre de ir hacia adelante se fundamenta en la destrucción de lo que lo precede. Si quieres hacer una ciudad nueva, lo que haces es que destruyes lo que antes había. Lo mismo sucede en la guerras: destruyes un país y luego es que arranca de nuevo la sociedad. Es un poco lo que pasa también en mi país. Hemos estado muchos años en guerra, pero también hay un resurgimiento. Es conceptual y visualmente lo que intento hacer", asegura Echeverri. 

Y ese concepto lo muestra por primera vez en Venezuela a través de la exposición Acto reflejo en la Galería Artepuy, de Las Mercedes. Son cinco pinturas, 15 dibujos collages, y dos ensamblajes fabricados a partir del desecho de sus pinturas. Piezas de la serie Astilla en el ojo que, según afirma el artista, están en movimiento de fragmentación y rompimiento. 

Para crear sus obras, el artista se vale de la madera, un material que, dice, es vital en todos los proceso del ser humano. "Son distintos tipos de madera. El tema surge porque el hombre ha estado muy relacionado con la madera desde su convivencia hasta la muerte. En la mayoría de las culturas, los restos de las personas que mueren terminan reposando en un ataúd que está hecho de madera. Hay una relación muy fuerte con la madera, sobre todo con el elemento de construcción. Es la unión de la vida y la muerte, de la destrucción, del rompimiento, de la astilla en el ojo, del fragmento. Aquí está lo visual y lo conceptual". 

Las piezas de Rodrigo Echeverri reflexionan además acerca los límites entre la pintura y la escultura, la bidimensionalidad y la tridimensionalidad. Sus pinturas no están encerradas en un marco. Las obras se adueñan del espacio y juegan con el movimiento. "En el proceso del arte me ha interesado el problema de las dos y tres dimensiones y la perfección. Me interesa cómo una serie de reglas y de cánones nos ha enseñado a ver. Estamos predeterminados a ver de una cierta manera según el contexto histórico y cultural con el que estés. Digamos que nosotros vemos distinto a nuestros antepasados. Ahí hay una preocupación por esas dimensiones", dice. 

En la exposición, el artista colombiano muestra que todas sus piezas tienen un reflejo como si se tratase de un espejo. De modo que mientras que Rodrigo Echeverri crea una obra, otra pieza ya se está formando simultáneamente. 

"Existe una pieza y existe su pieza reflejo. Es un espejo de esa pieza. Cuando comienzo a diseñar una obra, las sombras que quedan me dan para realizar otra pieza, es decir, el reflejo. Es el proceso creativo en donde existen dos piezas como en un mundo paralelo, como lo positivo y lo negativo, lo blanco y lo negro, la izquierda y la derecha". 

"Hay una experiencia previa que es central en esta muestra y es que Echeverri, mientras trabajó en el proyecto, se enfrentó a la realización 'en simultánea' de las dos piezas que conforman cada una de sus pinturas. Fue allí donde la idea de acto-reflejo apareció", agrega la curadora de la exposición Erika Martínez Cuervo.

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