Yo soy

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sábado, 5 de mayo de 2012

¿Existe una relación directa y proporcional entre la literatura negra, delictiva o policial, y la sociedad caracterizada por sus índices de diaria violencia?


SÁBADO 5 DE MAYO DE 2012

ENTRE UNA BALA Y OTRA: LA GOTA DE TINTA

EL NACIONAL - Sábado 05 de Mayo de 2012     Cultura/3
LETRAS A la novela negra actual se le asocia con la épica del narcotráfico
En el país hay más víctimas del crimen que escritores que lo ficcionen
En la cuarta edición del Festival de la Lectura Chacao se evidenció la popularidad que ha ganado en Venezuela la escritura sobre lo que Raymond Chandler llamaba "el mundo profesional del crimen". El público se interesó por las series internacionales del género, pero los (escasos) autores nacionales que se dedican a ese tipo de narrativa dicen que su trabajo es todavía poco promocionado
MICHELLE ROCHE RODRÍGUEZ

La novela policial vive un momento de oportunidades en el país. La cuarta edición del Festival de la Lectura Chacao, que termina mañana, dio indicios de ello. En primer lugar, se organizó el programa Negro que te Quiero Negro, en el que se discutieron las tendencias internacionales del género. También se presentó la nueva colección de novelas de detectives de Ediciones B. Además, la plaza Francia de Altamira fue la escena del crimen, porque allí se encontraron lectores y escritores venezolanos con Lorenzo Silva, autor y artífice de las Semanas Negras de Santiago de Chile y de Geafe, una localidad española a las afueras de Madrid.

Eloy Yagüe, que junto con José Manuel Peláez organizó el programa para el Festilectura, dice que a pesar de todo la coyuntura podría ser más favorecedora a la novela negra. El autor de Cuando amas debes de partir (Premio Salvador Garmendia, 2006) también promovió conferencias sobre el tema con el escritor uruguayo Milton Forrano, en la edición más reciente de la Feria Internacional del Libro de Venezuela. Enfatiza que es necesario el apoyo de las editoriales, así como la creación de un premio, para que más plumas emergentes se dediquen al género y éste se desarrolle en el país.

"Deberíamos organizar una programación al estilo de las semanas negras de otras partes del mundo, pero para ello hace falta apoyo institucional", señala el autor, que prepara una antología del género en Venezuela.

Venezuela negra. La principal fortaleza de la narrativa detectivesca en el país es la evidente preferencia de los lectores, como han probado las ventas de la serie Millenium del sueco Stieg Larsson, por lo que Yagüe no se explica por qué no hay más escritores que prefieran ese estilo si, como dice el mexicano Paco Ignacio Taibo II, las crisis son el caldo de cultivo perfecto para el género. Además del autor de Las alfombras gastadas del Gran Hotel Venezuela (finalista del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, 2001), otro escritor venezolano dedicado a la novela policial es Marcos Tarre Briceño, cuyo título más reciente es Rojo express (Random House, 2010).

Las novelas hard-boiled de Lucas García podrían considerarse entre los aportes más significativos de la nueva generación. En la más reciente, titulada La más fiera de las bestias (Puntocero, 2011) ­influenciada por No es país para viejos (2005) de Cormac McCarthy­, se presenta una comunidad delictiva cuyo sistema es invisible incluso para sus propios miembros. Comienza como una narración clásica detectivesca y luego se convierte en un thriller sustentado en la necesidad que tiene el protagonista de vengarse de quienes lo atacaron.

Literatura del narco. En el ensayo El insomnio de Bolívar: cuatro consideraciones intempestivas sobre América Latina en el siglo XXI (Premio Debate, 2009), Jorge Volpi señala que de la misma manera que en el pasado las letras de la región se asociaron con la corriente del realismo mágico hoy ese puesto lo ocupa la novela del narco. Como subgénero de la novela policial que parece regir las tendencias mundiales, esa narrativa no admite juicios morales ni pretende aleccionar a nadie, pero según el autor mexicano: "Ha terminado por convertirse en el único resabio de la crítica social de nuestro tiempo".

El narcotráfico ha inspirado novelas galardonadas en concursos internacionales que han validado la literatura colombiana y mexicana desde la década de los noventa. Entre los cultores del género están los colombianos Fernando Vallejo (La virgen de los sicarios, 1994), Jorge Franco (Rosario Tijeras, 1999), Élmer Mendoza (Un asesino solitario, 1999) y Yuri Herrera (Trabajos del reino, 2004). Por su propuesta novedosa, cabe mencionar La muerte me da (2007) de la mexicana Cristina Rivera Garza, porque convierte el drama de los feminicidios en su país en una lectura alternativa de la poesía de Alejandra Pizarnik.

De la misma forma en que la violencia de la Camorra italiana inspiró clásicos contemporáneos del género como Gomorra (2006) de Roberto Saviano, el narcotráfico ha sido la fuente de la que se han nutrido obras importantes de la literatura actual de la región.

Si en Venezuela mueren 19.000 personas al año, vale la pena volver a la reflexión de Yagüe sobre lo que afirma Taibo II: ¿por qué no hay más personas escribiendo sobre la criminalidad en el país?



NOTA LB:





Quizá un criminólogo pueda responder mejor a la inquietud: ¿Existe una relación directa y proporcional entre la literatura negra, delictiva o policial, y la sociedad caracterizada por sus índices de diaria violencia? ¿La novela policial ha sido exitosa donde hay un relativo triunfo de la racionalidad? ¿La literatura del narcotráfico puede adquirir independencia por la multiplicidad de las facetas que lo explican, incluyendo la política y las finanzas? ¿Qué hace al género literario?

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