"Hamlet" regresa para vengarse
La pieza de Shakespareare se estrena hoy en el Teatro Trasnocho
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Armando Cabrera interpreta al rey de la historia
DANIEL FERMÍN | EL UNIVERSAL
viernes 14 de septiembre de 2012 12:00 AM
Basilio Álvarez siempre quiso interpretar el papel de Hamlet, como la mayoría de las personas que se dedica al teatro. El actor cumplirá su deseo: a partir hoy protagonizará una adaptación de Ugo Ulive de la pieza de William Shakespeare, que se estrenará, a las 8:00 pm, en Trasnocho Cultural.
El Hamlet del Grupo Skena es una versión diferente a la que escribió el inglés en 1600. Una propuesta contemporánea que se concentra más en el trabajo actoral que en el montaje, minimalista quizás. Que tiene sólo seis sillas, una mesa y seis actores en escena. Que presenta a un rey que, audífonos en las orejas, juega al golf; que utiliza chaqueta de cuero, que resulta cocainómano, que es sobrino de un príncipe que viste con jeans y suéter color negro.
El Hamlet que adaptó Ulive apenas dura 90 minutos, se comprimió en 27 páginas sin perder su esencia original. El amor, la tristeza, la locura, la venganza. Todo está ahí, en un escenario que tiene tres grandes agujeros en el suelo, que también podrían ser el infierno, la perdición, el vació o la tumba de los protagonistas. De ahí, de esos huecos que facilitan las transiciones, salen los actores. También elementos que contextualizan la obra, que cuenta con las actuaciones de Fedora Freites, Armando Cabrera, Sócrates Serrano, Juan Ogando y Vicente Peña.
El peso mayor recae en Álvarez, que rebajó 20 kilos para la historia. "El trabajo requirió un ejercicio constante. Quise modificar mi cuerpo para tener la agilidad necesaria para poder expresar todos los cambios de actitud del personaje.Hamlet implica un reto. Y en nuestra propuesta las situaciones transcurren más rápido", dijo el actor, que también funge de productor ejecutivo.
La idea siempre fue que la obra se hiciera más corta. Que ya nadie va al teatro a ver un montaje que dure cuatro horas. "No nos interesaba mostrar texto por texto la pieza completa. Ya el público de hoy no está para eso. Tampoco hay una sala que nos permita hacer algo así", indicó Armando Álvarez, el director del montaje.
Así, el Hamlet que se verá de viernes a domingo en el centro cultural de Paseo Las Mercedes es una versión alternativa. "Cuando se hace un clásico que ya se ha visto tanto, hay que buscar la visión de cada creador. A mí me interesa que la gente común y corriente, aquella que conozca lo más básico del texto original, le quede una síntesis precisa. Que la puedan disfrutar todos: desde el que no la haya leído nunca hasta aquel cercano a la obra", agregó el también percusionista.
Al montaje lo acompaña una música que, al final, es una de las protagonistas. Radiohead, Björk o Stickman, fundidos en las melodías creadas por Luis Alberto Vila, Gabriel Figueira y Rubén Gutiérrez, integrantes de la agrupación Gaélica. "Quise imaginar qué escucharía Hamlet en su cabeza en medio de los problemas que desarrolla", agregó el también director de La ola y Ay, Carmela.
A Álvarez le gustan piezas que provoquen la reflexión, que se alejen del teatro comercial que hoy plena la cartelera. Por eso dice que montar a Shakespeare es una locura, casi como la del mismo personaje. "Hamlet es una apuesta al vacío, que puede ser amada o odiada", finalizó el director. Hamlet regresó con sus conflictos.
dfermin@eluniversal.com
El Hamlet del Grupo Skena es una versión diferente a la que escribió el inglés en 1600. Una propuesta contemporánea que se concentra más en el trabajo actoral que en el montaje, minimalista quizás. Que tiene sólo seis sillas, una mesa y seis actores en escena. Que presenta a un rey que, audífonos en las orejas, juega al golf; que utiliza chaqueta de cuero, que resulta cocainómano, que es sobrino de un príncipe que viste con jeans y suéter color negro.
El Hamlet que adaptó Ulive apenas dura 90 minutos, se comprimió en 27 páginas sin perder su esencia original. El amor, la tristeza, la locura, la venganza. Todo está ahí, en un escenario que tiene tres grandes agujeros en el suelo, que también podrían ser el infierno, la perdición, el vació o la tumba de los protagonistas. De ahí, de esos huecos que facilitan las transiciones, salen los actores. También elementos que contextualizan la obra, que cuenta con las actuaciones de Fedora Freites, Armando Cabrera, Sócrates Serrano, Juan Ogando y Vicente Peña.
El peso mayor recae en Álvarez, que rebajó 20 kilos para la historia. "El trabajo requirió un ejercicio constante. Quise modificar mi cuerpo para tener la agilidad necesaria para poder expresar todos los cambios de actitud del personaje.Hamlet implica un reto. Y en nuestra propuesta las situaciones transcurren más rápido", dijo el actor, que también funge de productor ejecutivo.
La idea siempre fue que la obra se hiciera más corta. Que ya nadie va al teatro a ver un montaje que dure cuatro horas. "No nos interesaba mostrar texto por texto la pieza completa. Ya el público de hoy no está para eso. Tampoco hay una sala que nos permita hacer algo así", indicó Armando Álvarez, el director del montaje.
Así, el Hamlet que se verá de viernes a domingo en el centro cultural de Paseo Las Mercedes es una versión alternativa. "Cuando se hace un clásico que ya se ha visto tanto, hay que buscar la visión de cada creador. A mí me interesa que la gente común y corriente, aquella que conozca lo más básico del texto original, le quede una síntesis precisa. Que la puedan disfrutar todos: desde el que no la haya leído nunca hasta aquel cercano a la obra", agregó el también percusionista.
Al montaje lo acompaña una música que, al final, es una de las protagonistas. Radiohead, Björk o Stickman, fundidos en las melodías creadas por Luis Alberto Vila, Gabriel Figueira y Rubén Gutiérrez, integrantes de la agrupación Gaélica. "Quise imaginar qué escucharía Hamlet en su cabeza en medio de los problemas que desarrolla", agregó el también director de La ola y Ay, Carmela.
A Álvarez le gustan piezas que provoquen la reflexión, que se alejen del teatro comercial que hoy plena la cartelera. Por eso dice que montar a Shakespeare es una locura, casi como la del mismo personaje. "Hamlet es una apuesta al vacío, que puede ser amada o odiada", finalizó el director. Hamlet regresó con sus conflictos.
dfermin@eluniversal.com
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