Yo soy

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martes, 11 de diciembre de 2012

¿Qué he vivido como preso en los penales Rodeo I, Yare II y ahora Tocuyito en mis 2 años y 4 meses de estar privado de libertad???Cárceles: hacinamiento, enfermedades, corrupción y muerte


Todo ser humano, así viva en las más precarias condiciones, tiene derecho a desarrollar un proyecto de vida, que lo anime cada día salir adelante.



Sin este objetivo, no pasaría de ser un ente sumido en el dolor y la desesperación, que, va acumulando odio y rencor hacia la sociedad, que me niega reiteradamente mi derecho a la libertad ya decretado por el COP al ser inocente y me obliga a sumergirme en un ocio que en mis compañeros veo que impide la posibilidad de resarcirse social y económicamente.
Mientras las Autoridades Penitenciarias y Carcelarias, no cambien el concepto que tienen de los reclusos o internos; - que deben ser mirados como factor invaluable de desarrollo-, será imposible lograr que se obtengan programas de rehabilitación y resocialización en los centros carcelarios y penitenciarios del País.
El caso del Hacinamiento, es tema de nunca acabar. Todos los días los noticieros presentan los terribles dramas que padecemos los internos. La única garantía que tenemos, es la clara violación a los derechos humanos por parte de la indiferencia del Estado, que a la fecha, ha demostrado su total incapacidad de solucionar el problema y se evade cerrando cárceles, prometiendo construir nuevas sin efectividad demostrada y con la rapidez que desde la Cuarta República exige esa terrible REALIDAD que aumenta cada día. En el momento menos pensado, como hemos visto en Rodeo I, Yare, La Planta etc...debido a situación tan compleja y difícil, los reclusos con sus directores, GNB, personal administrativo,y ahora los PRANES que son el verdadero poder dentro del penal porque asi lo decide la GNB, tanto que es el que negocia con el mismisimo Presidente de la República estamos propensos a soportar todo tipo de reyertas. Siempre estamos esperando lo peor, el estado de ánimo dentro de los penales es tan precario y deficiente, que al final de cuentas podríamos decir, que nadie es responsable de nada.
Por eso, es muy llamativa, y al mismo tiempo un estado de alerta, la banalización de nuestra cotidianidad con reportajes como los de Rosita y demás puterías que nada tienen que ver con la verdad que experimentamos...signada por el retardo procesal del cual soy testigo pues nadie me ha llamado a juicio después de idas y venidas de los Tribunales Penales de Carabobo... Si estuviéramos en otro país ya este caso como el mio y el de tantos, se hubiera denunciado a la Comisión de Derechos Humanos y el Gobierno se vería en ascuas para cumplir las miles de indemnizaciones que por este hecho se le podrían venir.
Son miles los internos que se encuentran enfermos; miles han perdido la vida en los últimos años en diferentes circunstancias, siendo la principal causa, los enfrentamientos entre carros, la desesperanza de la justicia que nunca llega, la falta de asistencia médica. Las trifulcas que con frecuencia se presentan, son otro factor predominante.
La Ministra de esta área Iris Varela (como verán a continuación en algunos reportajes de prensa que copio), tiene pensado hacer una cantidad de cosas que no ha hecho ha dicho y prometido simplemente, con el fin de encontrar salida a tan difícil situación. Desde mi óptica de preso inocente considero que esta es una problemática muy a la venezolana, con factores muy propios de nuestra idiosincracia, pero con patrones que día a día inducen a generar más incertidumbre: la primera, es la corrupción en la administración de justicia: se sabe de casos tan aberrantes de ciudadanos que se encuentran tras la rejas, pagando condena por un delito que no cometieron, impuesta por un juez corrupto, que vendió su conciencia al mejor postor, condenando un chivo expiatorio para lavarse las manos ante la Sociedad y sus superiores. Otro caso que tiene encarcelados a miles de compatriotas, es el de la morosidad: es la situación de internos que por haber cometido un delito menor, no tienen quién abogue por ellos, los Jueces se desentienden de sus procesos y aún, ante la prescripción, se hacen los de la vista gorda. ¿Qué decir de la corrupción entre guardianes, que cobran a los reclusos hasta por el derecho a respirar aire puro, o darles vigilancia especial en los patios, o proporcionarles un sitio adecuado para pasar la noche? Estos son casos menores entre los cientos que se presentan con el personal de custodia. Basta comprobar cómo  mafias se pelean entre sí, los precarios derechos de los reclusos otorgados por el Estado.
En conclusión, considero que las autoridades, deben revisar los procesos de los internos, de cada uno de los casos anteriormente señalados, serían cientos los ciudadanos que recobrarían su libertad por pena cumplida. Es que a lo mejor nos encontramos frente a una bomba de tiempo, alimentada por el mismo estado, debido a la cantidad de falencias que se presentan en la Administración de Justicia.
Todo parece indicar que la única solución tonta y tolondra que tiene el Gobierno, es la de construir más cárceles. Considero que es tan inexacta y peregrina, que equivale a meter mercancía en una bodega, simple y llanamente para deshacerse de ella, es decir, para que se pudra, puesto que comercialmente no tiene ninguna posibilidad de recuperación. Es lamentable esta comparación, pero, vivimos en un País, donde el sistema Carcelario y Penitenciario, tocó fondo desde hace mucho tiempo, y se está convirtiendo en un detonante que en el momento menos pensado puede estallar con consecuencias fatales para nuestra sociedad.
Como a la vista no existen programas de rehabilitación y resocialización (aunque la Ministra diga lo contrario, pues yo no los veo ni vivo, si fue Profesor en Rodeo I antes de la tragedia), lo más aconsejable es que se busquen alternativas para encausar el recurso humano, penitenciario y carcelario, por un proceso de desarrollo. Continuamos pensando que,los sueños de la Ministra Varela son los oasis de la solución, sin ir al meollo de los problemas.Se crea una ilusión de las cárceles de Venezuela, pero sigo preso sin esperanza de que me protejan como inocente y me den el derecho a defenderme, sin pagar lo que se me exige cuando seres como Rosita u otras y otros que siendo iguales a mi, gozan del derecho de ser juzgados en libertad...¿En dónde reside entonces la diferencia entre ellos y yo?

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