Yo soy

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domingo, 2 de diciembre de 2012

En Azimut no hay costuras evidentes. Tan solo queda el corte. Seco. Sin cura. "Quizás este no es el momento para estar cociendo. Estas fisuras, estas rasgaduras, están dentro de cada uno. Son mis rasgaduras internas. Esta es una obra bastante esquemática y minimalista, pero cuando te acercas te das cuenta que hay una fisura. Detrás de ella se encuentra otro mundo", confiesa Ana María Mazzei acerca de las piezas que realiza con madera industrial.


ENTREVISTA ANA MARÍA MAZZEI, ARTISTA PLÁSTICO

"Detrás de estas obras hay un paisaje metafórico"

"Decidí radicalizar el discurso (...). Quizás, este no es el momento para estar cociendo"

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La artista inaugura el domingo la exposición "Azimut" en la galería D' Museo en el Centro de Arte Los Galpones NICOLA ROCCO
DUBRASKA FALCÓN , ANA MARÍA MAZZEI , ARTISTA PLÁSTICO |  EL UNIVERSAL
sábado 1 de diciembre de 2012  12:00 AM
Rasgada. Así está Ana María Mazzei (Caracas, 1946). Está cortada... como sus obras más recientes. Detrás de unas piezas en madera, monocromáticas y minimalistas, se esconden fisuras casi imperceptibles. Todas simétricas, pero cortadas quirúrgicamente por el mismo motivo: la situación del país. "Son los cortes de la vida. Del momento difícil que estamos pasando en Venezuela", comenta la creadora. 

A través de 25 obras en mediano formato, algunos dípticos y otros trípticos, la artista expone las rasgaduras que le produjo esta tierra en Azimut. La muestra, que inaugura mañana, toma la sala de galería D' Museo dentro del Centro de Arte Los Galpones, en Los Chorros. "Aquí utilizo las rasgaduras y los cortes a través de la madera y las betas. En eso se basa la exposición. En un principio, las betas penetran en el color a través de estas fisuras. He querido resumir aquí muchos de los temas que trabajé en mis primeros tiempos con el dibujo", explica. 

Esta no es la primera vez que Mazzei utiliza las fisuras en su trabajo. Ya lo hizo con sus dibujos de grafito sobre papel. Pero a estas rasgaduras las tejía. Las cosía con alambres. "Tapaba esas rasgaduras", recuerda. 

En Azimut no hay costuras evidentes. Tan solo queda el corte. Seco. Sin cura. "Quizás este no es el momento para estar cociendo. Estas fisuras, estas rasgaduras, están dentro de cada uno. Son mis rasgaduras internas. Esta es una obra bastante esquemática y minimalista, pero cuando te acercas te das cuenta que hay una fisura. Detrás de ella se encuentra otro mundo", confiesa Ana María Mazzei acerca de las piezas que realiza con madera industrial. 

Incluso en dos de los dípticos que expone, la artista decidió colocar unos alambres sueltos. Largos hilos que aún no llegan a coser las rasgaduras del alma de Ana María Mazzei. "Decidí radicalizar el discurso. Detrás de estas obras geométricas existe un paisaje más metafórico. Aquí no está solo el elemento de las formas. Es más bien un proceso de reflexión que vas depurando a través de tu vida. Te vas despojando de cosas que en el momento son muy poéticas", dice. 

La primera vez que la artista incluyó el geometrismo en su obra fue cuando expuso en 1993 en una de las salas de la Galería de Arte Nacional. Ya había ganado el premio Arturo Michelena. Decidió introducir la figura geométrica colocando relojes de sol y horizontes artificiales, similares a los que utilizan los pilotos de aviones. Hoy, la geométrica retoma el espacio y se amolda a la poesía de la artista. 

"Ya la geometría salió a la superficie y tomó un espacio concreto. Ya esto salió del cuadro y de la pintura y tomó un espacio concreto. Es un elemento que flota dentro del espacio global de la galería. Con la madera que utilizó en esta exposición descubro las formas y los colores que tendrá la pieza. Es un elemento industrial que te da la libertad de hacer arte (...). Aquí, en Azimut, el exquisito soporte industrial desmitifica lo hecho a mano dándole importancia al refinamiento obtenido a través del diseño", concluye la Mazzei.

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