Yo soy

Yo soy

sábado, 18 de junio de 2011

Nuestra maldición es ser pobres ¿están presos los que me metieron en este hueco de muerte, siendo yo inocente, pensando que tenía un trabajo al fin, y ellos eran delincuentes de cuello blanco???

El Carabobeño17 junio 2011

 

Alfonso Betancourt || Desde el Meridiano 68

Escasa la mesa, fecundo el lecho
Del gran sociólogo brasilero, ya fallecido, Josué De Castro, he tomado la idea para el encabezamiento de este artículo. En sus dos estupendos libros: Geopolítica del hambre y Geografía del hambre, con mano maestra, lo que en el primero de ellos traslada de un adagio popular: "La mesa del pobre es escasa, pero el lecho es fecundo". Es un retrato crudo, espeluznante, del drama de los pobres multiplicándose en escala geométrica en tanto la miseria, representada fundamentalmente en el hambre, crece en la misma proporción por cuanto la producción de alimentos, progresión aritmética no corresponde a la excesiva demanda como ya en oportunidad Malthus lo había avizorado al referirse al crecimiento inversamente proporcional entre alimentos y población. No pretendo hacer comparaciones entre el monje inglés y el científico brasilero, pero De Castro, sociólogo con estudios de campo y por lo tanto viajero contumaz cumpliendo misiones de la FAO, nos llevará a un conocimiento del hambre como flagelo producto de múltiples causas y de innumerables consecuencias en el cual la política y los grandes intereses económicos de los hoy llamados países desarrollados, juegan papel de primera importancia en el mantenimiento de la misma en más de dos tercios de la humanidad porque más le interesa a los fines de las grandes potencias al sostenimiento de su poderío apoyado en el arsenal bélico que a la vez sirve para el dominio y explotación de las materias primas de los países que sufren el hambre, que invertir los inmensos recursos que absorbe el armamentismo, en la erradicación del flagelo. Por supuesto el hambre ha existido a través de todos los tiempos y, sin lugar a dudas, ha sido causa de muchos hechos históricos que han convulsionado al género humano como, por ejemplo, la Revolución Francesa, en la cual las masas hambrientas, famélicas, protagonizaron los hechos principales que torcieron el camino de la historia. Continuará.

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