Yo soy

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martes, 23 de octubre de 2012

Siempre me queda faltando un libro", dijo para luego anunciar El desastre, obra que no se amoldará a ningún género literario. El ganador del Premio Rómulo Gallegos y del FIL de Literatura en Lenguas Romances 2011, explora con aspereza en sus ficciones temas recurrentes como la violencia, la homosexualidad -ha reconocido públicamente la suya-, las drogas, la marginalidad y la muerte.


El irreverente Fernando Vallejo cumple 70 años

El autor tiene 40 años viviendo y escribiendo en México

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El escritor anunció que en breve lanzará la obra "El desastre" DPA
DPA/EL UNIVERSAL
martes 23 de octubre de 2012  12:00 AM
Buenos Aires.- "Tal vez me imagino que de niño quería ser escritor, ahora ya no", dice el colombiano Fernando Vallejo. Provocador, irreverente y polémico, el autor que cumple 70 años mañana asegura que escribe "por molestar y por llenar un tiempo vacío". En varias oportunidades declaró que se despedía de la literatura, pero no cumplió. 

"Siempre me queda faltando un libro", dijo para luego anunciar El desastre, obra que no se amoldará a ningún género literario. El ganador del Premio Rómulo Gallegos y del FIL de Literatura en Lenguas Romances 2011, explora con aspereza en sus ficciones temas recurrentes como la violencia, la homosexualidad -ha reconocido públicamente la suya-, las drogas, la marginalidad y la muerte. 

El autor de La virgen de los sicarios reside desde hace cuatro décadas en México, donde escribió la totalidad de su obra, que mira una y otra vez a Colombia. Vallejo no se cansa de criticar su patria, por la que siente rabia y también nostalgia. En 2007 renunció a su nacionalidad, aunque cuatro años después se definió como colombiano y mexicano: "Uno es del país donde nació y del país donde va a morir". 

El controversial autor dirige su ira contra los políticos, la Iglesia y la literatura narrada en tercera persona ("siempre he escrito diciendo yo") y también lanza dardos contra colegas como su compatriota Gabriel García Márquez ("un narrador poco original y peor prosista") y el mexicano Octavio Paz. 

Traducido a una veintena de idiomas, Vallejo exploró la escritura biográfica en El mensajero y Almas en pena, chapolas negras, sobre los poetas de su país Porfirio Barba Jacob y José Asunción Silva, mientras que en su reciente obra El cuervo blanco "canoniza" al filólogo colombiano Rufino José Cuervo. 

Entre 1977 y 1981 filmó tres largometrajes: Crónica roja, En la tormenta yBarrio de campeones

"Creo que terminé haciendo cine porque no sabía escribir", confiesa Vallejo, quien hace tiempo despreció el séptimo arte al considerarlo "un lenguaje muy menor".


"Un escritor siempre está escribiendo el mismo libro"

"Existe la poesía de la plenitud, de sentirse lleno con el mundo. Mi poesía brota de momentos de intensa angustia o tristeza", asegura el escritor Miguel Marcotrigiano.

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Marcotrigiano recicló viejos textos
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DANIEL FERMÍN |  EL UNIVERSAL
martes 23 de octubre de 2012  12:00 AM
Miguel Marcotrigiano (Caracas, 1963) recicló viejos poemas para darle un nuevo significado al juntarlos con textos inéditos. El venezolano acaba de publicar La soledad del náufrago (editorial Bid&co), un libro que pone de nuevo al alcance del lector la producción poética del también crítico literario.

El profesor de la Universidad Católica Andrés Bello se refiere a su publicación como un nuevo libro en su bibliografía. "La razón práctica es que mi poesía no se conseguía en las librerías. Había la necesidad de volver a llevar al mercado lo que hacía. La gente me conoce como profesor, no como poeta. No es una antología que da cuenta de un trabajo pasado. La idea era aprovechar los textos publicados, los que merecían la pena volver a mostrarse, junto con todo un material nuevo, que alcanza casi 40% del libro", dice el licenciado en Letras.

La soledad del náufrago deja constancia de los intereses poéticos de Miguel Marcotrigiano. El naufragio existencial es una constante en su obra. Utiliza la poesía para tratar de entender los sufrimientos. "Alejándonos del concepto del poeta maldito, de esa figura arquetípica del romanticismo, también existe la poesía de la plenitud, de sentirse lleno. Mi poesía brota de momentos de intensa angustia o tristeza", agrega el también investigador.

El libro tiene una referencia a Paul Celan (página 87). Al caraqueño le obsesionan los poetas suicidas; su obra, su muerte. "El verdadero poeta suicida va dejando rastros en su escritura, en su obra poética. Eso fue lo que me llamó la atención. Como he leído tantos, uno se va familiarizando con esos autores y siempre hay algo de ello que influye en nuestra poesía. No creo que lo que está en mi poesía es producto sólo de lo que he vivido, sino también de todo lo que he leído".

La obra de Marcotrigiano tiene mucho de autobiográfico. La literatura, al final, es una forma de recuperar el pasado. "La poesía es una autobiografía. Hay autores que están autorrefiriéndose constantemente a su vida. No soy ajeno a eso", confiesa el escritor, que ya no se reconoce en sus dos primeros libros. "Son tan lejanos en el tiempo que ahora los leo como si los hubiese escrito otra persona. Hay temas que se mantienen desde el principio, porque uno siempre está escribiendo el mismo libro, pero el estilo varía, varían las lecturas".

Un tema que antes preocupaba al autor era el viejo síndrome de la página en blanco (el libro tiene un epígrafe de Paul Auster que dice que todo el mundo tiene solamente cierto número de palabras dentro). "Ese vacío de no saber qué decir es menor desde el momento en el que entendí que la poesía no debe forzarse. Uno no debe obligarse a escribir un libro", concluye Marcotrigiano. La soledad del náufrago también es una suerte de reflexión sobre la creación poética.

dfermin@eluniversal.com

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