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jueves, 23 de junio de 2011

"Más surrealista que este país no hay"



ENTREVISTA
"Más surrealista que este país no hay"
"Yo soy un pintor costumbrista, porque surrealista es el país. ¡Más surrealismo que esto no hay!". Desde el domingo inicia la exposición Los 49 de José en el Centro de Arte Daniel Suárez de la Alta Florida.
El próximo domingo se inaugura la exposición "Los 49 de José" en el Centro de Arte Daniel Suárez, en la Alta Florida (OSWER DÍAZ)
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DUBRASKA FALCÓN , JOSÉ CAMPO BISCARDI , ARTISTA PLÁSTICO |  EL UNIVERSAL
jueves 23 de junio de 2011  12:00 AM
José Campos Biscardi (Colombia, 1944) no escatima en palabras. En su memoria guarda un racimo interminable de anécdotas. Gesticula con fuerza. Siente cada una de las frases que pronuncia. Respira con parsimonia. Y se suelta a hablar. "Yo siento que nací pintando. De hecho, en una nota que una ex me escribió colocó que yo hacia dibujitos desde el vientre de mi madre", dice el creador, conocido sobre todo por pintar el cerro Ávila en cubos.

De chiquillo dibujaba cómics y dejaba en blanco los fumetti -esto es, el espacio para los diálogos- para llenarlos cuando aprendiera a escribir. De los 67 años que tiene, 49 los ha dedicado a ser artista. Y desde el domingo los celebrará con la exposición Los 49 de José en el Centro de Arte Daniel Suárez de la Alta Florida.

"Estoy celebrando 49 años de carrera. Como ya te puedes dar cuenta no es la edad que tengo. Quiero mantener esa incógnita para que la gente piense que tengo 49", dice entre picardía y carcajadas.

Un total de 100 obras entre dibujo, litografía, acrílico, óleo esculturas. Un repaso por piezas realizadas entre 1962 y 2011. "Aquí se recoge toda mi vida. ¡Es todo! Me abro completamente para que todo el mundo vea mi proceso, desde los fracasos hasta los éxitos, si es que se pueden llamar así. Además de las obras, tenemos una cantidad de sorpresas para que los niños jueguen con ellas. El día del niño vamos a tratar de bautizar un libro para colorear. Haré un Museo de Bolsillo que estará alrededor de la galería con más de 1.500 fotografías obras en pequeño formato; que son las que he podido recolectar. Las personas tienen que verlo con lupa", cuenta.

Y El Ávila, por supuesto, es el centro de la exposición. La montaña caraqueña sobre pasa lo real y se sumerge en el mundo irracional e imaginario de Campos Biscardi. "El Ávila es muy particular. Quizás por eso es más reconocido. Cuando Nelson Bocaranda tenía su programa en el Canal 8, Leonardo Padrón le escribía los textos y una vez puso: 'Campos Biscardi es el anti Cabré por excelencia", recuerda.

Él no oculta su admiración por Manuel Cabré. Más bien la hace evidente al incluir en algunas piezas la obra del pintor. "Es mi admiración, porque es el pintor que me abrió los ojos a esa naturaleza tan bella: el Ávila. Uno al final es un seguidor de Cabré. Uno tiene su manera de hacerlo, pero un poco más moderna".

José Campos Biscardi no nació en Caracas. Pero eso no ha sido impedimento para amar a El Ávila. Cuenta que cuando entró a la capital, corría el año 1953 vía Tazón montado en un autobús, y le impresionó ver cómo los edificios se le mostraban como palafitos que eran protegidos por una "magnífica montaña".

"Es una presencia tan grande que conmueve. Ahora estoy haciendo unas fotografías de El Ávila. Las estoy manejando con photoshop. A unas imágenes les borro la montaña y a las otras se la dejo. ¡Tienes que ver eso! Es absolutamente otra ciudad, no es Caracas. Estando en Nueva York, la pinté mucho. Esa ausencia era pesada. Me hacía falta. Yo transformé a través del dibujo los edificios de Nueva York en un Ávila, porque me hacían falta ese monumento".

De los 49 años que tiene siendo artista, 30 lleva pintando El Ávila. Se encontraba en la Gran Manzana desarrollando el proyecto Manhattan. Esto era: en unos cilindros quería reflejar la imagen de la montaña caraqueña. Solo que no contaba con fotografías para hacerlo, ni propias ni de amigos. Ante esa carencia decidió cerrar los ojos y dibujar de memoria las curvas de El Ávila.

Desde entonces no ha parado. Dentro de un paraguas, en cubos, dentro de unas piernas o metido en una caja fuerte.

"Me quedó esa fascinación. No sé cómo definir la creación. Para mí es un juego. Es muy lúdico. Pero no sé cómo definir la parte creativa. Esa llega, y de lo cotidiano. Todo surge de lo cotidiano, de una conversación", asegura quien representó a Venezuela en la Bienal de Venecia de 1990.

Sin excusas afirma que no sabe cómo comenzó a colocar en cubos la imagen de El Ávila. Ni siquiera hace el esfuerzo de recordarlo: no lo sabe. Surgió y él no buscó por qué.

"Empezó dentro de cilindro. No sé por qué los fui encajonando. No sé cómo llegué ahí. Lo fui metiendo en cubos. Un día estaba en la sala de mi casa con Roberto Montero Castro -crítico de arte- hablando sobre el cuadro que iba a mandar a la Bienal. No sabía cómo hacerlo. Él, que era un tipo denso, me decía que una obra sale de la otra. Me fuí al taller, agarré dos serigrafías, las rompí y puse una encima de la otra. Esa fue la obra que mandé a Venecia; la tiene ahora el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas. Surgió de una conversación (...) Soy un pintor costumbrista, porque surrealista es el país. Más surrealismo que esto no hay. Por eso yo solo pinto", remata.

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