LA HUELLA DE NIEMEYER EL PROYECTO IRREALIZADO LAS REACCIONES
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EL UNIVERSAL
jueves 6 de diciembre de 2012
EN VENEZUELA. Niemeyer diseño un monumento a Simón Bolívar de 170 metros de largo y 110 metros de alto. La estructura es una flecha que apunta a Estados Unidos, ya que según él, "para mí, justificaba el momento político que vivimos en América Latina, con Venezuela liderando ese movimiento de resistencia a las agresiones de (George W.) Bush". Hasta ahora está en proyecto. Aunque se dijo que el presidente Hugo Chávez lo había encargado, el brasileño aclaró: "El presidente Chávez no me pidió nada, pero consideré que quedaría bien hacer este homenaje a Simón Bolívar". El arquitecto dijo que el mandatario venezolano es "el guerrero corajoso y radical" que faltaba en América Latina. Niemeyer recibió en 2007 el Premio Cultural de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA) por su productiva obra arquitectónica. Al recibir el galardón expresó su más sincera gratitud y dijo que seguiría colaborando en la "lucha por la solidaridad de las personas, en contra de la violencia, la pobreza y por el capitalismo que genera la desigualdad". El entonces ministro de la Cultura, Francisco Sesto, dijo que ese premio fue entregado en el mundo de las artes a Niemeyer, y en el de las letras al poeta uruguayo Mario Benedetti. Para el año 2009 se realizó una retrospectiva de la obra del arquitecto en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas. Croquis, maquetas y fotografías, se exhibieron de mayo a agosto.
Óscar Niemeyer recibe honores de jefe de Estado
Los restos del arquitecto serán enterrados hoy en Río de Janeiro.
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Los restos del arquitecto fueron velados en el Palacio de Planalto (AFP)
EFE/EL UNIVERSAL
viernes 7 de diciembre de 2012 12:00 AM
Brasilia.- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, recibió ayer con honores en el Palacio de Planalto, sede del Ejecutivo, los restos mortales del arquitecto Óscar Niemeyer, uno de los creadores de Brasilia, fallecido la noche del miércoles a los 104 años de edad.
Rousseff, acompañada por la viuda de Niemeyer, Vera Lucia Cabreira, esperó en la parte alta de la rampa que da acceso al palacio que el féretro, cubierto con la bandera de Brasil, subiera en hombros de la guardia fúnebre de la Policía Federal, flanqueada por los Dragones de la Independencia, la guardia de honor de la sede presidencial. En el protocolo brasileño, la subida de la rampa presidencial está reservada para jefes de Estado.
La mandataria aplaudió el paso del cortejo en el momento en que los restos de Niemeyer traspasaron el umbral del palacio y fueron depositados en el salón principal.
El féretro fue transportado en un avión de la Presidencia desde Río de Janeiro, donde Niemeyer falleció, y fue recibido en la Base Aérea de Brasilia por militares que le rindieron honores y lo cargaron en hombros hasta un vehículo del cuerpo de bomberos.
La caravana, escoltada por motociclistas de la policía, se dirigió luego a la Plaza de los Tres Poderes, donde se encuentran los principales palacios y edificios públicos de Brasilia, proyectados por Niemeyer a finales de la década del 50 para la que sería la nueva capital de Brasil, inaugurada en abril de 1960. En primera fila en el salón principal del palacio estaban, además de Rousseff y la viuda, parte del gabinete ministerial, algunos gobernadores, el presidente del Senado, José Sarney; el del Tribunal Superior Federal, Joaquim Barbosa, y familiares de Niemeyer.
El acto se abrió al público durante cuatro horas; luego el féretro fue trasladado a Río de Janeiro para un velatorio privado en el Palacio da Cidade, que la alcaldía de la ciudad puso a disposición de los familiares del arquitecto. El entierro de Niemeyer está previsto para hoy en la tarde en el cementerio de Sao Joao Batista, en el barrio de Botafogo, donde nació el 15 de diciembre de 1907.
Rousseff, acompañada por la viuda de Niemeyer, Vera Lucia Cabreira, esperó en la parte alta de la rampa que da acceso al palacio que el féretro, cubierto con la bandera de Brasil, subiera en hombros de la guardia fúnebre de la Policía Federal, flanqueada por los Dragones de la Independencia, la guardia de honor de la sede presidencial. En el protocolo brasileño, la subida de la rampa presidencial está reservada para jefes de Estado.
La mandataria aplaudió el paso del cortejo en el momento en que los restos de Niemeyer traspasaron el umbral del palacio y fueron depositados en el salón principal.
El féretro fue transportado en un avión de la Presidencia desde Río de Janeiro, donde Niemeyer falleció, y fue recibido en la Base Aérea de Brasilia por militares que le rindieron honores y lo cargaron en hombros hasta un vehículo del cuerpo de bomberos.
La caravana, escoltada por motociclistas de la policía, se dirigió luego a la Plaza de los Tres Poderes, donde se encuentran los principales palacios y edificios públicos de Brasilia, proyectados por Niemeyer a finales de la década del 50 para la que sería la nueva capital de Brasil, inaugurada en abril de 1960. En primera fila en el salón principal del palacio estaban, además de Rousseff y la viuda, parte del gabinete ministerial, algunos gobernadores, el presidente del Senado, José Sarney; el del Tribunal Superior Federal, Joaquim Barbosa, y familiares de Niemeyer.
El acto se abrió al público durante cuatro horas; luego el féretro fue trasladado a Río de Janeiro para un velatorio privado en el Palacio da Cidade, que la alcaldía de la ciudad puso a disposición de los familiares del arquitecto. El entierro de Niemeyer está previsto para hoy en la tarde en el cementerio de Sao Joao Batista, en el barrio de Botafogo, donde nació el 15 de diciembre de 1907.
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