Yo soy

Yo soy

sábado, 18 de junio de 2011

Y a nuestra sangrienta y terrible masacre sin poder hacer nada yo...por mi y mis compañeros que son tan humanois como los pacos.

El Carabobeño 15 junio 2011

Gustavo Azócar A. || El Calabozo de la Libertad

De la PTJ al Cicpc
La muerte de 3 reclusos dentro de un calabozo de la División de Capturas del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en la ciudad de Caracas, ha puesto en el ojo del huracán a esta institución. Desde hace varios años la prensa ha venido recopilando innumerables denuncias contra este organismo, pero ninguna había tenido la fuerza y el impacto de la opinión pública que ha generado este hecho criminal.
Tal fue la conmoción que causó en la opinión pública venezolana este acontecimiento, que la sala situacional del PSUV se apresuró a tratar de desestimar la denuncia. Contra toda evidencia, el oficialismo dice ahora que los reclusos no fueron "asesinados", sino que se trató de una muerte por sofocamiento. Claro, los golpes y los porrazos también sofocan.
Uno de los aspectos que ha caracterizado al gobierno de Hugo Chávez ha sido el cambio de nombre de casi todas las instituciones públicas: el antiguo Congreso de la República desapareció para dar paso a la Asamblea Nacional; La Corte Suprema de Justicia se esfumó para abrirle campo al Tribunal Supremo de Justicia; el Consejo Supremo Electoral fue borrado del mapa para crear el Consejo Nacional Electoral; Cadafe dio paso a Corpoelec y la PTJ se volatizó para ver nacer al Cicpc.
Pero una cosa es cambiarle el nombre a un organismo y otra cosa muy distinta es que ese organismo funcione mejor que antes. Ninguna de las cinco instituciones mencionadas en el párrafo anterior ha superado a sus antecesores. La AN es un fiasco; el TSJ parece una suerte de consultoría jurídica del PSUV; el CNE es una caricatura al servicio de los intereses del partido de gobierno; Corpoelec es la madre de la ineficiencia, la ineptitud y la falta de gerencia; y el Cicpc pasó de ser la mejor policía científica de América Latina a ser hoy un día una vulgar policía tercermundista, politizada, partidizada e infiltrada por gente sin experiencia.
Wikipedia nos recuerda que "Wolfgang Larrazábal, presidente provisional de la Junta de Gobierno, fue quien promulgó en 1958, el 20 de febrero, el decreto Nº 48 con Fuerza de Ley, para la creación de un "Cuerpo de Policía especializado para la investigación de los delitos de Acción Penal", auxiliar del Ministerio de Justicia y llamado "Cuerpo Técnico de Policía Judicial". Al crearse el Cuerpo Técnico de Policía Judicial, el instituto pasó a formar parte de la División General de Medicina Legal. En el resto del país, para 1960, cada estado ya tenía una unidad de Medicatura Forense, dependencia de la nueva Policía Técnica Judicial (PTJ)".
Durante casi 40 años, entre 1960 y 2000, la PTJ fue considerada la mejor policía científica de América Latina. Muchos de sus funcionarios fueron enviados a varios países a dictar conferencias y a brindar asesoría en la constitución de nuevos organismos de seguridad. Si bien es cierto que tuvo épocas oscuras, como la que se generó en la década de los 70, con la conformación del denominado Grupo Gato (acusado del asesinato del abogado Molina Gásperi y del atentado a Renny Ottolina, entre otros), no es menos cierto que logró mantenerse en el ranking de las mejores policías del mundo. Fermín Mármol León, autor de Cuatro Crímenes, Cuatro Poderes, sería el mejor hombre para hablar de la PTJ. Lástima que se haya ido tan rápido.
Wikipedia también nos recuerda que "después de la elección a la Presidencia de la República de Venezuela de Hugo Chávez, la Constitución Nacional es reescrita y publicada el 30 de diciembre de 1999 como la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. El artículo 332 del nuevo documento constitucional establece la disposición de crear el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) que tomaría el lugar de la Policía Técnica Judicial, con la finalidad de "mantener y restablecer el orden público, proteger al ciudadano o ciudadana, hogares y familias, apoyar las decisiones de las autoridades competentes y asegurar el pacífico disfrute de las garantías y derechos constitucionales, de conformidad con la ley".
Ahora bien, la gran pregunta es: el Cicpc es mejor que la antigua PTJ? Todo parece indicar que no. La historia demuestra que no basta con cambiarle el nombre a las instituciones para que éstas funcionen mejor. Uno de los graves problemas que tiene la Venezuela actual es que no tenemos instituciones. Se ha perdido la institucionalidad. Todo está partidizado por el PSUV. Todo ha sido politizado. Hay dos lugares donde la política tiene prohibido entrar: en las escuelas y en las policías. Una policía cuestionada y sin credibilidad no le sirve a nadie: ni al gobierno, ni a la comunidad. Sólo le sirve a los delincuentes, que disfrutan y hacen de las suyas frente a una policía desacreditada, malpagada, desmoralizada y fuera de control.
elnegroazocar@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario