Yo soy

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viernes, 12 de octubre de 2012

En Caracas se hace un montaje de "Hamlet" en la versión de Ugo Ulive de "Hamlet"


ENTREVISTA SÓCRATES SERRANO, ACTOR

Ser o no ser, ya no es el dilema

"En 'Hamlet' lo que estamos haciendo es mostrar los límites de las sombras desde el punto de vista más junguiano"

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El actor venezolano interpreta al "noble" y "virginal" Laertes en la versión de Ugo Ulive de "Hamlet" CORTESÍA
SIMÓN VILLAMIZAR , SÓCRATES SERRANO , ACTOR** |  EL UNIVERSAL
viernes 12 de octubre de 2012  12:00 AM
Sócrates Serrano no lo cuenta con tono de drama. Hace trece años estuvo a punto de hacer realidad uno de sus sueños: actuar en una obra del Grupo Actoral 80. Pero un triste revés familiar acabó de un tirón con sus planes de dedicarse por entero a la actuación. 

"Mi padre murió y las cosas en mi casa se complicaron desde el punto de vista económico, así que yo tuve que decidir si seguir actuando o trabajar para pagar las cuentas", confiesa el también sicólogo clínico graduado en la Universidad Central de Venezuela cuál fue su disyuntiva. 

"Para mí fue un drama", dice Serrano, que recuerda haber llamado entre llantos a Juan Carlos Genet (el actor y dramaturgo argentino), que lo iba a dirigir, y le respondió al otro lado de la línea: "Sócrates, por favor, no te pongás así. ¡Arreglá tus cosas!". 

Pero ya la decisión estaba tomada: primero se dedicó a reclutar personal para una empresa de licores, luego para una institución bancaria y, en vista de que había sido apartado de las tablas, se las arregló para actuar en una compañía telefónica. Sí, actuar. "Porque desarrollé una metodología para hacer selección de personal a través de simulaciones. ¡Interpretaba personajes! Al cliente difícil, al jefe déspota"... 

El asunto es que le costó catorce años enderezar la ruta. Fue en uno de esos ensayos institucionales que el actor William Goite lo invitó a hacer casting en una película y se ganó un personaje de dos minutos en La pura mentira que, sin embargo, terminó por abrirle nuevamente las puertas de la actuación. O al menos a medio tiempo, porque en las mañanas atiende su empresa de consultoría en el área de desarrollo humano Talentos en acción; y al final de la tarde hace lo que mejor le place: ser otro. 

No, no puede quejarse, dice. En los últimos cuatro años ha trabajado en cinco películas (La pura mentiraLas caras del diabloÚltimo cuerpoTodo por la taquilla y Azul y no tan rosa, estas dos últimas sin estrenar), una telenovela (Nacer contigo) y dos obras teatrales (La leyenda de Robin Hood y ahoraHamlet). 

Un Hamlet que, en lo profesional, él lo reconoce, a cualquiera se le podría antojar excesivamente irreverente. "Ugo Ulive dice que esta versión no es para ortodoxos. Y sí, un Hamlet que huele a rockero, una Ofelia con la imagen de una Lolita, y un Claudio que se mete sus pases, son cosas muy particulares. Pero uno de los valores de este montaje es que se conecta con una línea de trabajo que sigue Skena (la compañía teatral) desde hace años: enamorar a la gente joven del teatro. Aquí se conecta el clásico con elementos de modernidad y con un código que permite a la gente entenderlo. A mí eso me parece válido". 

A él le tocó meterse en el pellejo de Laertes, hijo de Polonio y hermano de Ofelia, "la antítesis de Hamlet", a decir de Serrano, quien además de releer tres veces el clásico, casi llevó a su personaje al diván. 

"Laertes representa la nobleza, lo joven y virginal. Y es eso lo que termina por cegarlo, porque cuando se entera de lo que ha sucedido con su padre, dispara la acción. Hamlet, en cambio, medita y procesa cada una de sus decisiones, y por eso ocurre la obra". 

La gran tragedia hamletiana, que, por cierto, el público ha terminado por semejar con el contexto socio-político venezolano de hoy. Y ni a Sócrates Serrano ni al resto del elenco se le ha escapado -¿o será motivado?- el detalle. 

"Creo que lo que estamos haciendo es mostrar los límites de las sombras desde el punto de vista más junguiano, porque todos hemos sentido deseos de venganza, odio, lujuria extrema y hasta instintos primitivos vinculados con aniquilar al otro. Lo que ocurre es que no lo verbalizamos. Y para mí esta es una excelente forma de mostrarle al espectador, en este momento de país, cuál es el límite de no querer incorporar a su propia sombra, es decir, de poner siempre afuera, en el otro, lo que está mal, y no asimilar ese pedazo oscuro que nos toca asimilar. En ese sentido, el texto de Shakespeare no puede estar más vigente. El gran manto virginal que lo arropa hasta la muerte no le permite darse cuenta a Laertes de que la tragedia también ha sido obra de él. Y como sociedad, nosotros no tenemos la psique para darnos cuenta de que, aunque llevemos la bandera de una tolda política, tenemos que incorporar al otro. Eso es lo más importante para mí de esta obra", explica Serrano con el pecho inflado de pertenecer al elenco de Hamlet

"¿Qué cómo me siento? Muy cansado, porque trabajo todo el día y en las noches ensayo, pero estoy feliz", añade. 

Que nada de esto es rentable para vivir, ya lo sabe. Pero ha decidido seguir el consejo de la actriz Beatriz Valdés, quien tras verlo actuar le dijo al oído: "Mi amor, ¡eres un actorazo! No dejes de actuar más nunca. Pero, eso sí: ¡No dejes tu empresa!". Aunque ese, asegura él, ya no es su dilema.

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